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Cuando la rubia entra a la SC, sus amigas bajan por la escalera, dispuestas a ir a desayunar. Se quedan paradas en el último escalón, las tres: Lily, Mary y Dorcas.

- ¿Dónde estuviste toda la noche? -pregunta Lily con tono de reproche.

- En la Torre de Astronomía, pensando. -Responde la chica con sinceridad.

Claramente se dan cuenta de que algo le pasa a la rubia, la conocen demasiado bien. Sin embargo ella les sonríe y sube las escaleras para darse una ducha y bajar a clase.

- ¿Quieres que te guarde algo para desayunar? -pregunta la voz de Mary.

- Si, por favor. -Pide asomandose desde el pequeño puente de las habitaciones.

Luego de una ducha y ropa limpia, baja aún con el cabello mojado hacia el Gran Comedor, esperando ver a las chicas allí, pero encuentra a Alice, Frank, y a los Merodeadores.

- ¡Mar! -exclama Alice y le sonríe.- Lily estuvo preocupada toda la noche por ti.

- Lo sé, siento que hayan tenido que soportarla. Estaba tomando aire en la Torre de Astronomía, no me sentía bien.

-Oh...estás sin dormir? Tienes ojeras.

- Si, pero por loco que parezca no tengo sueño. Quizá para el mediodía vuelva arrastrandome cual gusarapo pero por ahora estoy bien. -Dice con una sonrisa divertida.

Su mirada recorre la mesa hasta que choca con unos ojos grises que la miran fijo y luego descienden hacia el café que Sirius tiene en las manos.

- Siempre dije que ésto sabría mejor con un poco de whisky. -Le oye decir y rueda los ojos.

- Nos vemos en clase, chicos. -Le roba a James el pastelito que estaba por llevarse a la boca y sale del Comedor en dirección a clase de Encantamientos.
En el camino encuentra a sus amigas que la envuelven en un abrazo grupal, que es totalmente bienvenido aunque ella fuera de las que se rehusan a las demostraciones públicas de afecto.

- ¿Hiciste la redacción para Flitwick sobre el encantamiento estimulante? -pregunta Lily, dispuesta a largarle el sermón del día.

- Sí. -Responde Marlene con una sonrisita.

Y la pelirroja tiene que tragarse el sermón que le queda atorado en la garganta asique suelta una risita y entran todas juntas al aula. Como no hay pupitres sino unos bancos largos parecidos a las gradas, con su respectiva mesa, las cuatro chicas se sientan juntas y justo detrás...los Merodeadores. Una bonita gruya de origami vuela entre ellas y se posa frente a Lily. Ella la desarma y en la desprolija letra de James se lee

"Ven a Hogsmeade conmigo el sabado."

Las tres amigas se miran para luego mirar a Lily esperando su respuesta. La pelirroja se da vuelta para ver a James.

- Vuelve a hacer la gruya. -Exige poniendole el pergamino en su mesa.

El chico la mira, desconcertado, pero con un par o tres de movimientos de manos, la Gruya está hecha de nuevo. Lily la toma y la vuelve a dejar en su mesa, sin decir nada.

- Eh, Evans. ¿Ni siquiera vas a responderme? -pregunta el joven.

- Si. -Dice la chica sin mirarlo.

- Si ¿Qué? -pregunta confundido.

- Esa es la respuesta: sí. -Dice Lily sin más.

Los cuatro Merodeadores y las tres chicas comienzan a aplaudir, vitorear y mirarse entre ellos con incredulidad. ¡Le había dicho que sí! ¡Por fin!
El pequeño profesor Flitwick entra en el aula y todos guardan silencio, pero el pequeño grupito aún seguía con una enorme sonrisa en cada uno de los rostros.

Blackinnon StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora