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Me levanté y tenía detrás mío a Erik abrazándome. Ambos estábamos desnudos. Por Dios, había cometido la locura mas grande del mundo.

-Quédate un rato mas. -Dijo besándome la espalda.

-Tengo que ir a trabajar.

-Tu amiga sabrá entender.

-No tendría problema, solo que te odia. -El sonrió.

-Estoy acostumbrada a eso. -Me dió un suave beso en la espalda.

Me levanté de la cama y fui a ducharme. Esperaba que cuando saliera, el ya no estuviera allí.
Cubierta en una toalla fui a mi habitación a buscar ropa y lo encontré a Erik en la cama, había preparado un desayuno.

-¿Y esto?

-¿Desayunamos?

-Tengo que irme.

-¿Que sucede?

-Actuamos como si fuéramos novios, como hace años atrás y... no volveremos a ser asi

-Solo porque tu no quieres.

-Entiende que todo fue una farsa. -Dije tensa.

-Eso es lo que dices, pero mírate. Acabas de pasar una noche conmigo. Ya no tienes nada que vengar y sigues eligiéndome.

Lo miré, no sabía que hacer ni decir. Decidí no decir nada y fui a mi armario y busqué un vestido para ponerme para trabajar.

El se puso frente a mi, poniéndome contra la pared. Nuestros rostros estaban muy cerca de nuevo.

-Dime que no sientes nada y me voy para siempre.

-Sueltame.

-Dilo.

No quería darle la razón, pero una parte de mi no dejaba que lo deje ir.

Lo miré a los ojos profundamente. Me perdí en su mirada. Suspiré.

-Esa mirada acaba de decirlo todo. -Dijo con una leve sonrisa y me abrazó.

-Tengo que irme. -Dije intentando separarme de el.

-Te acompañó.

-Será mejor que no. Déjame vestirme.

-Solo si me besas.

Le di un rápido beso en los labios y me prepare para un largo día.

Revenge #X-MenAwards Donde viven las historias. Descúbrelo ahora