Capítulo 30: Estúpido amor.

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Se me hace cada día más difícil no derrumbarme, es complicado mirarlo en ese estado, no entiendo como lograré ser fuerte, anoche no pude dormir, estoy tan cansada de pensar, y pensar, estoy agotada mentalmente, no quiero que esta enfermedad se lo ...

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Se me hace cada día más difícil no derrumbarme, es complicado mirarlo en ese estado, no entiendo como lograré ser fuerte, anoche no pude dormir, estoy tan cansada de pensar, y pensar, estoy agotada mentalmente, no quiero que esta enfermedad se lo lleve, ya han dejado este mundo tantas personas, no creo ser capaz de enfrentar esa situación.

Me doy golpes en la frente una y otra vez con el escritorio de mi oficina.

Voy a explotar...

Necesito unas vacaciones...

Suelto todo el aire contenido, suena el teléfono de la oficina...

— Si... Rose.

— El Sr. Ethan Farlanewins, acaba de llegar — me quedo fría, ¿Ethan? ¿Qué hace aquí?

— Ehmm— digo nerviosa — sí que pase. — me arreglo rápidamente...

¡Ahs!

¿Por qué estoy nerviosa?, me arreglo rápidamente, me cruzo de piernas, se abre la puerta, y lo primero que veo son esos inquietantes ojos, mi corazón se acelera más de lo normal.

— Eleonor — manifiesta con una sonrisa.

— ¿Qué quieres? — finjo frialdad.

— ¿Así tratas a tus socios? — se sienta, y me mira fijamente.

— ¿Qué quieres? — Repito — No tengo ninguna reunión pautada con la empresa "Far'Wins Corporation, Inc".

— Necesito hablar algo importante — se acomoda la corbata — Prefiero que sea en otro lugar.

— Si no vamos a hablar como socios mejor te retiras — señalo la salida.

— Esto es muy importante — me levanto, me dirijo hasta la puerta, la abro, me quedo esperando que él se levante y se vaya de una vez por todas, pero en vez de eso se acerca a mí, cierra la puerta de un tirón, con una mano rodea mi cintura acercándome a su cuerpo, mientras que con la otra me toma del cuello, quedo inmóvil, nuestros rostros están tan cerca que puedo sentir su respiración.

¡Dios mío lo que este hombre provoca en mí!

¡Quiero besarlo y que termine haciéndome el amor en el escritorio!

¡Mierda! ¡No! ¡Tengo que ser fuerte!

— ¿De verdad crees que soy tan idiota como para no saber las ganas que tienes de besarme? — niega varias veces con alegría.

— No, no creo que seas idiota, eres más que eso — lo reto con la mirada — suéltame — exijo, pasa el pulgar por mis labios, trago saliva, contrólate Eleonor.

— Eres tan preciosa — es lo último que dice antes de estamparme un beso, coloco los ojos como platos, Dios mío, me siento en el cielo, intento ser fuerte pero no puedo, lo beso, le sigo el juego, cierro mis ojos dejándome llevar, mi piel se eriza con cada contacto, se vuelve más ardiente, más deseoso, siento su lengua en mi boca, marcando cada área, dejándome saber, que solo seré suya, la temperatura sube, desciende lentamente la mano que reposa en mi cintura hasta los glúteos, aprieta uno, empujándome más hacia él, un jadeo sale de mi garganta lleno de placer, rodeo su cuello con mis brazos, muerde mi labio inferior de forma delicada, pero que hace que mi cuerpo se debilite, me lleva hasta el escritorio me apoyo sobre este, para sentir los dedos de Ethan bajando la cremallera del vestido, mientras da pequeños picos sensuales en mi hombro.

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