Save me, please. - Ziall

III. Darkness.

*Narra Niall*

Corrí al llegar a casa y vi a Harold y John en el baño echándole agua a Zayn, quien estaba hirviendo de nuevo en la fiebre. Suspiré y caminé hasta ellos, agarrando la mano de mi marido y diciéndoles a los jóvenes "en seguida salgo, debo hablar con vosotros. Antes dejadme a solas con él, por favor." Ambos chicos asintieron y se marcharon, y yo miré a Zayn quien trató de sonreírme, pero falló al quejarse de dolor.

- No te fuerces, mi amor. Solo vengo a decirte que me iré por un tiempo para buscar todo lo necesario para el antídoto. Liam estará aquí para cuidarte, y Louis y Harry también. Todo irá bien, ¿de acuerdo? - Asintió débilmente y me acerqué para besar sus labios. - Te amo, nunca lo olvides.

- No hagas que suene a despedida, mi vida... - Hice una pequeña mueca y acaricié su frente con delicadeza. - Tan solo dime un "hasta luego, cuida de los peces." o algo así. - Reí a la vez que una lágrima salía.

- Me estás haciendo llorar y reír a la vez.

- Bipolar. - Susurró con una sonrisa y volví a besar sus labios antes de levantarme.

- Te veo en un rato, y si no te cuidan bien hazme señales de humo que vendré en un abrir y cerrar de ojos.

- ¿Abrir y cerrar de ojos de un inglés o de un chino? - Sonreí de nuevo y besé su frente.

- De un chino, mi amor.

Salí entre lágrimas y vi a John y Harold esperando a fuera. Me acerqué a ellos y lo solté de repente:

- Necesito que vengáis conmigo al inframundo con Asclepios a buscar lo necesario para el antídoto. - Y sus afirmaciones me dieron algo de esperanza.

- Voy a decirles a mis padres, un segundo. - Soltó Harold y desapareció. Miré a mi hijo y le abracé con fuerza.

- Papá vivirá, ya lo verás, Papi. - Sollocé y me apreté con fuerza. - Papá es fuerte.

- Te quiero, hijo.

- Y yo, Papi, y yo.

Harold volvió y nos dio una triste y reconfortante sonrisa.

- ¿Vamos?

- Sí, no perdamos más tiempo.

Nos marchamos del refugio y llegamos al Olimpo, donde Asclepios nos esperaba junto a mi padre. Nos dijo que le siguiéramos y caminamos por pasillos blancos y largos, algo escalofriantes. Llegamos a una enorme habitación repleta de armaduras, lanzas, espadas y demás.Entonces pensé si no tenían pistolas o armas de fuego, pues eran más eficaces y modernas que una espada.

- No tenemos pistolas ni armas de fuego, señor Timeus, por que contra criaturas del inframundo o del mismo Olimpo no sirven, y por que estamos en contra de ellas. Las espadas fueron el principio de todo y había más muerte justificada que con las nuevas armas. - Comentó Asclepios con una leve sonrisa en su rostro al haberme leído el pensamiento y me sonrojé.

- Olvidé que los dioses del Olimpo leen la mente sin necesidad de entrar en ella con permiso. - Asclepios rió y agarró una espada, entregándomela. - Diablos, pesa mucho.

- Es de hierro, de dureza alta y realmente una de las mejores que tengo. Con ella puedes golpear a alguien y de un espadazo matarle incluso aunque sea inmortal. Solté un wow y observé la empuñadura. - La empuñadura es de diamantes y topacios, y a la luz de la luna la espada cobra un tipo de magia que te hace invencible. Aunque en el inframundo no hay ni luna ni sol, por lo que eso no tendrá mucho uso. - Me la arrebató de las manos y se la dio a Harold, agarrando otra, dándomela y probando a ver cual iría mejor.

Pudimos habernos estado horas y horas decidiendo armaduras y armas, incluso mi padre Zeus llamó a Harry y Louis para que nos acompañaran, pero solo vino Louis por que según el ojiazul "Harry es demasiado torpe y lento debido a que es una torre de ocho metros." Aceptamos al ojiazul con nosotros y lo armamos, equipándonos.

Y realmente me daba vergüenza mi cuerpo. Era tan solo una saco de piel y huesos, sin ningún músculo resaltado ni un poco de carne,mientras que mi hijo, Harold y Louis eran fuertes, musculosos,impotentes. Incluso Asclepios estaba bueno, joder. En ese momento me avergoncé de ser el Dios si tan solo tenía poder y no presencia.

Traté de olvidar todo eso y una vez con la armadura y las armas de ocho kilos cada una, salimos los cinco del Olimpo, observando todo.Llegamos a la Tierra y corrí de nuevo hacia el baño. A pesar de haberme despedido antes de él, necesitaba saber su estado. Vi a Harry junto a Zayn al entrar y me acerqué de nuevo al moreno.

- Mi amor, ya me voy.

- Ten cuidado, por favor. - Murmuró y yo asentí, besando su frente de nuevo acariciando su herviente mejilla.

- Lo tendré, prometo volver lo más pronto posible, ¿vale?. - Zayn asintió y besé sus labios. - Te amo.

- Te amo más.

Me levanté y salí del baño viendo las tristes miradas de los demás,pero solo me encogí de hombros resignado y susurré un "vamos"para ir hacia el desván donde habíamos creado un vórtice permanente a cualquier lugar. Nos trasladamos y cuando llegamos todo era peor de lo que la gente del cielo decía.

Todo era oscuro, se escuchaban de fondo gruñidos y gritos desgarradores por todos lados, y largos y escalofriantes pasillos con el vacío bajo ellos se posaban frente nosotros. Caminamos con cautela pues aveces el suelo se desvanecía, cuando frente a nosotros se nos presentó nada más y nada menos que nuestro objetivo número uno.

-¿Qué hacéis aquí?