Pasados dos días, ya el colegio en pleno sabe de la pequeña aventura de los Gryffindor y que Sirius está en San Mungo. Marlene apenas duerme y ha enviado una carta al hospital pero no ha obtenido respuesta, por lo que supone que Sirius aún está inconsciente. Sus amigas tratan de animarla, de decirle que todo va a estar bien, pero la rubia hace caso omiso de todo y cada día se planta en el despacho de Dumbledore para preguntar si hay novedades.
Sin embargo, no es la única. El grupo de los chicos obviamente está afectado, ya no salen a liarla a altas horas de la noche ni tampoco se escuchan sus risotadas en la Sala Común. Pero más que todos, James está devastado. Cuando Marlene llega al despacho del Director, James ya está allí esperando.
El cuarto día después del ataque a Sirius, Marlene sube las escaleras hacia el despacho de Dumbledore y encuentra a James alli, girando entre sus manos un trozo de vidrio roto.- Te vas a cortar un dedo y Lily va a desesperarse. -le dice, y se sienta a su lado.
Las ojeras de ambos parecen competir a ver cuál es más notoria.
- No lo haré. -responde el chico en tono monótono.
- ¿Has sabido algo de Sirius? - pregunta la rubia.
- Nada. Dumbledore está con un tipo del Ministerio y aún no lo he podido ver.
Marlene chasquea la lengua, y en ese momento sube las escaleras la profesora McGonagall. Al verlos alli, suspira.
- ¿Harán esto hasta que Black regrese? -pregunta, con los brazos cruzados y una ceja alzada.
- Sí. -responden los jóvenes al unísono.
- Pues he pedido un informe a San Mungo..-dice la mujer, y tanto James como Marlene se ponen de pie.- Black estará sedado hasta que las heridas internas que le causó la maldición se curen. Está estable por el momento. No hay más que decir.
Los Gryffindor se miran entre ellos con gesto de preocupación.
- ¿Y cuánto tiempo será? Tenemos partido en dos semanas. - dice James.
- No sé cuánto tiempo será. Y respecto al partido, señor Potter, como jefa de la casa, quiero ganar. Asique guarde su pena para fuera del campo y encuentre un reemplazo provisorio para Black.
- Negaré haberlo dicho porque eso le inflará el ego a niveles inimaginables pero, profesora, usted sabe que no encontraremos un bateador al nivel de Sirius. -responde Marlene.
James asiente ante sus palabras.
- Mar tiene razón.
- Incluso aunque Black regresara antes del partido, no sería aconsejable hacerlo jugar. Asique el sentimentalismo para fuera del campo, y busque otro bateador, Potter. - la campana de Inicio de clases suena y la profesora mira su reloj.- ¿No tienen que ir a clases?
Los chicos desisten y bajan las escaleras.
- No reemplazaré a Sirius.
- No podremos jugar sin bateador, James.
- Pues no se lo que vayas a hacer tú, McKinnon, si vas a reemplazarlo bien por ti. Pero no le daré el lugar de mi hermano a cualquier imbécil.
La chica se frena y queda mirando a James con mala cara.
- ¿Qué quieres decir con eso de que voy a reemplazarlo? Entiendo que estés preocupado, James, yo también lo estoy. Pero no te descargues conmigo porque no eres el único que extraña a Sirius. -replica, y continúa bajando las escaleras de dos en dos, para alejarse del chico.
Se dirige a la Sala Común, pues no tiene ánimos para ir a clase, aunque eso luego derive en un regaño de parte de Lily.
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Blackinnon Story
Fanfiction{AlternativeUniverse} Blackinnon Ella, hija de Aurores de espíritu rebelde. Él, el renegado de su familia. Parecen llevar años odiándose, pero se darán cuenta que tienen más en común de lo que creen, y junto a sus amigos tratarán de sobrevivir a la...