Save me, please. - Ziall

II. Cold

*Narra Niall*

Estaba de los nervios. Un nervio más y mi cuerpo explotaba.

Llevaba media hora en el baño junto a Zayn, quien estaba en la bañera con el agua al máximo de fría, pero él la seguía sintiendo caliente debido a su fiebre. Había probado de echarle cubitos de hielo, pero el agua al parecer estaba tan caliente que se deshacían antes de enfriar la bañera.

- Sigue estando caliente, Ni...

- Está al máximo de fría, ¿¡qué quieres!? ¿¡Que te meta en el congelador!? Por que es la última opción que me queda... - Suspiré y me levanté, sentándome en la taza del váter llevándome las manos a la cara, quebrándome en pedazos.

- Ni...Tranquilo, no me pasará nada.

- ¿Nada?¿Con nada te refieres a que estás a punto de morir envenenado enfrente de mis ojos? - Los orbes marrones del moreno se entristecieron.

- Estaré bien, Ni... - Respiró con fuerza y luego se quejó, llevándose una mano el estómago.

Según Harold, Zayn había sido envenenado el día de la batalla contra los ángeles caídos, sin embargo mi marido no recuerda que nadie le inyectara nada, pero tenía una leve marca en el cuello y el hijo de Harry y Louis lo identificó como marca de uñas, demasiado afiladas para ser de un ángel caído, y demasiado cortas para ser de un demonio. Nadie sabía de donde venían esas marcas, y nadie tenía una idea de quién podía haber sido.

El veneno consistía en una mezcla de espina venenosa de Mantícora,pluma de una Harpía, sangre de Basilisco y un colmillo de una de las serpientes de la cabeza de Medusa. Lo que estaba provocando en Zayn era una especie de gripe extrema, tenía fiebres de 41ºC, temblores,escalofríos, dolor de huesos, alucinaciones por la fiebre, sudores,mucosidades... Pero ya había llegado a un punto donde las mucosidades salían con sangre, avisando de alguna hemorragia interna de la cual no estábamos enterados y la cual había sido provocada por el veneno.

Y Harold nos dijo que si en un mes no encontrábamos el antídoto Zayn moriría.

Habían pasado cinco días, mi hijo John, Harold y un amigo de ambos, llamado Nick, se los habían pasado enteros día y noche buscando lo necesario para el antídoto. Pero diablos, eran imposibles de conseguir.

Podíamos ser Dioses, demonios, arcángeles, Nephilim, cualquier cosa, pero había cosas que ni mi padre podía conseguir.

La desesperación me carcomía, y Zayn parecía no importarle que en menos de tres semanas moriría si no encontrábamos el antídoto. Le prometía que lo conseguiría, pero le estaba dando promesas en vano,promesas que sabía que no se iban a cumplir, que en menos de un mes pasaría a vivir el resto de mi vida sin él, sin sus brazos rodearme, sin sus besos, sus tonterías, sus miradas que intimidaban... sin nada.

- Niall...- Se quejó y yo salí de mi trance, corriendo a la bañera agarrando su ardiente mano.

- ¿Qué ocurre, bebé? ¿Te encuentras bien? ¿Necesitas algo? ¿Más agua fría? ¿Comida? ¿Agua para beber?

- No...Tan solo quiero que me beses... - Noté un nudo en la garganta y una opresión en el pecho, pero aún y así asentí y me acerqué poco apoco a sus labios, llegando a sentir su aliento bajo mi piel, las cosquillas de su barba en mis labios. Los junté y noté cuan calientes estaban, cuanto ardía su cuerpo, incluso notaba su agonía por vivir y que el veneno saliera de su cuerpo. Una lágrima traicionera salió y cayó sobre la mejilla de Zayn. - Shhh, no llores, amor... Por favor...

- Lo siento... - Lloré con ganas y me abracé a su cuerpo. Noté como con sus débiles brazos me abrazaban haciendo que yo apretara el agarre sobre su cuello sollozando. - No puedo imaginarme una vida sin ti...