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Louise's POV.

–¿Cómo lo quieres?– me pregunta el estilista.

Volteo a mirar a mamá con miedo, no quiero que me quiten la mitad de mi cabello aunque gracias a Redmond tengo una "trasquilada" terrible. Cassandra se acerca y me muestra algunas fotos en su celular, tiene varios estilos y me gustan, se logra hacer con lo largo que lo tengo.

Gracias a dios la noche anterior cuando fueron los chicos tenía el cabello en una cola, si ellos me hubieran visto quizás hubiera sido tema de risas, ya hasta a mí me da risa verme despeinada, parecía de todo menos una persona presentable.

–¿Por qué no te lo tinturas?– me cuestiona el estilista.

–¡Sí!– dice mamá emocionada.

–No ¿Cómo me lo voy a tinturar? Además solo quiero que arreglen el desastre que tengo.

Ríe – Lou obviamente no será todo tu cabello, puedes hacerte una decoloración muy leve de medios a puntas ¿Qué opinas?

Los miro a los dos insegura, no quiero en este momento algo tan drástico, pero siempre he querido hacer algo con mi cabello, me gusta mucho pero quizás está bien hacer algo distinto.

–De acuerdo, pero ¿Cómo arreglaremos el corte?

–Yo te recomendaría que te lo cortes en V, y que adelante te saques dos flecos larguitos en cortina– me habla el estilista emocionado.

–Esta bien, me parece.

Primero me lavan el cabello y juro relajarme tanto que me da sueño, después proceden a empezar a cortármelo, puedo ver algunos mechones de cabello cayendo, poco a poco rodea toda mi cabeza hasta el resultado final, puedo ver que ha quedado 8 cm debajo de los hombros. Él saca el tinte y me muestra algunas revistas con los colores disponibles, escojo el más parecido a mi cabello, pero unos dos tonos más claro, es un castaño caramelo, pero muy suave.

Después de hacer todo el procedimiento, cuando el cabello ya está seco, el hace unas ondas suaves, y una trenza que rodea mi cabello, me miro en el espejo cuando finaliza todo, me ha encantado, jamás pensé que el daño de Redmond me traería tan buenos resultados.

–¿Te gustó?

–Sí, muchísimas gracias. Tenía miedo de que quedara algo totalmente diferente.

–Bien, esto es todo.

Mamá me ayuda a pagar todo aunque claramente me he negado. Salimos de la peluquería en su auto, vamos hacia casa, al perecer el vuelo sale en cinco días y estamos organizando todo para poder irnos de Estados Unidos lo más pronto posible. El apartamento se encuentra lleno de cajas, solo tenemos los colchones y nuestra ropa.

El baile de bienvenida es esta noche... Bueno son las cinco de la tarde, no falta mucho. Los chicos han intentado convencerme de que vaya, pero la verdad no tengo ni cinco de ganas, ¿Para qué ir? Además de que ya no estoy matriculada en la escuela, todos preguntarían porque no he ido y quiero ahorrarme eso. Mi celular vibra insistente en mi bolsa, lo saco y sin mirar contesto.

–¿Hola?

–Louiseee ¿Cómo estás?

–¿Waliyha?

–Sí ¿Ya no me reconoces amiga?

–Lo siento – río un poco incomoda – ¿Qué haces llamándome? Digo, han pasado muchas cosas.

–Lou, el hecho de que ya no estés con mi hermano, no significa que ya no somos amigas ¿No?

Río – Tienes razón... Lo siento.