Capítulo 12

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Palabras hirientes 


Meghan

Niklaus me había hablado de un modo brusco de la misma manera en la que Steven me había hablado cuando se ponía celoso, celoso de Klaus aunque yo ya no lo había mencionado después de que él se fuera a trabajar fuera del pueblo.
"-Eres una zorra ¿ cómo te atreves a amarlo?-dijo mientras golpeaba mi mejilla por segunda vez
-Ya te he dicho que no es verdad-dije entre lágrimas-Para por favor
-Para tú de herirme, no es justo que lo hagas ¡no es justo!-dijo mientras me aventaba dejandome caer al suelo".

Bekah se encontraba en mi habitación acomodando mi ropa que ella había elegido para la escuela.
-¿Has dormido bien?-dijo sentándose a mi lado.
Negué con la cabeza desde la muerte de mi familia había tenido pesadillas y siempre eran las mismas, su muerte y con Steven pero Rebekah solo sabía de las primeras, jamás le había comentado sobre las otras era demasiado doloroso tener que recordarlo por medio de sueños y además confirmar que aunque Steven estuviera muerto aun tenía poder sobre mí y me atormentara en mis sueños era prueba de eso.
-No dejo de tener pesadillas-dije sujetando una almohada contra mi pecho y sin mirarla
-Tal vez estando rodeando de gente que te quiere podrás dormir
Sonreí débilmente y fui a cambiarme para ponerme la pijama, dejaba al descubierto parte de la cicatriz
-Esa cicatriz-Bekah dijo suspirando-Aun sigo sin entender cómo te la hiciste
-Soy algo torpe ,siempre lo he sido-le reste importancia, me había acostumbrado a hacerlo
Levante la colcha y me acosté.
-¿Te quedarías conmigo mientras me duermo?
-Siempre-soltó una pequeña risa.
Cerré los ojos lentamente y finalmente el sueño me venció. Me levanté con la alarma mire y Bekah seguía dormida con su cara cubierta por su rubio pelo, la moví y frunció el entrecejo.
-Despierta es hora de levantarse o llegaremos tarde
-Ya voy-se levantó de mala gana y salió de mi habitación con algo de pesadez
Me lave la cara y mire mi rostro en el espejo baje la vista y mire la cicatriz ya no se notaban los puntos ahora solo era una marca que sobresalía en mi blanca piel, el recuerdo de que casi muero a manos de Steven. Me vestí y peine con una coleta de lado.
Me encontré con Elijah en la cocina bebiendo un café y preparando el desayuno.
-Buenos días-dije tomando un vaso
-Buenos días-respondió sonriendo-¿Como dormiste?
-Bien Bekah se quedó conmigo, eso me ayudo creó
-Me alegró-sonrió ampliamente y pareció más joven-¿Has pensado en lo que te dije?
-No iré a un psicólogo-dije recargándome en el mueble de cocina-No necesito a alguien que finja escucharme y me diga que lo supere con el tiempo, no importa que nadie más sepa la verdad además de ti claro.
-Él debería saberlo ¿por qué no se lo dices o a Bekah?
-No quiero que nadie lo sepa además ¿que ganaría con eso?
-A lo mejor entendería que te ha herido sin motivos y ...-lo interrumpí
-¿Me devolverá su amor?-lo mire incrédula-Él odia todo lo que tenga que ver con amor.
-Esta herido lo que mamá hizo lo afectó no lo justifico pero esperó que lo entiendas-me miro y suspiro.
-Y ¿si tu madre jamás amo de verdad a Mikael?, es decir, si se casó con él solo porque era rico e influyente y ella no era nada antes de él y cuando se casaron fue una forma de decirle a los demás que estaba un paso más que ellos.
Elijah me miró con las cejas alzadas como cuando saben que has dicho una estupidez.
-Megh, no eres la única a la que mi hermano trata así-me miro como si acabara de decir el mayor secreto de la humanidad.
-¿Qué?-dije incrédula
-Nada es sólo-Rebekah entró en la cocina y deposito un beso en la mejilla de su hermano mayor.
-¿Qué?-nos miró como esperando que siguiéramos nuestra conversación. Tomó un plato y agarro tres hotcakes que Elijah había puesto ya.
Salió de la cocina. Y mire a Elijah esperando la respuesta.
-¿Y bien?
-Hablamos luego ahora vete a desayunar que no quiero que lleguen tarde a la escuela-me paso uno de los platos con hotcakes en él. Obedecí y fui hacia el comedor sentándome al lado de Bekah, en la mesa había fruta picada y dulces para decorar, mermelada, cajeta entre otras cosas.
Bekah estaba loca por las fresas eran su fruta favorita siempre que podía se comía todas haciendo que Elijah enfureciera pues ambos las amaban. Justo cuando Rebekah se llevaba una fresa a la boca unas manos se la arrebataron.
-¡Oye!-dijo alzando la mirada hacia Kol-Esa es mi fresa.
-Era-Kol le dio un mordisco y sonrió al ver la cara enojada de su hermana-Hola-me saludo con un gesto.
-Hola-sonreí levemente
-Hotcakes-quiso agarrar uno pero Bekah le soltó un manotazo-¡Auch!-chillo apartando la mano-Iré por los míos entonces
Se dirigió a la cocina, sonreí cuando Bekah se quejaba de lo cruel que solía ser Kol con ella. Entonces escuche pasos descendiendo de la escalera, era Niklaus que rodeó la mesa quedando de frente a nosotras, tomó una fresa y la mordió. Me estremecí en mi asiento y su mirada parecía ausente, al menos iríamos con Kol a la escuela y no con él. Kol salió de la cocina con dos platos de hotcakes y le entrego uno a Klaus, sonrió y se sentó frente a mí, comenzaba a sentirme incómoda con él, cuando terminé de desayunar subí por mi mochila sintiendo la mirada de Klaus sobre mí. Cuando baje de nuevo Klaus y Kol hablaban cerca de la puerta.

Se Llama Promesa (Klaus Mikaelson). ActualizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora