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- Y ¿nunca te buscaron?. ¿Ni familiares ni nada?. Pregunté.

- No, nosotros somos odiados por nuestra rama familiar puesto a que todos en algún momento fuimos exitosos y con un muy buen puesto social económico.

- Ellos solo te tienen envidia. Completó Jer.

- Si bueno realmente nunca me importó. Contestó Nikki desinteresado.

- Ya creo que es hora de volver a casa. Dije poniéndome de pie.

- Sí, vamos.

Al regresar usando nuestra habilidad Nikki nos dio unas hojas y unos sobres para escribir nuestras cartas púes esa misma noche las entregaría anónimamente en nuestros hogares.

A Jeremy y a mi nos costó pensar en que mentira podíamos escribir, pasamos cerca de dos horas escribiendo detalladamente todo para que no quedaran con dudas de que estábamos bien.

-Todo listo.

- ¿Llevas todo?. Preguntó Esther.

-Tranquila hermana, sí llevo todo.

- Gracias por hacernos este favor Nikki. Dijo Jer con una sonrisa.

- No hay problema, para eso están los amigos. Bueno ya es hora de partir. Dijo despidiéndose de todos al final casi dándole un beso en los labios a Esther.

- Cuidate. Dijo abrazándolo.

- Lo haré, ustedes cuiden de ella, volveré lo mas pronto que pueda.

- Está en buenas manos ve con calma.

- Adiós. Dijo saliendo.

- ¡Nikki!. Grité saliendo al jardín.

- Si dime. 

- Esta pregunta te sonará extraña pero a las vampiresas ¿les baja el período?. Pregunté en tono de preocupación.

- No, nunca he escuchado que las mujeres aún después de dejar de ser humanas sigan su ciclo menstrual ¿por qué preguntas?. Dijo Nik cruzándose de brazos.

- No por nada. Dije tratando de olvidar lo que me había dicho.

- Está bien, nos vemos.

- Nos vemos. Dije entrando de nuevo a la casa.

Entré con una cara de preocupación en el momento en que Jeremy me vio sabia que había escuchado y en cuestión de segundos se me acercó velozmente.

- ¿Por qué le haz preguntado eso a Nikkita?. Preguntó molesto.

- Amor, ¿no haz notado que en estos últimos tres meses no me ha bajado?.

- Creo que Nik fue claro, no les viene el periodo. Contestó.

- Él no está seguro, pero algo me dice que existe la posibilidad de que yo esté embarazada. Dije atónita.

- ¿Paranoia?. Se cuestionó Jer.

- No lo se, que te parece si le digo a Esther que mañana vaya por una prueba para ver si es cierto o es que sólo son ideas mias y no debería preocuparnos.

- Me parece bien. Dijo Jer abrazandome.

- Jer.. ¿Y si lo estoy?. Pregunté muy preocupada.

- Pues será lo mejor que me haya pasado. Si.. sé que somos jóvenes pero de ser cierto me haré cargo de ti y de nuestro bebe. Dijo besandome en la frente.

- Te amo Jeremy. Dije viéndolo fijamente a sus hermosos ojos.

- Yo te amo mas Shanodee, mucho mas. Respondió.

Nos encontrábamos solos en la sala, Esther se había ido a dormir. Nos quedamos hablando y dándonos besos largos para después de un rato ambos comenzar a sentir como la calentura y la excitación se apoderaba de nuestros cuerpos.

- ¿Estás caliente?. Preguntó Jer sensualmente en mi oído.

- ¿No se nota?. Dije besandolo y tocando todo su cuerpo.

- ¿Qué quieres que haga?. Preguntó agarrandome las nalgas.

- Que.. Me hagas.. ¡Tuya!. Mascullé con la respiración agitada.

- ¿Si? ¿Quieres que te la meta?. Replicó colocando su mano sobre mi vagina haciendo círculos en ella.

- ¡Siii!. Contesté muy excitada.

- ¿Qué estás esperando?. Dijo Jeremy subiendome al nivel de su pene para que lo pudiera sentir.

- ¿Lo sientes? ¿Lo quieres? ¿Lo deseas?. 

- ¡Siii!. Dije gimiendo bajo.

Jer me llevó rápido al cuarto donde nos estábamos quedando. Me lanzó sobre la cama y se montó arriba de mi para besarme desde mi cuello hasta mi vientre. Rápidamente nos comenzamos a desvestir entre si dándonos besos cortos pero llenos de excitación y lujuria pura.

Él al ver mi cuerpo completamente a su disposición comenzó a hacer lo que mejor se le daba, el sexo oral, me encantaba sentir ese placer como ningún otro; abrir mis piernas y observar como lamia mi feminidad era uno de mis momentos favoritos. Pasó rato dándome placer metiendo dos de sus dedos mientras jugaba con mi clítoris, a él le satisface escucharme gemir como perra pidiendo más. Cambié de posición y él dispuso a rozar su pene en la entrada de mi vagina.

-¿ Entro o no entro? ¿Entro o no entro?.

- ¡Metemelo ya!. Grité.

- Con gusto. 

Jeremy metió su enorme pene en mi de una sola vez y comenzó a embestirme como una bestia, sentí como salía y entraba en mi tan rápido que podía en cuestión de minutos correrme.

- Esto se siente jodidamente bien. Gruñó Jer con cara de placer.

- ¡No pares!.. ¡E..eres el mejor!.

- No me vas a creer pero siento que..

- Correte en mi boca, quiero tragarlo. Dije hundida en un placer infinito.

- Shan..Shanodee ven aquí. Dijo Jer saliendo de mi y metiendo su pene en mi boca.

- ¡Ahhhh! ¡Uhmm! ¡Si! Mierda que bien se siente.

Sentí como el semen se esparcía por toda mi cavidad bucal, realmente su sabor era amargo pero me excitaba tragarlo así que lo hice y luego comencé a hacer mi parte. A darle el mejor oral que pudiera desde tomar su pene con mi manos y tirar de él arriba a bajo dándole chupadas en la punta largas y cortas metiendo todo aquello en mi boca.

Después de ese momento de calentura y pasión nos acostamos desnudos abrazados uno del otro.

- ¿Te gustó?. Preguntó Jeremy.

- ¡Pues claro! ¿Y a ti?.

- La mejor sensación de mi vida. Dijo acurrucandose sobre mis pechos.

- Descansemos, mañana será otro día. Dije besándolo y cerrando mis ojos.

Inmortalidad Maldita IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora