XXV. London.

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Holiwis!

Ya he vuelto (porfin se ha acabado la maldita escuela vv) y bueeeeno, ya tengo caps:$ y os publicare una maraton de 3 caps:) soy buena gente a.a

Y bueno, gracias por haber esperado estos meses sin publicar bc la maldita escuela a.a prometo publicar cada dia o almenos intentarlo:)

No pienso detener otra vez la nove y disculpen para los que siguen tambien 180º y Unexpected turn pir detener la nove de repente, pero me quede sin inspiracion y no quise dejarla alli en espera, por eso que ahora esta pausada.

Y bueno, os dejo con el cap, disfruten muchisimo linduras:)!

Nos leemos pronto, muuuuuuak♥

-lorenna☆

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MARATÓN 1/3

《 Sé que soy un idiota, pues sé que no vendrás. - Mario Benedetti. 》

*Narra Zayn*

-¿Qué le han ocurrido a tus alas esta mañana? - el castaño se encogió de hombros y me miró, mordisqueando y chupando una piruleta en forma de corazón.

-quizá me falte fuerza.

-seguro, estás hecho un saco de huesos. - le revolví el pelo y continuamos caminando por la zona comercial de Londres donde Louis me había obligado a ir para comprarse la una videoconsola.

-¿cómo llevas lo de Niall? - dejé de sonreír y agaché la mirada, pensativo. - oh, lo siento si...

-tranquilo, no es normal que después de dos años siga llorando por él.

-sigues enamorado.

-sí, supongo. - suspiré y volví a elevar la cabeza, viendo a lo lejos una mata de pelo rubia con raíces castaña y gorra verde que me daba la espalda. El chico reía con un grupo de chicos en la terraza de un bar, sentados tomando algo.

*Narra Niall*

-Niall, no sé de donde sacas tantos chistes y encima son graciosísimos. - miré a Charles sonriendo y me encogí de hombros.

-no lo sé, solo me salen. - todos rieron y les imité, bebiendo luego un sorbo de mi batido de vainilla.

Me encontraba en una terracita de la zona comercial de Londres, con mis amigos de hacía unos dos años, cuando dejé el refugio y mi antigua vida y decidí hacer una nueva. Mis nuevos amigos eran más o menos de mi edad, exceptuando a Richard, que tenía dos años más que los demás, 24, y Ashton que tenía 20 acabados de cumplir. Yo ya tenía los 22.

Era verano, para ser exactos un 25 de Junio, el calor que hacía era insoportable y los rayos de sol penetraban mi piel y mis poros empezaban a segregar sudor. Me coloqué la gorra otra vez, intentando que el sol no me diera en los ojos aunque llevara gafas.

Noté la mano de Marco agarrar la mía y entrelazar nuestros dedos, las miré, luego alcé mi mirada a Marco y le sonreí. Se acercó a mí y me dio un corto beso.

-te quiero. - susurré en sus labios.

-yo más, peque. - sonreí otra vez y le volví a besar.

-sois tan adorables. - suspiró Lucca, el único italiano del grupo excepto mi novio Marco, mirándonos con ternura.

-calla que tú tienes a Charles. - les guiñé el ojo a los dos y se sonrojaron.

Se podría decir que la única persona heterosexual del grupo era Ashton, el más pequeño.

Recuerdo que los conocí en el centro cuando, casualmente, caminando por la cuneta de la carretera leí en una señal "Londres 4,2km" y me decidí a ir allí.

Al llegar encontré mi casa, tal y como la dejé. Las llaves mágicamente estaban en la maceta que siempre había al lado de la puerta y pude entrar sin parecer un ladrón, desde entonces allí vivo con Marco y Lucca.

A los chicos los conocí una mañana en el parque por el que me decidí a correr, salía cada mañana y corría durante horas, pero un día me choqué con Marco y fue algo como amor a primera vista, porque desde ese día que nos pasamos los teléfonos hablamos cada noche y quedamos, donde conocí a los demás.

A Marco le echaron de casa al decirles a sus padres que era homosexual, así que le dije que se viniera, donde también vino su hermano Lucca, ya que también lo era. Los dos vinieron a mi casa y desde ese entonces trabajo en una panadería por las mañanas para poder ganar algo de dinero.

Toda la herencia de mis padres fue dada a mí, a mi cuenta, donde rebosa una cantidad de dinero bestial. De la empresa de ropa se encarga mi hermano Greg, pero el dinero pasa todo a mi cuenta, aunque él se queda el 10% de las ganancias, aunque ese dinero casi no lo toco al ganar dinero con la panadería.

-Niall. - me sacó de mis pensamientos Charles. Le miré expectante. - llevamos dos años conociéndote y nunca nos has contado nada de tu pasado. - me quedé paralizado y me puse tenso. Marco lo notó y me dio un apretón en la mano, como los que Zayn me daba.

Zayn... Tantos recuerdos de él, de sus ojos, sus labios, su carácter... ¿Qué habrá sido de él?

-eh... mi pasado... - miré a la mesa pensativo y luego alcé la mirada, dispuesto a mentir. - pues, yo vivía en Mullingar, en Irlanda. Allí tuve una gran infancia, pero a los 20 recién cumplidos me independicé y me vine a Londres por los estudios. Mi padre me compró la casa donde vivo ahora y bueno, a la primera noche me atracaron, pero les pegué con un bate de béisbol y les espanté. - reí y todos abrieron la boca. - luego de eso me busqué trabajo y lo encontré, porque tuve que dejar los estudios.

-¿por qué los dejaste?

-me di cuenta de que lo que estudiaba no iba conmigo.

-¿qué estudiabas?

-derecho. Bueno, trabajé y allí conocí a mi primer novio. De chico me refiero, novias había tenido varias veces.

-¿cómo se llamaba? - maldito Charles y sus preguntitas.

-Zayn. - me atraganté con mi propia saliva al pronunciar su nombre. - fue muy cariñoso conmigo, pero tuve que marcharme. Tuve problemas porque mi padre falleció y me marché sin darle explicaciones. Le dije a través de una carta que debía irme, que no me buscara ni me llamara porque había dejado expresamente el celular en su casa, que me iba y no volvería. Estuve caminando durante horas por la cuneta porque mi coche no arrancaba, pero a las horas un amigo suyo y mío también me encontró. Me dijo que no podía irme y yo simplemente le dije que no podía quedarme, que ya había tomado una decisión y que debía marcharme. Pareció entenderlo y sus últimas palabras antes de subirse al coche y dejarme otra vez solo fueron "Llámanos algún día, ¿sí?". Desde ese día nunca más he vuelto a saber de ellos. - todos abrieron la boca aún más de la que ya tenían abierta y Marco me abrazó. Él sabía que lo que contaba no era del todo verdad, yo mismo me decidí a contarle todo mi verdadero pasado.

-debió ser duro dejar a tu novio. - comentó Richard.

-¿le querías? - miré a Charles otra vez y asentí.

-querer era poco. Le amaba, mucho.

-¿ya no?

-ahora tengo a Marco, ya no necesito nada más. - todos hicieron un 'awwwww', pero de repente noté una mano que me cogía del hombro y me volteaba.

Lo que vi hizo que me pusiera palido y volviera a hiperventilar.

Save me, please.  -  ZiallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora