*Narra Niall*
- ¿Qué hacéis aquí? - Preguntó con una voz demasiado oscura, grave, neutra, sin vida, como lo estaba él.
- Venimos a buscar el culpable de un envenenamiento al marido del Dios Timeus.- Sus ojos se posaron en mi anatomía, y vi como uno de sus colmillos asomaba al sonreír de lado con cinismo, demasiado a mi parecer.
- Al fin os dais cuenta de que el maldito demonio traidor ha sido envenenado. ¿Cuánto tardasteis? ¿Dos milenios? ¿Tres?
- Cierra la boca, Belphegor, o tendremos que matarte.
- ¿Matarme? Todos aquí ya estamos muertos, somos como fantasmas pero seguimos en un cuerpo, vagando por estos lares. ¿Qué buscáis? ¿Mi sangre para el antídoto de la pócima de Midas? Pues qué pena, por que mi yugular no es un grifo y no recibiréis ni gota. - Rió y a mi lado apareció otro demonio, uno mucho más escalofriante que Belphegor.
- Belphegor, ¿por qué te empeñas en hacer daño a quien no te ha hecho nada?
- Porque los demonios nos alimentamos a base del dolor ajeno. - Me acerqué al demonio recibiendo una mirada de espanto por parte de mis compañeros pero las ignoré y me planté delante suyo, sonriendo de lado como había hecho él antes, mostrando mis colmillos.
- Imagina que tienes a alguien a quien amas, y que de repente, un día normal, viene a casa envenenado y que no sabes por qué y los ingredientes del antídoto son casi imposibles de conseguir. ¿Qué harías?¿Todo lo posible por salvarlo o dejarle morir?
- Los demonios del inframundo, y a ver si te enteras de una maldita vez, no sienten nada que no sea dolor, por lo que lo dejaría morir para alimentarme de su dolor. - Negué con la cabeza y con una mano agarré la empuñadura de mi espada, tratando de que no fuera notorio mi agarre sobre ella. Hice ver que apoyaba mi mano sobre la empuñadura.
- ¿Yo sabes qué haría? - Casi podía sentir su respiración en mi rostro cuando el demonio levantó su mentón y me miró a los ojos. Negro con negro se encontraron en un eterno vacío. - Esto. - Con rapidez saqué mi espada y le corté el cuello. - ¡Rápido, John, agarra el frasco y rellena, yo me encargaré de los demás! - John corrió hasta donde yo me encontraba y me volteé en el momento justo para ver como el demonio de antes se acercaba y trataba de atacar a mi hijo. Le clavé el arma en el estómago y luego en el pecho, dejándolo desangrándose en el suelo. No tardaría mucho en recuperarse y volver a estar bien. Mi hijo rellenó tres frascos con la sangre vertida y se acercó a nosotros de nuevo, pues todos estábamos luchando contra demonios esbirros de Belphegor.
- Ya lo tengo.
- Perfecto, continuemos, sé donde pueden estar los centauros. Timeus, Belphegor vivirá, tan solo sangrará por quince minutos. Es inmortal, pero nosotros somos rápidos y en esos quince minutos ya nos habremos marchado y ellos no podrán subir a la Tierra.
- Tan solo vayamos rápido, tengo sangre de demonio hasta en las entrañas.- Dijo Louis quien no había hablado en todo el rato y Asclepios rió.
- Pensé que serías más inteligente y sabrías que de aquí nadie sale limpio. - Le respondió Asclepios y el ojiazul resopló poniendo los ojos en blanco. - Continuemos y no perdamos más tiempo, necesitamos encontrar a Arión y un fénix.
- ¿Dónde están los Fénix? - Preguntó mi hijo mientras todos caminábamos convertidos en demonios excepto Asclepios, que reflectaba pureza debido a ser un Dios y no un demonio como los demás.
- Los Fénix están situados en El Más Allá, algo lejos de donde estamos.
- ¿Y Arión?
- Está en la Arcadia del inframundo. En un manto de árboles y matorrales verdes como el más puro césped. Es la única región del inframundo que tiene vegetación, y es allí donde viven todos los caballos, centauros, animales que necesitan de esa vegetación para vivir. Se encuentra algo lejos de la entrada al inframundo debido a que todos los demonios y seres malos son localizados la mayoría en la entrada por que se les hace más fácil cazar sus presas. - Todos asentimos y seguimos a Asclepios, quien parecía tener conocimiento del lugar.
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Save me, please. - Ziall
FanfictionUn secuestro, unos ojos marrones que enamoran, un secreto, maldad, terror, dolor, felicidad, un amor imposible, y el cielo. ¿qué harías si te quitaran las alas y te lanzaran al vacío? Derechos reservados. Si quieres publicarla pídemelo. Créditos a:...