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Aparecen en el medio de la sala de la casa de los McKinnon. Sirius lo sabe porque ya ha estado allí.

- ¿Y Marlene? -pregunta, mirando alrededor.

- Su padre la ha llevado a su habitación a descansar y a curarle las heridas. Y eso último voy a hacer yo con ustedes, sientense, ire a avisar que ya les traje y me pondré con eso.

La mujer se dirige escaleras arriba y Sirius se deja caer en un sillón, seguido de los demás.

- La mamá de Marlene es muy amable...-comenta Emmeline.

- Lo es. Elizabeth es un amor de persona. -responde Lily.

- Yo no conocía la casa de Marlie...-Dorcas es la única que no se ha sentado y recorre la sala con curiosidad.- Por cierto, me gustaría verla.

- Y a mí. -murmura Sirius.

James le da una palmada en la espalda y entonces los padres de la rubia entran a la Sala.

- ¿Están todos bien? -pregunta el hombre, mirandolos uno por uno.

Un asentimiento general, y silencio.

- Muchas gracias por sacarnos de allí. -dice Remus, en voz baja.- Perdón que pregunte...pero ¿Alguien les ha informado a los padres de Mary...?

De pronto, el asesinato de Mary vuelve a golpearles de lleno.

- No tienen por qué agradecer...-comienza Elizabeth.

- Y a la familia de la joven fallecida...no se le informará hasta que encuentren el cuerpo y constaten su identidad. -agrega su esposo.

- Pero...el vagón...el vagón donde ella estaba, se incendió. ¿Qué pasará si no la encuentran? -murmura Emmeline.

- La encontrarán. - responde una voz algo débil, pero que Sirius reconoce al instante.

Se voltea, y Marlene baja las escaleras, pálida, pero con los cortes limpios y el pijama puesto.

- Marlene vuelve ya a la cama. -ordena el señor McKinnon.

La rubia pone los ojos en blanco y Sirius no puede evitar esbozar una sonrisa. La chica se sienta junto a Lily, quedando frente a él y le guiña un ojo.

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Marlene está agotada pero no podía quedarse acostada mientras todos los demás estaban abajo. Ahora, sentada junto a Lily, observa uno por uno a sus amigos y nota que realmente se han lastimado, aunque la realidad es que la sacaron barata.

- Traeré las cosas para curar esas heridas. -dice y se pone de pié.

- De hecho, Marlene, creo que será mejor que todos vayamos a nuestras casas. Mañana con más calma podremos reunirnos y averiguar qué ha pasado con Mary. -dice James, en el momento en el que tres firmes golpes resuenan en la puerta.

La madre de Marlene se apresura a abrirla y al cabo de un momento, Euphemia Potter entra en la habitación, con aspecto desesperado. Corre hacia su hijo, que al verla se pone de pié, y lo abraza.

- ¡Qué bueno que estás bien! Casi me da un infarto cuando me enteré...- la señora Potter revisa a James, buscando heridas graves.

- Mamá, estoy bien...-murmura éste, abochornado.

- ¿Y Sirius? -pregunta la mujer.

El aludido se pone de pié, algo desconcertado.

- ¡Ah! ¡Ahí estás, gracias a Merlín! -exclama Euphemia y lo envuelve también en un abrazo.

Blackinnon StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora