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Esa misma noche, tomé mis cosas y fuimos al aeropuerto. Hank y Charles me habían acompañado.

-Lo siento tanto, perdón por haberlos tratado asi chicos.

-Todo esta bien Ally.

-No olvides llamarnos. -Dijo Charles.

-Te queremos.

Todo el viaje me vi sumergida en mis pensamientos. Erik iba a molestarse al saber que me había ido sin decirle nada.
Al llegar a Paris, era media mañana. Me tomé un taxi y fui a mi antiguo trabajo. Fui a la cafeteria, donde todavía trabajaba Lola.

Me senté en una alejada mesa y una adorable joven vino a tomarme el pedido.

-Cheesecake de frutos rojos y capuchino. ¿Dónde esta Lola?

-En la cocina.

-Gracias. -Dije mientras me levantaba. Dejé mis cosas en la mesa.

-¿Como esta la mejor amiga de este mundo?

-¡Por Dios! -Dijo y se dio vuelta. -¡Alana! -Gritó y corrió hacia mi abrazandome.

-Cuanto te he extrañado. Cuatro meses sin vernos son una eternidad.

-Lo mismo digo. Los niños estaran tan felices de ver a su tía. Aunque no mas que yo. -Sonreí.

Ella se sentó conmigo en la mesa y mientras desayunabamos hablábamos. Ella me contó sobre mis sobrinos, sobre su esposo y lo genial que le esta yendo en la vida.

-Creo que hable demasiado. -Reímos. -Cuéntame tu.

-¿Te parece si te cuento esta noche? Creo que tienes gente.

-Dale.

Decidí buscar un hotel en el centro. Quería estar sola y no molestar a Lola. Casualmente me aloje en el mismo en que Hank, Charles, Logan y Erik se alojaron unos años atras.

Eran las 5 de la tarde cuando llegué al hotel luego de un recorrido por mi antigua ciudad.
Tomé el teléfono y llamé a Charles. Luego me cambié con unos jeans, unos zapatos bajos y una camisa para ir directo a la casa de mi amiga.

Al llegar, Nick, Lola y los niños ne dieron una acojedora bienvenida. Su nueva casa era enorme y muy bella.

-Tía, te he extrañado mucho. -Dijo Regina. Mi sobrina mas grande. Ella era un fiel clon de Lola.

-Yo también, mi bella princesa. -La abracé.

Los gemelos estaban durmiendo cuando cenamos.

-Estoy muy feliz que estes bien. -Dijo Nick.

-Lo mismo digo. -Sonreí. Habíamos pasado muy buenos momentos los tres.

Nick, fue a llevar a dormir a Regina, no sin antes despedirse de mi.

-Ahora que estamos solas... -Se levanto de la mesa, abrió el congelador y sacó dos potes de helado. -Como en los viejos tiempos.

Nos sentamos en el sillón y comimos nuestro helado.

-¿Vas a contarme que sucede?

Estuve alrededor de 45 minutos contándole toda la historia, con lujos de detalles. Me hacía bien hablar con ella, había detalles que no podía contarles a Charles o Hank.

-Alana... no se que decir. Tengo ganas de asesinarte porque volviste otra vez con el. Pero puedo entenderte. Te llevas bien con los niños y entiendo tu deseo. Pero... el no es el indicado. Y al parecer no estaba tan equivocada, todos alla piensan lo mismo.

-No creo poder amar a otra persona.

-Eres hermosa, volverás a amar. Alana tu tienes que elegir. Si eliges irte con el, perderas tu vida, tus alumnos, a tus amigos. A nosotras... no creo que a el le agrade que te relaciones con simples humanos. Si te vas con el, tendrás amor. Pero antes de decidir, recuerda que todos los que te conocemos sentimos amor por ti. Tus alumnos, tus amigos, nosotros. Cuando he ido a visitar la escuela, he quedado impresionada. Tu eres como una madre para todos allá.

-Todos y cada uno de ellos ha hablado conmigo intentando ayudarme porque me veían triste. -Dije sacándome las lagrimas de mis mejillas. No quería llorar.

-La decisión es tuya pero estoy segura que escogerás la opción mas inteligente.






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