XXVII. All of me.

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Holiwis!

Y bueeeeno, aquí se acaba la maratón:( prometo mañana escribir algo y publicar:) gracias por leer, disfruten y nos leemos pronto! muuuuuuuak♥

-lorenna☆

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MARATÓN 3/3

《 La única verdad es que te extraño y tú no haces nada para cambiar eso. 》

*Narra Niall*

Llegué a casa junto a Marco, entramos y nada más llegar lo empujé y lo acorralé entre la pared y mi cuerpo sonriendo. El castaño sonrió.

-veo que tenías ganas de estar conmigo a solas. - rió y empecé a besarlo, rudamente, invadiendo toda su cavidad bucal.

-sí, puede. - sonreí y volví a besarle, colocando mis manos en su cintura, introduciéndolas por dentro de su camiseta, notando su piel ardiendo. - mh, estás ardiendo.

-por tu culpa. - su respiración era agitada aligual que la mía.

Le saqué la camiseta de un tirón y empecé a besar su cuello, a lamer, dejar marcas y caminos de saliva por todo él. Noté las finas y pequeñas manos de Marco entrar bajo mi camiseta, pegada por el sudor a mi cuerpo, y se deshizo de ella en cero-coma. Nuestros pechos desnudos chocaban, nuestro sudor se mezclaba y nuestra saliva igual.

No pretendía tirármelo en medio de la entrada de casa, aunque ya lo habíamos hecho un par de veces.

Estaba a punto de quitarle los pantalones cuando el timbre nos hizo parar. Me separé de los labios de Marco y miré la puerta con una mirada asesina.

-quien sea me lo cargo. - susurré. Marco se fue al salón y yo abrí la puerta. El puto vecino. - ¿qué quieres?

-soy el vecino de enfrente y pues vengo a pedirte si tienes sal. - dijo un poco sarcástico.

-qué inoportuno. - suspiré. - no tengo sal, se nos ha acabado esta mañana.

-qué pena. - miraba descaradamente mi paquete y miré y vi que aún estaba empalmado.

-¿algo más? - mi tono molesto no pareció importarle.

-no, pero si quieres puedo ayudarte con tu... problemita. - señaló mi erección y yo sonreí.

-lo siento, guapetón, pero de esto se encarga mi novio.

-oh, vamos, solo será un polvo. - me empujó y cerró la puerta a sus espaldas. El muy cabrón había entrado y ahora me estaba agarrando el paquete con descaro.

-te he dicho que no. - le aparté la mano y tiré hacia atrás, chocando con algo.

-te ha dicho que no, ¿no escuchas? - los brazos de Marco me rodearon la cintura desde detrás. - aunque, podemos jugar a un juego.

-¿qué juego? - pregunté nervioso.

-observa esto, vecinito sensual. - el vecino se lamió los labios. - Ni, mastúrbate, aquí, ahora. - abrí los ojos y me volteé a mirar a mi novio con sorpresa.

-¿qué?

-vamos. - me dio un empujón y quedé de cara a los dos chicos. Me mordí el labio y empecé a bajar mi mano por mi pecho, el que estaba cubierto por una capa de sudor. - no te cortes, vamos. - agarré mi erección por encima de los ajustados tejanos y la acaricié. Cerré los ojos por el placer. - así, bien... - metí la mano por dentro y la agarré. - muy bien, continúa. - la saqué y me la empecé a machacar.

Save me, please.  -  ZiallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora