Capítulo 4

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Querido hermano

KlausMe senté en uno de los sofás del estudio y recordé la mirada de Meghan, por alguna extraña razón de verdad me había afectado y recordé cuando la conocí.

"Ella y Bekah se conocieron al sentarse juntas en una clase, ella tenía en ese entonces 17 y yo 21, en la salida siempre se quedaba sentada en las gradas esperando a su hermano mayor jamás se acercaba a nosotros. Fui caminando con él para aprovechar e ir por Bekah también.
-¿Nos vamos?- le preguntó a su hermana mientras se levantaba
-Si-contesto ella
La mire tenía unos hermosos ojos color avellana, ella me miro y pude notar como el color asomaba sus mejillas.
-Adiós Klaus-dijo Damian
-Adiós-los vi alejarse.
Me dirigí a donde Rebekah se encontraba y estaba junto a Elijah. Ese día sólo pude pensar en una cosa: Ella."

Se escuchó el sonido de un auto estacionándose mire por la ventana y vi un taxi.
-Ha llegado-dijo Rebekah sonando emocionada
Salí del estudio al mismo tiempo que Rebekah, Meghan y Elijah bajaban las escaleras, no pude evitar mirarla por unos segundos y después aparte mi vista de ella. Kol entró y nos miró con una sonrisa, recordé las causas que lo habían llevado a irse.


"Mamá nos abandonó dejó una nota donde decía que este no era su estilo de vida que estaba cansada de todo y que se iba, fue cuando Rebekah tenía 16, así que papá quedó dolido por la partida. Se ensañaba con Rebekah por que le recordaba a ella, hasta que un día la situación tomó un punto crítico.
Rebekah y Kol eran los que limpiaban ya que Mikael nos ponía a Elijah y a mi a hacer las cosas de administración de la casa. Rebekah por accidente había tirado una de las más grandes posesiones de Mikael y él se había puesto furioso.
-¿Acaso no puedes hacer nada bien?-sonó molesto
-Entonces hazlo tú.
Esa fue la gota que derramó el vaso para él, levantó su mano con la intención de abofetear a Bekah pero Kol se puso entre ellos y el golpe fue para él. Cuando escuchamos a Rebekah llorar salimos del estudio Mikael le estaba dando otro golpe a Kol, camine rápido y detuve el tercero.
-¡Suéltame!-gruñó él.
Paro y se libró de mi agarre se fue azotando la puerta sabíamos que iba a emborracharse.
Kol se puso de pie tenía sangre en el labio, la mejilla roja por la mano de Mikael y lágrimas asomaban sus ojos, levantó su mano y se limpio la sangre. No dijo nada sólo subió a su habitación los tres lo seguimos tomó sus maletas que usábamos para los viajes.
-¿Qué haces?-Rebekah le tomó el brazo
-Me voy-nos miró- Ya no soportó esto
-No puedes irte-dijo Elijah
-Entonces me quedare a que regrese ebrio y nos mate como casi lo hizo contigo-dijo Kol, mire a Elijah era cierto la última vez que regreso ebrio golpeó tan fuerte a Elijah que tuvo que pasar la noche en el hospital.
-No me quedare hasta que eso pase-cerro la maleta-Deberían hacer lo mismo.
Bajo las escaleras y se fue azotando la puerta. Rebekah lloró demasiado ella no soportaba que Kol se había ido. Un año y medio después papá enfermo a causa del alcohol y murió una noche mientras Bekah lo cuidaba y yo estaba ahí recargado en el marco preguntándome "¿Por qué Bekah lo había cuidado?, en el fondo sabía que era mi padre, pero no se merecía nada".
Me acerque a Kol y lo abrace habían pasado tres años sin verlo y eso era demasiado.
-Bienvenido a casa querido hermano-dije cuando me separe del abrazo.

Se Llama Promesa (Klaus Mikaelson). ActualizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora