Eterno Atardecer |Chris Hemsworth|

Capítulo 38. <<Seguiré ahí>>

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Carol ha sufrido un secuestro que al parecer es más serio de lo que parece. Su mismo jefe y un viejo ex novio han resultado ser los causantes de su secuestro... y violaciones. Ahora, Chris ha venido por ella a rescatarla. ¿Será demasiado tarde?

Chris cerró los ojos. Las palabras de Carol se escuchaban como un eco fuerte en su cabeza "Me violaron" el había rogado al cielo que no hubiese pasado o que fuera solo una remota posibilidad. Ella seguía sollozando y cerró las piernas, apretándolas a su pecho, esforzándose por seguir respirando. Sus pulmones al parecer estaban débiles.

Vio como las gruesas lágrimas de Carol caían por sus mejillas, ella al sentir la mirada de Chris, se tapó la cara con las manos. Y Chris notó unas gruesas heridas que salían y rodeaban sus muñecas, tenía muchos moretones y unas pequeñas cortadas.

Miro sus piernas, antes fuertes y realmente atractivas, ahora, lucían débiles, los huesos de las rodillas se le marcaban y tenía grandes moretones al rededor de ellas, también tenía moretones en las piernas, pero eran más pequeños, de igual modo en donde comenzaban los pies tenía cortadas, y estaba lastimada, el pie que tenía encadenado estaba más dañado que el otro y de algunos cortes se apreciaba un líquido rojizo que probablemente gotearía antes de que sus sistema lograra cerrar la herida.

Con forme pasaron algunos minutos comenzó a temblar aún más de lo que ya estaba temblando cuando la encontró. Podría escuchar castañear sus dientes y sus sollozos eran más apagados, como si una sensación diferente hubiese remplazado la tristeza. Siguió con las manos en la cara. Las bajó lentamente, y cerró los ojos, apoyó la cabeza en la pared. Su débil y delgado cuerpo comenzaba a caerse, no tenía las fuerzas suficientes para seguir parada ahí. Ya que habían sido Aníbal y James quienes la sentaron. Comenzó a temblar de todo el cuerpo, juntó las manos y estas le temblaban mucho más que lo demás, ahora solo lloraba en silencio. Chris  lamentaba la situación y sin querer comenzó a llorar con ella, habían abusado de ella y él no había estado ahí para protegerla.

Y el había jurado protegerla.

Ahora no sólo estaba en ese espantoso lugar Carol, sino sus pequeñas hijas también. Y eso era lo que más le dolía, que parecería que ya podrían estar juntos y al parecer no.

-Carol...-

Trató de llamarla, pero su voz grave había sido apagada, el sólo hecho de poder decir su nombre lo estaba matando, y lo que le mataba no era ella, era el sentimiento que tenía que había roto otra promesa que le había hecho. Pero esta, esta vez, parecería que tendría eco por mucho tiempo.

Ella levantó la cabeza y miro a Chris, su Chris, reconoció por un momento lo que parecería ser una ligera esperanza de salir de esto con vida. Sus ojos azules así lo prometían y ella valoraba su promesa. Sus cabellos alborotados le daban un aire que a ella le parecía hasta cierto punto tierno, ya que sus cabellos rubios alborotados no iban de acuerdo a su carita de preocupación. Pensó entonces en sus hijas, pero que no son sólo de ella. Le llegó la idea de que, con lo débil que estaba no podría salir viva de ahí, y no quería que sus hijas estuviesen solas, no, ellas no. No lo merecen, no merecen nada malo, tenía que decírselo, tenía que decirle la verdad, porque en todos estos meses de tortura, lo que más la lastimaba era ese secreto que mantenía tan bien guardado, que la estaba matando. Pero con todo por lo que pasó a penas se dio cuenta.

-Chris...-

El de inmediato levantó la vista, igualmente esperanzado en que su chica seguía viva, y que cuando salieran esa chica haría lo que siempre hace: Salir adelante, ser fuerte.