Una noche llegando a casa escuché desde afuera a Amelía hablando por teléfono.
- ¿Cuándo le dirás a tu mamá?. Dijo la voz de un hombre.
- No lo se, ella no te conoce y dudo que me deje ir. Contestó Meli.
- Debería dejarte salir ya no eres un niña tienes quince años. Replicó.
- Lo se pero bueno yo veré como la convenzo. Dijo suspirando.
Entré a la casa para hacer notar que estaba llegando, quería saber que estaba tramando pero no podía preguntarle directamente ya que ella aún no sabía que yo era una vampiresa.
- Mi mamá llegó hablamos luego. Dijo Meli nerviosa.
- Ok, cuidate. Respondió el hombre colgando.
- ¿Amelía?. Dije llamándola desde la cocina.
- Voy madre. Respondió.
Yo solté mis cosas en un pequeño escritorio y me dispuse a hacer comida para ella, quería averiguar quien era ese hombre con el que ella hablaba, quizás era un amigo pero quizás no, sólo quería asegurarme de que no corriese peligro.
- Hola madre. Dijo Meli saludandome con un beso.
- Hola mi vida, ¿cómo te fue?. Pregunté haciéndome la desentendida.
- Muy.. Bien *suspiró*.
- ¿Ocurre algo?.
- Si mamá quiero hablarte de una cosa que he estado por preguntarte. Dijo nerviosa.
Ésta sería mi oportunidad.
- A ver cuentame que sucede. Dije sentándome en una de las sillas del mesón de la cocina.
- Bueno como sabrás yo ya tengo quince años y púes como a todas las chicas de mi edad llegamos en la etapa donde.. Nos comienzan a gustar chicos y pues.. Tartamudeaba apenada.
- No me digas hay un chico que te gusta. Dije graciosa.
- Si mamá me gusta un chico y me gustaría que lo conocieras. Dijo jugando con sus dedos.
- A ver cuentame sobre ese muchacho, ¿dónde lo conociste? ¿Que edad tiene?. Pregunté interesada al menos ya me había confesado que le gustaba alguien.
- Lo conocí en el parque de los árboles de cerezo, se llama Christian y tiene veintidós.
- ¿No crees que es un poco grande para ti?. Pregunté arqueando una ceja.
- No madre te aseguro que apenas lo conozcas te darás cuenta que es buen chico a pesar de la edad que tiene. Contestó convencida.
Pasamos un rato largo hablando del tal Christian y conociendo mas a fondo sobre los gustos de mi hija. Me gustaba que ella tuviera esa confianza en mi y me contara sus cosas yo me consideraba más que una madre una amiga para Amelía.
- Emm también quería comentarte que me invitó para la playa este fin de semana y pues quiero saber si puedo ir.
Ser amiga de mi hija era una cosa pero mi instinto de madre me decía que tenía que protegerla que no podía concederle el permiso sin antes conocerlo.
- Veras hija como madre nosotras desarrollamos un "sexto sentido" y púes no estoy de acuerdo con que vayas a un lugar que queda a unos treinta km con alguien a quien no conozco, traeme a Christian y una vez lo conozca te daré mi opinión al respecto. Dije seria.
- Ohh emm está bien. Dijo con la cabeza casi baja.
- ¿Que te parece si le digo para que venga mañana?. Preguntó esperanzada.
- Me parece bien, dile que lo invito a cenar mañana a las 7:30.
- Ok en seguida lo llamo para avisarle, gracias mamá. Dijo dándome un beso para luego salir corriendo a su habitación.
Después de esa conversa terminé de hacer la cena, yo comía porciones pequeñas ya que continuaba el rechazo hacia la comida humana pero aprendí a tolerarla un poco para seguir fingiendo ser humana ante los ojos de Amelía aunque ya estaba llegando el tiempo donde tendría que decirle lo que realmente era. Terminamos de comer, le pedí a Meli que por favor lavara los platos y que dejara todo limpio, yo me fui a mi habitación me cambié, lavé mis dientes y me fui a descansar ya que mañana tendría esa cena con el enamorado misterioso de mi hija.

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Inmortalidad Maldita I
VampireLe rompí el corazón, ahora él busca venganza. Sentir sus manos cada noche sobre mi cuerpo, contener ese deseo de huir y salvarme de aquel infierno pero el miedo se apoderaba de mi, esto sintetizadamente fue lo que viví quizás durante la peor etapa d...