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Le cuesta lo que no está está escrito encontrar al imbécil de McLaggen, pero lo ve fuera del Gran Comedor, con aquella sonrisa de superioridad que lo caracterizaba y que a Sirius le daba aún más ganas de golpearlo.

- McLaggen, ven aquí un momento. -Le llama, a una distancia prudente de su grupito de amigos.

El rubio lo mira de arriba a abajo y el merodeador tiene que usar todo su -escaso- autocontrol para no partirle la cara ahí mismo.

- Tu dirás, Black. -Dice McLaggen una vez que se acerca.

- No necesito mucho tiempo: como te vuelva a ver cerca de Marlene, te quiebro la nariz. No te importa por qué, simplemente tenlo en cuenta. -Amenaza Sirius.

La sonrisa del rubio se ensancha y chasquea la lengua.

- Tú no eres nadie para decirme qué hacer. Si Marlene quiere que me aleje, estoy seguro de que ella me lo dirá. Pero mientras tanto, estaba pensando en invitarla a Hogsmeade éste fin de semana. ¿Qué dices? ¿Aceptará?

Sirius pierde los estribos, y aunque McLaggen es más fornido que él, le saca casi media cabeza de altura. Lo toma de la corbata y lo empuja contra una columna.

- No te atrevas a acercarte a ella. Entre hijos de puta nos reconocemos y si yo viera a Marlene mal por tu culpa, tu nariz quedaría intacta pero tú estarías dos metros bajo tierra. ¿Me explico?

El joven logra safarse del agarre del moreno y se alisa la camisa y la corbata.

- Qué pena que lo aparentemente sientes por ella no sea suficiente como para decírselo. Jugar al héroe anónimo no te servirá de nada. La competencia apenas comienza y la has hecho mucho, pero mucho más interesante para mí.

- ¿Competencia? ¿Te crees que ella es una especie de premio que hay que ganar? -espeta Sirius con asco.

McLaggen se encoge de hombros y le da la espalda, volviendo con el grupito que miraba a Sirius muy mal.

El merodeador regresa por donde vino, con la ira hirviendo en su sangre.

- Cabrón. -Murmura y le da un puñetazo a la pared.

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- Marlene...

Una voz suave saca a la rubia de los brazos de Morfeo.

- Hmmm...-balbucea mientras rueda en la cama.

- Tienes que comer algo.

Abre los ojos, parpadeando muchas veces hasta que sus ojos se acostumbran a la luz de las velas. Ya era de noche y Lily estaba parada a su lado.

- Si...ya me levanto.

- Te espero abajo. -Dice la pelirroja y sale de la habitación.

Marlene se pone de pié y se acomoda la ropa lo mejor que puede. Hace lo mismo con su cabello, pero con su rostro...no hay nada que hacerle. No tiene ganas de maquillarse asique luego de refrescarse, baja. En la SC están sus amigas y con ellas baja a cenar al Gran Comedor.
Una vez en la mesa de Gryffindor, junto a ella viene a sentarse Demetri, con una sonrisa.

- Hey. Tienes mucho mejor aspecto que hace un rato, me alegra que estés mejor.

Marlene oculta su incomodidad tras una sonrisa forzada.

- Sí, gracias. Necesitaba descansar un poco, los nervios acabarán conmigo. -Dice y pretende concentrarse en su cena.

Pero el chico vuelve a la carga, dando vueltas con trivialidades, como si quisiera decir algo pero no supiera cómo.

- Oye, Marlene, quería preguntarte...bueno, invitart..

-Marlene ¿Podemos hablar? -pregunta una voz detrás de ella, y sin siquiera mirarlo, sabe quien es.

Blackinnon StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora