*Narra Niall*
Ambos hombres me miraban en busca de una respuesta que les pudiera decir el por qué buscaba armas que se parecieran o fueran idénticas a las que Zayn tenía – a pesar de que ellos no sabían que Zayn las tenía – cuando yo era pacífico y no me gustaban las armas, ni de fuego ni de cuerpo a cuerpo. Los miré con rostro de "no puedo contarlo pero lo necesito ya, así que deja de preguntar y encántame las armas", pero no pareció funcionar, pues mi padre suspiró y posó su mano en mi hombro.
- Hijo, ¿hay algo que no nos hayas contado?
- ¿Qué? – Damocles abrió la boca para hablar pero negué e interrumpí. –Solo necesito esas armas encantadas por un problema que he tenido pero que no puedo contar. Por favor, prometo contaros todo una vez haya hecho lo que necesito hacer, pero por favor... Papá...Damocles... – Los miré suplicantes y tras que ellos se miraran entre sí, el hombre asintió.
- Está bien, lo haré, pero quiero que nos cuentes el por qué cuando hayas vuelto. Ven, sígueme. – Seguí a Damocles hasta la sala de armas,donde todas reposaban en estantes. – No te voy a dejar escoger,pues para esos encantamientos necesitas armas específicas. Bien, me imagino que no querrás que pese así que... – Fue a un estante donde había las más grandes y preciosas espadas y agarró una,acercándose a unos estantes de libros agarrando más de cinco libros. – Son los libros donde vienen los encantamientos escritos, si no costaría memorizar cada uno de ellos. Bien, empecemos con Fuego si te parece bien...
- Sí, aunque quiero Fuego para que solo sirva de día y luego la de Hielo para qu-
- Sé la función y el aspecto de la espada del diablo, Timeus, no necesito que me lo recuerdes. – Callé ante tales amargas y secas palabras y me dediqué a observar a Damocles como encantaba mis armas. Necesitaba ir donde Zayn, necesitaba ayudarle como fuera,nadie iba a impedirlo.
*Narra Zayn*
Seguíamos en el salón esperando a la llegada de Niall, todos mirándome con ojos intranquilos, sabiendo todos lo que el rubio era capaz de hacer.Todos éramos conscientes de que cuando Niall se proponía algo, lo cumplía sin rechistar, aunque tuviera que ir a la luna y volver.Pasaron tres horas donde lo único que hice fue mirarme las manos y mis armas, quedando embobado con la daga del olvido. Era tan hermosa,tan letal y sencilla, pero a la vez tan compleja... Era sin dudas un arma hecha por los Dioses. Media hora más tarde, Niall volvió con una daga y una espada relucientes como el sol, con una película de pequeños rayos morados alrededor, cubriendo la hoja. La daga en la empuñadura había un pequeño recipiente vacío, me imaginé que le había colocado eso para que tuviera la misma habilidad que la mía,la de recolectar el diamante en polvo. Miré de nuevo a Niall a los ojos, suplicándole que no lo hiciera, pero él solo miró a los demás y habló.
- Voy a ir con Zayn, no me vais a hacer cambiar de opinión. Zayn, ¿dónde hay que ir?
- Kórnya. Pero Niall, no creo que sea buena idea que vengas conmigo... No sabes lo que te vas a encontrar allí...
- ¿Y tú sí? Zayn, acabas de salir de un casi coma debido a un veneno, he tenido que ir y luchar contra demonios, he atravesado el inframundo de arriba a abajo, ¿y crees que no voy a poder defenderme? Me da igual lo que encuentre allá, lo importante es que no vas a ir solo, no voy a permitirlo, no voy a perderte otra vez. - El moreno negó, desconforme con mis palabras.
- No puedo ir acompañado, será demasiado notorio, tengo que pasar desapercibido. Si voy en manada... moriré, y los que me acompañan también. Lo siento, Niall, pero no vas a venir conmigo. - ¡Será cabezón! No iba a dejarlo ir solo, parecía que no conocía cuan insistente y cabezón podía ser yo.
- No voy a escucharte. Vamos, tenemos que matar a los guerreros de diamante, y no sé dónde cae Kórnya. Vamos. Adiós, chicos, pronto volveremos. - Todos murmuraron un 'suerte' desacompasado y miré a Zayn, quien no parecía feliz por mi compañía en esos instantes. - Vamos, llévame. - Tocó mi mano y nos teleportamos a Kórnya.
Era un lugar oscuro, tenebroso, derruído. Todas las casas de madera estaban destrozadas, apenas podían sostenerse en pie. Y cuando nos ocultamos tras una de esas casas, vi una criatura que nunca había visto en mi vida. Tenía cuernos, un morro de animal, parecía de toro, de donde salía un humo brillante de color azul de sus fosas nasales. Lo que más me cautivó fue su armadura, maciza en diamante. Vi como a sus costados colgaban unas enormes espadas, relucientes como un rayo de sol matutino.
- ¿Qué diablos es eso? - Pregunté mirando a esas criaturas.
- Los monstruos que tenemos que derrotar. - Abrí los ojos sorprendido. Creí que serían como los arcángeles, con un par de poderes y ya. No me imaginé que serían animales recubiertos de materiales impenetrables... Zayn se percató de mi expresión al decirme esa frase, por lo que sonrió de lado con negación. - Te dije que no iba a ser algo fácil. Son putos monstruos recubiertos de diamante, hechos de diamante.
- ¿¡Están hechos de diamante!? - Exclamé aterrado. Así que el humo que soltaban no parecía diamante, si no que lo era... Zayn asintió y sacó su daga.
- Tenemos que matarlos con la espada del diablo, y luego clavarles la daga en el pecho para absorber el diamante en polvo y guardarlo para tener propiedades nosotros. Con ese polvo podemos crear tornados de diamante para defendernos. - No daba crédito a lo que escuchaba. En ese mismo instante me arrepentí de haber venido sin saber nada, no por ser débil, si no por el hecho de poder ser un estorbo para Zayn, quien conocía todo a la perfección. Yo tan solo iba a ser una molestia más que una ayuda. - ¿Te encuentras bien? - Cuestionó al verme parado, en shock y pensativo tras los trozos de madera que trataban de formar un edificio habitable. Sacudí la cabeza y le miré, dándole una sonrisa torcida.
- Sí, no te preocupes. - Asintió y no hablamos más, hasta que...
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Save me, please. - Ziall
FanfictionUn secuestro, unos ojos marrones que enamoran, un secreto, maldad, terror, dolor, felicidad, un amor imposible, y el cielo. ¿qué harías si te quitaran las alas y te lanzaran al vacío? Derechos reservados. Si quieres publicarla pídemelo. Créditos a:...