VI. El colgante del mal...

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*Narra Zayn*

- ¿Alcander? ¿Qué ocurre con él?

- Le hemos visto hoy en la zona comercial de la ciudad. - Zarek abrió los ojos y miró a Niall.

- ¿Os dijo algo?

- A mí. - Dijo Niall. Zarek lo miró atento. -  Cuando estábamos en la zona comercial Zayn iba cargado de bolsas y me dijo que nos fuéramos, porque vio al tal Alcander del que estáis hablando. Luego yo le ignoré y entré a una tienda a comprar, pero cuando salí el chico ese estaba enfrente mío mirándome. Me dijo que fuera con él, que me salvaría y me enseñó un colgante como el de Aglaia pero de color rojo, rojo fuego. Luego salí corriendo y me desmayé por un dolor en la espalda.

- ¿Dolor?

- El mismo que cuando te quitan las alas. - Dije yo acaparando la atención de los dos.

- ¿Un ardor en los omóplatos?

- El mismo. - Afirmó Niall.

Zarek empezó a dar vueltas alrededor de Niall, observándolo con detalle, sin dejarse ningún rincón del diminuto y pálido cuerpo del rubio. De repente cogió la camiseta empapada de Niall y se la quitó, dejando al descubierto todo el torso y la espalda de éste. Tocó con delicadeza su espalda, rozando los omóplatos con los pulgares.

- ¿Te duele cuando paso mi mano por ellos? - Niall negó con la cabeza. - ¿Ahora tienes algún dolor en la espalda?

- La tengo como entumecida.

- Debemos hablarlo con Aglaia, y también lo de los colgantes. Está en malas manos. - Le entregó la camiseta al rubio y él se la puso con rapidez. - Vamos. - Nos hizo una señal con la mano para que le siguiéramos y entramos al salón hasta llegar a mi habitación.

- ¿Qué hacemos en mi habitación? - Pero Zarek me ignoró por completo. - Zarek, te estoy hablando. - El nombrado se volteó y me miró con furia, la mandíbula apretada y las venas del cuello marcadas.

- No me llames así, Evan.

- Es así como te llamas, ¿no? - Sonreí con picardía y él me gruñó.

- ¡Hey! ¿Se puede saber qué pasa aquí? - Dijo una voz femenina desde la puerta. Los dos volteamos a mirarla, era Apolline, mi madre.

- ¿Madre? ¿Qué hace aquí? ¿No debería estar en el cielo? - Me acerqué a ella y la envolví en un abrazo mientras pequeñas lágrimas caían por mis ojos.

- Shh, vine porque tu corazón me lo pidió.

- ¿Mi...mi corazón? - Miré confundida a mi madre. Ella tan solo me sonrió.

- Creo que deberíamos hablar de esto más tarde. - Miró a Niall con una sonrisa. - Tú debes ser Timeus... - Se acercó a él y éste se tensó ante su tacto. - Me han hablado muchísimo de ti.

- Todos me lo dicen. - Rió nervioso el rubio.

- Evan.

- Dígame Madre.

- ¿Podríamos hablar en privado ahora?

- Claro, salgamos. - La cogí del brazo y salimos de la habitación. - Dígame, Madre, ¿qué ocurre?

- ¿Tú sabes de quien te has enamorado?

- ¿Enamorado? ¿Qué dice?

- He visto como le miras, tu mirada lo dice todo. Siempre tuvimos esa conexión que cuando a mí me pasaba algo tú lo sentías como si te ocurriera a ti y viceversa. Por lo que, si tu corazón late por motivos, yo lo siento.

Save me, please.  -  ZiallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora