28

19 1 0
                                        

- ¿Qué se siente ser la señora Seeks?. Preguntó Jeremy mientras bailabamos.

- Es lo mejor de mundo, ahora si podremos hacer lo que queramos sin que nadie nos detenga. Dije susurrándole al oído.

- Creo que esto se merece un brindis, por mis amigos Shanodee y Jeremy y por supuesto por la pequeña Amelía quienes hoy celebran el inicio de un eterno matrimonio, por los esposos. Dijo Nikki alzando su vaso lleno de Whisky.

- ¡Salud!. Dijo Esther.

Después del brindis nos quedamos todos hablando sobre temas diferentes hasta que llegó la hora de cambiarnos y salir a cazar.

- ¿Cómo me veo?. Le pregunté a Jer.

- Hermosa. Respondió abrazandome por detrás pegando su ya erecto pene.

- Jajaja, ¿ya tienes ganas goloso?. Pregunté sensualmente.

- Si, mi pene está que revienta mi pantalón. Contestó apegandome más a él.

- ¡Se siente!, ¿qué te parece si salimos y luego nos venimos a sacarnos las ganas?. Propuse esperando un si.

- Sabes, preferiría quedarme en casa tomar un baño y esperarte.. Hoy quiero probar ciertas cosas contigo. Me dijo al oído.

- ¿Estás seguro?.

- Claro amor, tu si quieres ve con Nikki tu sabes para mantener el orden y yo te espero aquí. Dijo Jer viéndome fijamente a los ojos.

- Está bien. Dije besandolo.

- ¡Te amoo!. Exclamó Jeremy.

- Y yo a ti. Respondí abrazándolo.

Me parecía extraño que Jer no quisiera ir a comer justamente hoy el día de la boda aunque tenia una razón según porque quería bañarse y porque tenia algo planeado para esa noche. Bajé y estaba Nik esperándonos.

- ¿Y Jeremy?. Preguntó.

- No vendrá, quiere que nosotros vayamos y que él me esperará aquí. Dije.

- Esther, Samantha y yo nos quedaremos en un hotel a pasar la noche para que ustedes estén libres y pues puedan..

- Si ya entendí. Contesté súper incómoda.

- Bueno ya nuestros bolsos están listos. Dijo Esther colocando una pequeña maleta en la entrada de la casa.

- ¿Dónde está Samantha?. Pregunté.

- Se nos ha adelantado, dijo que nos esperaría allá. Dijo Nikki.

- Ahmm ok, bueno se hace tarde, ¿vamos?. Dije ansiosa.

- Sí. Dijo Nik caminando por la acera.

- ¡Nos vemos en el hotel!. Gritó Esther desde la puerta.

- Ok. Respondió.

Nikki y yo fuimos al mismo lugar de siempre, jamás nos íbamos de ahí porque era un buen sitio para encontrar humanos y alimentarnos de ellos. Mis emociones estaban mezcladas, sentía mariposas en el estómago como si fuese la primera vez que iba a cazar; se sentía como cuando una adolescente enamorada se pone horas previas a una cita.

- Todo salió bien ¿no?. Pregunté.

- Sí, ¿por qué preguntas?. Dijo Nik mordiendo a una indefensa muchacha.

- Porque siento que todo ha sido perfecto que pareciera de mentira. Dije sentándome en un tronco caído.

- Es normal, tus emociones están a flor de piel, esa es la parte que muchos vampiros tratamos de congelar pero que a veces nos resulta casi imposible debido a que siempre estamos en contacto con los humanos.

- ¿Crees que nosotros no hemos olvidado esa parte de nuestra antigua vida humana debido a que convivimos con ellos? Pregunté.

- Exacto. Dijo Nikki.

- Uhmm. Me quedé pensativa.

- ¿Sabes algo?. En ciertas ocasiones he sentido envidia hacía ti y Jeremy. Confesó apenado.

- ¿Que? Pero ¿qué dices?. Dije sorprendida.

- Sí, aunque suene estúpido yo.. Desearía tener una familia como ustedes, poderme casar tener hijos aunque las probabilidades sean bajas de poder concebir uno.. Me gustaría ser feliz. Dijo Nik con pequeñas lágrimas corriendo por su rostro.

- ¿Aún sigues queriendo a Esther?. Pregunté.

- Sí y siento que cada día la quiero mas y mas pero me mata saber que lo nuestro no puede ser posible.

- ¿Por qué no le confiesas tu amor por ella?.

- Porque no soportaría que me rechazara y se alejara de mi lado, prefiero que no sepa nada y que siga pensando que solamente la veo como mi hermana. Respondió.

- Yo te aconsejaría que en un momento donde estén ustedes solos le confieses todo lo que piensas y sientes por ella, quizás ella sienta algo por ti quizás no pero no te quedarás con ese tormento eterno en tu consciencia.

- ¿Cuándo crees que sería un buen momento para hablar de eso con ella?.

- Puedes aprovechar ésta noche, invitala a algún sitio para que puedan conversar sin que Samantha los escuche.

- ¿Cómo crees que resulte?. Preguntó nervioso.

- La verdad no lo se pero si te puedo asegurar que te sentirás mejor cuando se lo digas. Dije animándolo.

- Vale, entonces creo que eso haré. Dijo con voz de esperanza.

- ¡Así se habla!. Dije sonriendo.

- Creo que es tiempo que regresemos, ya tu hombre debe estar esperando. Dijo Nik sacudiéndose el pantalón.

- Yo me iré al hotel y tu sigues ¿si?.

- Si no te preocupes no mataré a nadie por el camino. Dije riendo.

- Perfecto, entonces nos vemos. Contestó despidiéndose.

- Si, ¡adiós!. Dije tomando mi rumbo a casa.

Inmortalidad Maldita IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora