V. ¿Podía ocurrir?

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《 -¿Y te gusta?

+Cada día más. 》

*Narra Zayn*

Me senté con las piernas cruzadas mirando a Niall, quien esperaba ansioso que le contara todo.

- ¿Por dónde empiezo?

- Primero cuéntame de ti, luego ya me contarás sobre lo otro. - Sonrió y yo suspiré.

- Está bien, ¿qué quieres saber de mí?

- El por qué de tu nombre, qué pasó para que te quitaran tus alas, lo que has vivido en el cielo, lo que has vivido aquí, donde conociste a los demás chicos... Ya sabes, lo más básico. ¡Ah, sí! Y el por qué no puedo entrar a tu mente.

- ¿Acaso has intentado entrar a mi mente? - Pregunté aún sabiendo que cuando se desmayó intentó volver a probar sus poderes conmigo.

- Sí, el día que me desmayé quise hablarte, pero una gran barrera me impedía el paso.

- Bueno, lo contaré todo pero hasta que no acabe no podrás hacer preguntas, ¿Entendido?

- Sí, sargento. - Se llevó una mano a la cabeza y se puso rígido como un soldado. Reí y le revolví el pelo, adoraba hacerlo.

- Bien, pues me llamo Evan, que significa que soy un guerrero joven, bien llevado. Me llamo así porque desde joven he tenido que luchar contra mi hermano, quien me odiaba con todo su corazón por el simple hecho de que era el ojito derecho de mamá. Intentó matarme varias veces, y en una de las batallas le gané y acabé matándolo. - Cerré los ojos al recordar el cuerpo de mi hermano en el suelo y ensangrentado. - Me quitaron las alas por haberle matado, dijeron que eso estaba contra las leyes de Dios. - Abrí los ojos y miré a Niall. - Por otra parte, el cielo es magnífico, todo es tan diferente a la tierra que parecen dos mundos diferentes.

- Es que son dos mundos diferentes, Zayn. - Me interrumpió Niall.

- Cállate rubio mal teñido. - Reí dándole un pequeño empujón. - Llevo en la tierra ocho siglos, es decir, ochocientos años.

- Wow, ¿en teoría cuántos años tienes?

- En teoría para un humano debería tener 963 años, pero como somos inmortales dejamos de envejecer a los 20 años. Quedamos siempre con la apariencia de un chico de 20 años. - El rubio abrió la boca exageradamente. - Conocí a los demás chicos en el cielo, pero nunca pensé que fueran a revelarse al cielo por haberme expulsado, haciendo que los expulsaran a ellos también. No puedes entrar a mi mente porque tengo una barrera protectora, solo dejo que entren a mi mente quien yo quiera, así no parezco un... ¿Cómo se decía aquí en la tierra? ¡Ah, sí! Para no parecer un esquizofrénico. - Reí. - Pero cuando te ganes mi confianza te dejaré entrar a ella.

- Ahora estás dándome tu confianza al contarme sobre tu vida. - Y tenía razón, nadie sabía mi vida completa excepto mis amigos de toda la vida y el Capitán.

- Maldito seas rubio. - Niall empezó a reír contagiándome la risa y los dos nos estiramos hacia atrás quedando tumbados en la dura e incómoda roca.

- ¿Qué se siente cuando te quitan las alas?

- Cuando te quitan las alas duele mucho, es como si te estuvieran arrancando el corazón por la espalda. Es un escozor, un ardor, duele muchísimo la espalda, tus homóplatos arden y sientes como si te hubieran quemado la espalda con ácido.

- Eso mismo sentí yo en el centro comercial, me picaba muchísimo la espalda y noté como si le acabaran de echar ácido a mis vértebras. - Dijo Niall girando su cabeza para mirarme. Le miré con los ojos abiertos.

Save me, please.  -  ZiallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora