Blackinnon Story

9

- ¿Y bien? -pregunta Marlene, alzando las cejas.

- ¿Y bien qué? -pregunta Sirius cruzandose de brazos.

- ¿Qué es lo que dijiste, Black?

- No he dicho nada fuera de lo normal, le dije a James que me dejara en paz.

- Dijiste que "habías admitido que McKinnon te gustaba" -repite haciendo comillas con los dedos.

El moreno suelta una risa, mientras pareciera que James se hace cada vez más pequeño.

- ¿Que tú me gustas? ¿De verdad estás diciendo eso? Marlene, mira. No es nada personal pero tú y yo estamos en sintonías diferentes. Entiendo que la naturaleza me ha favorecido demasiado pero...no podrá ser.

La rubia se lo queda mirando, incapaz de creer que estuviera negando algo que ella escuchó con toda claridad.

- Eso ya lo sé. Yo no tengo piernas que abren cada una hora a un visitante distinto y esas son las chicas que te gustan asique, si, probablemente haya escuchado mal. -Se gira y comienza a caminar, por el camino donde había llegado. Pero se detiene luego de unos pasos y vuelve a mirar a Sirius.- Por cierto...ve a caminar tú solito a Hogsmeade. Tu sintonía no me agrada para nada.
Hasta luego, James. -Se despide del otro merodeador y luego sigue caminando.

Una vez que baja la escalera, comienza a sentir como de a poco las paredes comienzan a encerrarla. No es capaz de llenar de aire sus pulmones y su corazón comienza a latir muy deprisa, provocando un fuerte dolor en el pecho. Corre escaleras abajo, hasta que logra salir al patio de Transformaciones y se queda en un rincón, hecha bolita, intentando calmarse.

- ¿Marlene? -pregunta una voz.

Ella alza el rostro cubierto de lágrimas, aún agitada y temblando. Demetri McLaggen está parado a unos centímetros de ella y ahora la mira con gesto asustado. Se inclina junto a ella y frunce el ceño.

- ¿Qué tienes? ¿Necesitas ir a la enfermería?

Marlene niega repetidas veces.

- N-no...sólo...calmarme.

Ellos eran compañeros de casa y de equipo de Quidditch, pero nunca habían hablado demasiado. Sin embargo en ese momento agradece enormemente su aparición.

- ¿Me ayudas a ir hasta aquel banco? Mis piernas no van a sostenerme. -Pide la rubia, ya sintiendo la calma regresar.

- Por supuesto. -se acomoda y la levanta en brazos, obligandola a que se aferre a su cuello.

Ella habia pensado en que la ayudara a caminar hasta allí pero...bueno. La deja en el banco y se sienta a su lado.

- ¿Puedes explicarme qué pasó? -pide el joven rubio, con gesto preocupado.

Ella suspira.

- De pequeña sufría ataques de pánico. Biológicamente está todo bien, no tengo falta de oxígeno ni nada pero...yo siento que voy a morir. El corazón se me acelera y todo eso...es horrible.

El chico pasa un brazo por sobre sus hombros y la chica se tensa automáticamente.

- Qué feo, Mar. ¿Ya estás bien?

- Si. Estoy mejor. Gracias por quedarte.

- Ningún problema. ¿Quieres que te acompañe a la SC? Quizás necesites dormir. -Sugiere mirándola atentamente.

Marlene se lo piensa pero acaba accediendo. Demetri le pasa un brazo por la cintura, a lo que la rubia frunce el ceño, y la guía hasta las escaleras que daban al primer piso. Mientras caminan se cruzan con gente de Gryffindor y de otras casas, que los miran con gesto de sorpresa y el chico se dedica a saludar a medio mundo, como queriendo llamar la atención adrede, cosa que a Marlene la pone muy incómoda. Finalmente entran a la SC y allí estaban parados los cuatro merodeadores, Lily, Doe y Mary.

- ¡Marlene! -dice Lily y corre hasta ella, mirando a McLaggen desconcertada.

- La encontré en el patio de transformaciones a mitad de una especie de crisis nerviosa..

- Si, bueno, gracias por ayudarla, ya me encargo yo. -Dice Lily intentando separar el brazo del rubio del cuerpo de Marlene. Finalmente ésta reacciona, quita la mirada de Sirius y se aleja de McLaggen.

- Gracias, Demetri. Te lo agradezco de verdad.

El chico descompone el gesto un momento pero luego sonríe.

- Para servirte, Mar. Hasta luego, que te mejores.

Las chicas comienzan a subir las escaleras y Lily tiene mala cara.

- Me da más mala vibra que Black.

Marlene se para en seco, y mira a Lily intentando que su labio inferior no temblara.

- Nadie...es peor que Black. Nadie.

Dicho ésto, sigue subiendo.

- Ha sido por él ¿Verdad? ¿Discutiste con Sirius? -pregunta Lily con evidente enfado.

- No fue por él. Quizás haya sido el detonante pero no la causa. -Entran a la habitación y se deja caer en su cama.

- Tienes que calmarte, Marlene. No tenías éstos ataques desde tercero, no puedes permitir que te altere así.

- Que no ha sido él.

- Si fue él. Niegaselo a quien quieras pero no a mi.

- Como digas. Voy a dormir un rato.

Lily se acerca para dejarle una caricia en el pelo y luego sale del cuarto. Marlene cierra los ojos, esperando dormirse pronto y no soñar absolutamente nada.

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Cuando Sirius vió entrar a McLaggen con Marlene, se le tensaron absolutamente todos y cada uno de los músculos del cuerpo. La traía de la cintura. ¿Quién se creía el imbécil? Pero entonces había notado la cara de la chica, pálida, con lágrimas aún surcando sus mejillas. Había oído lo de la crisis nerviosa, y ahora estaba allí sentado en la Sala Común, con la mirada perdida.

- Hola.

La voz de Lily lo saca de su ensimismamiento y se endereza en la butaca.

- ¿Y Marlene?

- ¿Ahora te importa?

- ¿Puedes contestar la maldita pregunta, Evans?

- Sirius...-advierte James.

El chico rueda los ojos, y vuelve a mirar a la nada.

- Está durmiendo. -Le dice Lily.

Él asiente.

- Gracias.

- ¿Qué hay de McLaggen? ¿Está en el equipo, no? -pregunta la chica.

James asiente.

- Si. Es bastante creído, pero es buen guardián. ¿Por qué?

- No sé. Me dió mala sensación. No quería soltar a Marlene, me miró muy mal cuando quise alejarla.

- McLaggen muere por Marlene hace rato. Muchos lo saben. -Dice James echándole una mirada a Sirius.

- Yo no lo sabía. -Murmura éste con los dientes apretados.

- Pues...-Remus habla por primera vez en toda la tarde.- Depende con quién hables, McLaggen es un amor o un hijo de puta. Yo opto por que es un hijo de puta.

- Y yo. -dice Sirius.

- Y yo. -Suelta Lily.

- Yo no lo conozco fuera del Campo de Quidditch asique...- James observa alrededor y rueda los ojos.- Es un hijo de puta.

- A mi me cae bien. -Dice Peter, mientras debora un pastelito.

- A ti todos te caen bien. -Dice Sirius.

- Los de Slytherin no. -Responde Peter, ofendido.

Sirius rueda los ojos.

- Me voy a buscar comida. Los veo luego. -Dice y sale de la SC con paso tranquilo.

"Y una mierda" piensa para sí. Nada de comida. Va a ir a buscar a McLaggen y dejarle en claro que la próxima vez que le ponga un solo dedo encima a Marlene, va a lamentarlo. Mucho.