Entre Hermanos (Terminada)

Capitulo 27.

(POV MELANIE)

Pase toda la mañana con Nathan era una gran persona, no solo era el director de la escuela sino también un amigo, tenia unos años más que yo pero se veía bastante joven y muy atractivo además. No lo veía como cualquier director, era el de la sonrisa radiante que enloquecía a cualquiera. Al momento de despedirme algo raro pasó y había dentro de mí una sensación extraña.

Sonó la campana para indicarnos que ya debíamos irnos a nuestras casas, el aire se puso tenso en ese momento, el me miraba y yo lo miraba, sabía que no quería irme y me suponía con su mirada que el no queria que me fuera, pero ya era la hora y si me quedaba más tiempo obviamente que iban a pensar otras cosa.

-Así que.. -interrumpí el silencio incomodo pero con una gran sonrisa, el dejo de mirarme y se levantó de su asiento empezando a empacar todo en su maleta.

-Terminaron las clases, ¿te recojen o te vas en autobús?- terminó de acomodar sus cosas y agarro sus llaves del escritorio, me miró y su perfecta sonrisa seguía allí en su rostro, mis pensamientos estaban explotando todos al mismo tiempo, ¿como puede haber una persona que te haga explotar por dentro de esta manera? Y más si apenas llevas conociéndolo una mañana, quién diablos pone a un hombre de 27 años de director de una escuela de chicas con hormonas alborotadas y más si ese hombre estaba más sexy que una pizza en bikini.

-Mi padre creo que viene por mi, déjame llamarlo y si me dice que no, me enseñas cómo tomar el autobús ¿si? Por favor- Asintió con la cabeza y salió de la oficina indicando que saliera con él, empecé a caminar e iba delante de él cuando sentí su mano puesta suavemente en la parte baja de mi espalda, un frío recorrió todo mi cuerpo.

Voltee a mirarlo y me tope con sus ojos puestos en mí, su mirada era brillante y seguía con su mano ahí y no me incomodaba, me ponía nerviosa y a mi estómago se le hacían nudos.

Marque el numero de mi papá ya afuera de la oficina y espere a que me contestara, él seguía mirándome y juro que yo estaba sudando más que un caballo en una cabalgata.

-Bueno?- contestó mi padre en la otra línea

-Papi ¿me vas a recoger en la escuela? Ya salí de clases- le dije rápido 

-Sí, espérame ya voy por ti- le colgué, me sentí aliviada de que el me recogiera pero hubiera querido quedarme más y es raro porque siempre era la primera en salir de la escuela.

El me miraba aun pero con una sonrisa graciosa en su cara, me imagino que me había visto con mi cara de tragedia.

-¿entonces te recoge?- seguía sonriendo pero empezó a caminar hacia la salida, caminé con él.

-Si, en unos momentos llega- su sonrisa empezó a borrarse y ya caminaba serio, pero no enojado solo serio.

No sabía si en una mañana ya podías sentir algo pequeño por alguien, pero lo estaba sintiendo y no se porque, es demasiado raro porque siempre he sido una fría sin corazón y con cero sentimientos, pero solo con verlo sonreír algo me brincaba dentro.

Salimos de la escuela y nos quedamos en la acera esperando a mi padre, él miraba hacia la carretera y no decía nada, pero tenía una pequeña sonrisa, su ceja estaba un poco levantada y tenía sus brazos cruzados, y si soy observadora.
Cuando llegó mi padre me despedí de Nathan y fue algo un poco incómodo, quería besar su mejilla como a cualquier amigo normal, pero en vez de eso solo tome su mano, que fue mucho peor, me sentia ridicula.

-Que agradable director- dijo mi papá conduciendo para ir a casa y yo estaba a su lado de copiloto, pensaba en Nathan mientras tenía la cabeza apoyada contra el vidrio y comía frituras.

-Si, muy agradable- dije con esa sonrisa estúpida en mi cara mirando la carretera, al oír a papá recordé la primera hora cuando lo conocí.

-Es guapo también- voltee a mirarlo sorprendida, quería estallar en risas -pues, cuando tu mamá y yo estábamos en la escuela nuestros directores siempre eran calvos feos y gordos

-tu eres calvo feo y gordo papá- estalle en risas mientras me tenia el estomago, era gracioso porque mi papá era guapo pero era gordito y estaba quedando calvo.

-Hija- me miro papá serio

-Si papá?- seguía riéndome

-Cállate- y me reí más fuerte

Cuando llegamos a casa entré directo a mi desordenada habitación y tiré mi bolso al suelo, baje corriendo a la cocina y salude a mamá.

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