Capítulo 1: Un pasado que se debe enterrar.

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16 de febrero del 2013

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16 de febrero del 2013.

Ver los rayos del sol que anuncian un nuevo día reflejados en su cabello castaño, mientras duerme plácidamente a mi lado, aferrándose con sus brazos a mí cuerpo haciéndome sentir protegida, dichosa y feliz. Él se volvió mi gravedad cuando necesité estabilidad, mi brújula cuando me encontré perdida y mi fuerza cuando las mías estaban marchitas. En estos momentos me doy cuenta porque existen personas que no se quedan para siempre en tu vida, que te dejan para darle paso a otras, eso no lo entiendes hasta que te ocurre.

Sin embargo, mirarlo, algunas veces duele, duele cuando me cuestiono...

¿Cómo sería mi vida si fuera él... a quien viera al despertar?...

¿Cómo sería mi vida si él... no se hubiera marchado?...

¿Cómo sería mi vida si él... estuviera aquí conmigo?

Siempre conmigo...

Existen ciertos amores, que por mucho que pase el tiempo no podremos olvidar, los cuales por ciertas circunstancias se pierden en el camino, bien sea, culpa del destino o peor aún por decisiones equívocas, tal vez mas allá de buscar un culpable la verdad es que muchos de ellos vienen simplemente con fecha de caducidad, en el que debes enfrentarte con la realidad, donde aprendes a diferenciar entre el mundo que creas en tu cabeza, al mundo en el que realmente vives, sabiendo que no tendrás un manual que te diga cómo olvidar o sobreponerte, lastimosamente, son situaciones que todos tarde o temprano viviremos.

Así que...

Un minuto de silencio por aquellos a quienes nos han roto el corazón.

¿Cómo después de tanto tiempo él sigue sumergido en mis pensamientos?

Creo que estoy destinada a cuestionarme lo que sería y no lo que es.

Debo confesar que después de todo no fue una simple pasión, era real, por lo menos para mí. El primer amor nunca se olvida, pero la vida sigue andando y yo también. No puedo quejarme, tengo a mi lado a un hombre maravilloso, que me enseñó a creer, aun cuando creí que todo estaba perdido.

— ¿Cuánto tiempo llevas despierta? — Y ahí estaban esos ojos verdes que me traían a la realidad, concediéndome la certeza del porqué es mi presente.

— No mucho — le digo besando su nariz, me lleva hacia él, besando mis labios con dulzura.

— No me cansaré de esto, no me cansaré de ti — sonríe, me da un abrazo, uno de esos que te reconfortan y te hacen olvidar todo lo que está mal.

Chadd, es la casualidad más importante que llegó a mi vida, de eso no tengo dudas. Recuerdo que la primera vez que lo vi, estaba en el cafetín de la universidad, parecía ese chico al cual no puedes dirigirle la palabra porque automáticamente creas tu propia tumba, se veía frío, distante, no muy sociable, por eso en cada oportunidad que coincidíamos, decidía alejarme, hasta que en una clase le tocó ser mi compañero para una exposición, me aterraba la idea, pensé que esa era la primera vez que iba a ser reprobada, pero fue el empuje perfecto, ya que, desde ese momento cambió la perspectiva que tenia de él, al final me di cuenta que es muy tierno, atento, y considerado, hace que las cosas a mi alrededor, incluso mis pensamientos, desaparezcan, me ayudó a superar mi pasado, del cual él no tiene ni la más mínima idea, es algo que me he guardado, nadie lo sabe, quedo como un secreto, debe imaginarse, tampoco es tonto, pues aunque sabía sus intenciones de querer tener algo más conmigo, esperó hasta que me sintiera confiada, tuvo mucha paciencia, yo la verdad no estaba segura de dar ese paso, mi mente seguía aferrada al ayer, no fue nada fácil superarlo, hasta que poco a poco me fui enamorando...

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