Inmortalidad Maldita I

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- Y ¿qué pasó con tu novio?. Pregunté intrigada.

- El.. Púes no lo sé, después del gangbang él se vistió, se fue y jamás volvió. Respondió triste.

- ¿Lo amabas?.

- Si.. Él era mi todo. Dijo llorando.

- Si tu decidiste ser prostituta ¿por qué lo quieres dejar ahora?. Pregunté curiosa.

- Porque quiero vivir cosas que jamás hice durante los años que estuve en el prostíbulo, quiero cambiar ya no quiero seguir siendo una puta quiero ser una nueva versión de mi.

- ¿Como cuáles cosas quieres hacer?.

- Quiero volver a ver a mis padres, ver a mi familia en general. Porque sé que desde que me fui de casa ellos me extrañan.

- ¿Ellos son tu única razón?. Pregunté.

- Bueno * suspiró* quisiera despedirme de mi novio, encontrarlo y al menos decirle un último adiós.

Sentía que debía ayudar a ésta chica, su vida y su historia son fuera de lo común pero ¿estaría yo en capacidad de brindarle ayuda?.

- Bien, ya te he contado de mi ahora que sabes quiero yo saber ¿qué eres tu y por qué quieres ayudarme?. Dijo Samantha.

- *suspiré* Está bien. Bueno lo que te voy a contar quizás para ti sea descabellado pero puede ser una solución a tu problema, yo puedo curarte y brindarte una nueva vida para que comiences desde cero.

- Y ¿cuál es la solución?. Preguntó.

- Morderte.

- ¿Qué? ¿Morderme? Pero.. ¿Estás loca?. Dijo viéndome con cara rara.

- Escucha se que suena loco pero yo soy vampiresa, si te muerdo quizás pueda convertirte. Dije calmandola

- Dijiste ¿quizás?. Preguntó arqueando una ceja.

- Si.. *suspiré* jamás he convertido a nadie pero hoy puede ser el día en que lo haga.

- ¿Cuáles son los riesgos?.

- Al morderte puedo convertirte o solo beber toda tu sangre hasta que quedes seca como pasa, así que ya es algo evidente cuales son los riesgos. Dije crudamente.

- Si me convierto ¿qué me pasará?. Preguntó.

- Sufrirás cambios que te costaran superar pero no serán imposibles. Te morderé sólo si me lo pides.

- Creo que el que no arriesga no gana, si me muero sufriré menos pero si no; me habrás dado una nueva oportunidad. Dijo esperanzada.

- ¿Entonces?. Pregunté.

- Si.. ¡Quiero que me muerdas!. Exclamó Samantha.

- De acuerdo, aquí voy.

Tomé a Samantha del cuello y sin pensarlo le clavé los colmillos visualizándola como vampiresa sintiendo que quería convertirla, en eso su sangre comenzó a saber diferente hasta el punto en que no pude drenarla por completo a lo mejor era parte del proceso al cual rogaba que funcionase.

Esperé durante un rato columpiandome a ver si había resultado, ya casi amanecía así que estaba nerviosa. De la nada comenzó un olor fuerte que provenía de su cuerpo, me acerqué a ella en el momento justo cuando de golpe despertó.

- *tos*.

- ¡Si funcionó!. Dije alegrada.

- ¿En serio?. Preguntó incrédula tocándose la cabeza.

- Despertaste y además estoy segura que ahora mismo quieres sangre.

- Si. Asintió Sam sacando sus colmillos.

- Muy bien, ahora lo que debes hacer es comer, ven sigueme. Dije caminando. 

- ¿A dónde vamos?. Preguntó.

- Te enseñaré las cosas básicas que debe tener claro un vampiro.

- Está bien.

Llevé a Samantha a un lugar dónde sabia que podía alimentarse y dejé que fuera libre que experimentara los nuevos cambios, yo también aproveché porque ya debía regresar a casa para darle pecho a la bebé.

- Sam, ¡hey! Ya debemos irnos. Dije despegándola del cuello de un hombre muy apuesto.

-¿A dónde?. Preguntó haciendo pucheros.

- A la casa donde estoy viviendo, debo amamantar a mi hija. Dije limpiándole los labios.

- WOW ¿tienes una hija?. Preguntó asombrada.

- Sí.

- Que genial pero ¿No le haré daño si me le acerco?.

- Tranquila no dejaré que te acerques mucho por precaución. Dije seca.

No estábamos muy lejos de mi morada así que nos apresuramos lo más que pudimos, le enseñé a Sam las habilidades lo que me llamaba mucho la atención de ésta chica era su gran capacidad para aprender muchas cosas en apenas sólo unas horas de convertida. Llegamos a casa pero antes le advertí.

- Te advierto que soy muy celosa así que mantente distante de mi novio. Dije amenazante.

- Tranquila se supone que voy a cambiar ¿no?.

- Eso espero.

Entramos y estaban Nikki y Jeremy esperandome en la sala.

- Muy bonito. Dijo Jer sarcástico.

- Yo.. puedo explicarlo.

- ¿Quién es esta?. Dijo Nikki ahorcando a Samantha.

- ¡Sueltala! Es amiga. Dije furiosa.

- ¿Amiga? ¿De dónde? ¿Dónde la conseguiste?. Pregunto Jer.

- En un prostíbulo.

- ¿Que?.

- Tranquilo estaba en busca de comida y pues la encontré a ella. Expliqué para bajarle los humos.

- Shan... Dijo Samantha con voz débil.

- Te dije que la soltarás. Le grité a Nikki.

- Bien. Dijo soltando a Sam.

- ¿Quién te convirtió?. Le preguntó Jer.

- *silencio*.

- ¡Responde!. Dijo Nikki.

- Fui yo, yo la convertí. Dije en tono desafiante.