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Regresan a Hogwarts con una bolsa enorme de Honeydukes cada uno. La de Marlene un regalo de Sirius, pues insistió en pagarla.

- Lo malo de ésto es que no durará mucho...mi adicción es una cosa seria. -Dice la rubia mientras rebusca una varita de regaliz en la bolsa.

- Si eso es lo malo ¿Qué es lo bueno? -pregunta el chico.-

- Que cuando me la acabe, podré pedirte a ti. -Responde con una sonrisa inocente.

- Eso es abusar del poder que puedes llegar a tener sobre mí.

- ¿Tengo poder sobre ti? -pregunta Marlene, incrédula.

- Ni siquiera mis mejores amigos pudieron convencerme de dejar de beber whisky. Y ahí vas tú con dos berrinches y me pongo a beber cerveza de mantequilla...hay que ver.

- Creo que eso me hace ver muy aguafiestas..-comenta, aunque por dentro estaba muy orgullosa de sí misma.-

- Lo eres.

- ¡Cállate!

- Callame.

- Sirius...

La rubia le lanza una mirada de reojo a la que él responde con una sonrisa sugerente.

- ¡Ya! No me mires así. -Dice Marlene mientras sube las últimas escaleras hacia el retrato de la dama gorda.

- ¿Así cómo?

La chica pone los ojos en blanco.

- Tú sabes cómo.

- No, de hecho no.

- Bueno basta que ya llegamos. -Dice ella, a punto de decir la contraseña al retrato.

Pero él tira de su mano hacia el pasillo y la envuelve en sus brazos para darle un beso largo y lento.

- Ve tú a saber cuándo puedo volver a hacerlo, tenía que aprovechar. -Le dice una vez que se separan y se va, supone ella que a la SC.

Marlene se queda allí parada, con cara de idiota y la bolsa de Honeydukes bamboleandose en su mano. Se dirige hacia la Sala Común aún con una sonrisa tonta en la cara, que se esfuma al ver a Lily, escondida detrás de un libro, mientras que los merodeadores están apiñados alrededor de James. Frunce el ceño y se acerca a su amiga, dejando la bolsa de dulces en el suelo.

- ¿Lils? ¿Está todo bien? -pregunta la rubia escrutando a su amiga con la mirada.

- Si, todo bien. -Responde la pelirroja aún oculta detrás del libro.

- ¿Qué tal la cita con James?

- Bien.

- ¿Seguro?

La chica cierra el libro y se pone de pié, indicándole a Marlene con un gesto que la siga. Suben juntas a la habitación, y Lily se lanza boca abajo en su cama. Marlene se sienta en la propia, mientras coge un dulce de la bolsa que había vuelto a aferrar antes de subir.

- Fue un desastre Marls.

La rubia frunce el ceño, mordisqueando una varita de regaliz.

- ¿Cómo así? ¿Qué pasó? ¿Se portó como un imbécil?

- No.

- ¿Entonces?

- En realidad iba todo muy bien, fuimos a por chocolate, y luego a caminar. Sabe hacer magia muy cool ¿Sabes? Yo lo creía bastante inepto. Entonces...bueno, me besó. -relata la Gryffindor, con la voz ahogada por la almohada.

Blackinnon StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora