Capítulo 25: Resignación.

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23 de febrero del 2005

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23 de febrero del 2005

Las miradas suelen ser la forma de expresión más significativa, los humanos no son capaces de ocultar, la tristeza, la alegría o incluso el enojo, puede disimular sus expresiones, pero jamás la sinceridad que reflejan a través de su mirada, incluso llega un punto en el que el amor no se puede controlar, en que las lágrimas no se pueden detener y las sonrisas no se pueden evitar, muchas personas incluso aseguran, que si quieres conocer a alguien, solo debes mirarlo una vez más, para descifrar todo lo que esconde.

No existía nadie en este mundo que al verla, sus ojos, reflejara la magia que era amarla, a veces, eran como dos luces en medio de la oscuridad, o como el intenso sol en verano, la vida para él no estaba completa si no era con ella.

¿Se puede amar de esa manera? ¿Se puede amar tanto a alguien que no sepas ni reconocerte? ¿Se puede amar a un nivel de perderte tú mismo?

Hay preguntas que probablemente no tengan una respuesta concreta, existen interrogantes que solamente el corazón puede descifrar.

— ¿Por qué tienes esa mirada? — manifiesta ella con los brazos alrededor de su cuello.

— ¿Cual? — sonríe tímidamente.

— No sé, es diferente, la forma en la que me miras, es como... No puedo explicarlo ¿Ya no me amas? — él la besa rápidamente.

— Pues, de verdad eres muy mala para interpretar a las personas tengo la respuesta para eso... — afina la garganta — ¡ES PORQUE TE AMO! — grita a todo pulmón, en medio de su habitación.

— Ethan... —  declara muy sonrojada

— Estamos solos Eleonor...— dice intrigado.

— Lo sé, solo que me pones nerviosa... ¿Sabes?

— ¿Que? — la toma por la cintura

¡TE AMO! — grita lo más fuerte que puede, besándolo al ritmo romántico de una canción.

Es imposible no deleitarse con su forma de amar, es inevitable no desear un amor igual, pero como nada en la vida es perfecto ni eterno, esto solo duraría menos de los que podrían imaginar.

No habían comenzado a amarse de la forma en la que realmente deseaban y ya se estaban acercando a un precipicio donde por un largo tiempo su amor iba a quedar en el aire.

Eleonor, planeta tierra llamando a Eleonor — salgo de mi trance y mis recuerdos al escuchar la voz chillona de Elizabeth.

— ¿En qué pensabas hermanita? — dice Chloris con cara de ansiosa.

— Seguro Chadd, ya falta poco para el gran día — expresa mi mejor amiga muy hipócritamente, la desafío con la mirada y digo...

Pues la verdad sí, es que estoy un poco nerviosa, se acerca el gran día, no sé cómo quitar estas ansias.

— Ya imagino lo hermosa que te verás — aplaude mi pequeña hermanita.

Como me hubiera gustado verte con Ethan, deberías cancelar la boda y escaparte con él, deberías escucharme más seguido soy mayor que tú, por lo tanto más sabia — objeta suspirando Elizabeth.

¿QUÉ? — Todas decimos al unísono.

Sí, no sé por qué se sorprenden si ya les había dicho lo que opinaba, además siempre creí que ustedes eran el uno para el otro.

No nada que ver, creo que nuestra amistad se hubiera arruinado — me muerdo el labio nerviosa

— No querida hermanita si Ross y Rachel no terminaron mal ustedes menos.

— Además su amistad ya parece bastante fracturada ¿No se dieron un beso ya? — escupe sin escrúpulos la actriz.

— Eso creen ustedes — Manifiesta por debajito Dorotty casi en un susurro, logro escucharla, mirándola con advertencia.

— Siento que me estoy perdiendo de algo ¿Por qué soy la última en captar las cosas? ¿Será porque soy la menor? ¿O todavía soy inocente? Pero ustedes tres — nos señala — están lanzándose un montón de indirectas.

En ese justo momento deje de escucharlas, bloquee todo tipo de pensamiento que me recordara a él, no permití que de nuevo se metiera en mi hasta dejarme sin nada, no ha hecho más que dejarme seca, me quede varada en un montón de basura sentimental, ya todo apesta a mi alrededor.

La vida es caprichosa, o más bien nuestros pensamientos, como me gustaría a veces olvidarme que existe el amor, que existe él y lo que una vez fue, ya es feliz con alguien más, continuó con su vida, al parecer de la mejor manera, aunque quisiera estar contenta por ello no puedo, realmente he sido demasiado egoísta, sabía que debía seguir con su vida sin mí, y patéticamente no puedo aceptarlo, ya no sigo interfiriendo, al final es quien sale perdiendo.

Ethan me ha dejado una sola vez, pero yo...

Apuñale su corazón muchas veces.

— ¿Entonces qué opinas Eleonor?— dice la rubia.

— ¿Sobre qué? — digo confundida.

— Hermana definitivamente hoy estas muy rara, ya veo que no soy la única loca, necesitas por favor dejar de vivir en Marte — sonríe Chloris haciendo muecas.

— ¿Y?... ¿Qué opinas de planear un viaje sorpresa con Jacob? Me gustaría ir a Hawái, aunque a él le encantaría ir a Venecia ¿Podemos ir a los dos lugares? Incluso a muchísimos... — su cara se ilumina.

— Y de que yo me mude con Brandon... ¿Es muy rápido? ¿No verdad? Somos dos adultos tomando decisiones maduras...

— Ya va, ya va... ¿De qué me perdí? — todas colocan los ojos en blanco — No crees que es muy rápido el pobre ni siquiera se recupera de la muerte de su padre, aunque la verdad le haría bien — me callo por unos segundos — es más, si, definitivamente tienen que irse de viaje... Eso hará que su mente se despeje de todo el caos en el que se encuentra, así tal vez se olvide de todo, y tu querida amiga — miro muy fijamente a Dorotty y me encojo de hombros — la verdad nunca te había visto tan feliz, no importa si es muy rápido o no, es como te sientas, la vida es muy corta para que dejes lo que quieres para luego, si fracasas, quédate con los mejores momentos.

— ¡Aww! Tengo ganas de llorar, ¿Por qué el embarazo me hace sentimental? Las amo tanto.

Mirarnos juntas nuevamente, me hace pensar en lo afortunada que soy de tenerlas, a pesar de nuestras diferencias, de nuestras vidas complicadas, de cada personalidad tan diferente, somos una sola, y eso no cambiaría nunca, es gratificante tener amigas incondicionales, que te van a apoyar no importa por lo que estés atravesando, no se trata de tener miles a tu alrededor, se trata de que los que te rodeen no importa si los cuentas con una sola mano, sean leales y te complementen.

La vida está llena de pequeños momentos como este, ellas son parte de mí, son mi familia, una de las razones de mi existir, incluso si una sufre, sufro tanto o mucho, porque duele la tristeza que puedan sentir y no poder hacer nada para sanar las heridas o las cicatrices en su corazón es frustrante. Muchas veces me siento como la peor hermana o amiga que existe sobre todo porque lo único que he hecho últimamente es enfocarme en mí, sin importar lo que sucede.

No queda más que resignarme, mis decisiones han sido tan malas que finalmente me derrotaron, duele pensar, que he sido demasiado indiferente que tal vez no me di cuenta de las veces que me han necesitado y no he estado.

Es hora de cambiar...

Es hora de continuar...

Es hora de dejar todo atrás...

Es hora de hablar menos y actuar. 

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