Pastel de desastre
Meghan
Era el día de descanso de la señora Cameron y también el día en el cual Rebekah regresaría de su campamento, Elijah y yo nos encontrábamos en la cocina preparando un pastel para la comida.
-¿Sabes hacer postres?-dije ignorando el ruido de afuera.
Niklaus había llevado a varios trabajadores a la casa para realizar arreglos en el jardín y sus gritos me atemorizaban.
-No, es la primera vez que lo intento, así que no me juzgues si se quema la cocina-dijo mezclando los ingredientes
-¿Cómo pueden trabajar así?-dije viendo por la ventana, Klaus se encontraba observando el trabajo y haciendo anotaciones.
-Vamos es su deber, además Niklaus no es tan malo dentro de aquel hombre que siempre está de mal humor se esconde el niño de siete años que le teme a la oscuridad.
-Ajá-dije y él dejo lo que estaba haciendo para mirarme.
-Tú no lo odias, ¿verdad?-dijo como si estuviera dentro de un teatro ofreciendo una obra.
-Eso hubiera sido la salida más fácil-dije sin mirarlo-Sabía que Steven estaba celoso de él y que el simple hecho de que yo aun lo quisiera lo ponía furioso-iba a continuar cuando escuche una ligera tos en la puerta trasera.
Klaus estaba parado sin entrar lo suficiente a la casa y su mirada parecía atormentada.
-¿Acaso siempre escuchas la conversación de los demás?-al fin pude dar una muestras de valor-Adelante toma asiento-dije sarcástica tratando de tocar la silla detrás de mí dándole por accidente al paquete de harina que se encontraba ahí.
Lo pude tomar antes de que cayera al suelo pero con cierta torpeza.
-La señorita elegancia-dijo Klaus y yo lo mire de mala manera, Steven acostumbraba a meterse conmigo y todo lo que hacía logrando que mis acciones fueran algo torpes, después su mirada cambio a una de arrepentimiento pero ya era tarde, lance con fuerza el paquete y se estrelló contra su pecho, cuando eso paso me quede quieta en mi lugar, era como si me hubiera arrepentido de haber lanzado el paquete pero ya nada podía hacer.
Una nube de polvo blanco lo envolvió y después lo pude ver, tenía harina en toda la cara ya que gracias al sudor había quedado pegada a su piel, me miró enfurecido pero no hizo nada.
-Para ser una mujer que está en contra de la violencia no eres muy pacifica que digamos-hablo mientras salía harina por sus labios, se dio media vuelta y se fue, escuche las risas de las personas que estaban afuera.
-¡Y que te sirva de lección!-le grito Elijah entre risas.
Me quede pensando en lo que había hecho y como él no hizo nada y me puse a llorar, después de unos segundos Elijah se encontraba a mi lado.
-Oh vamos Meghan, un poco de harina no le hará nada-beso mi frente-Preparemos el pastel para Rebekah, ¿sí?-asentí.
Rebekah regreso y lo primero que hizo fue abrazarme fuertemente.
-Te extrañe demasiado-acaricio mi cabello, después abrazó a Elijah.
-Bekah, tengo algo que decirte-Elijah le explicó a Rebekah lo de su madre pero repitiéndole que no sería permanente, la mirada de Rebekah no dejaba mostrar con claridad sus emociones pero finalmente acepto que cualquier cosa seria mejor y aunque había sufrido por su madre no la iba a dejar sola.Después de comer Elijah saco el pastel del refrigerador, Klaus bajo ya aseado pero en lugar de quedarse en el comedor fue directo al estudio. Los hermanos de Rebekah y su madre también estaban ahí pero no dijeron nada sobre lo que nosotros estábamos hablando
-¿Qué le pasa?-dijo Rebekah.
-Se hace el orgulloso-me miró-Sera mejor que le lleves una rebanada de pastel y hagan las pases-Elijah sonrió y me dio un plato con una rebanada de pastel, lo mire de mala manera sabía que él había visto a Niklaus y no se había callado para que Niklaus escuchara que no lo odiaba.
Me levante de mala gana y fui hasta el estudio mientras Rebekah y Elijah me miraban, la puerta estaba abierta suspire antes de entrar.
Klaus se encontraba sentado frente al escritorio con la computadora encendida.
-¿No querías pastel?-dije dejando el plato en el escritorio, no me miró.
-Elijah te obligó a venir, ¿verdad?-dijo aun escribiendo, tenía una expresión seria y ni siquiera me había mirado a mí o al pastel en el escritorio
-Vine a disculparme-dije trazando dibujos invisibles en la madera.
-Yo me disculpó, no debí decirte así, no eres torpe-me miró arrepentido, observó el pastel y sonrió-No querrás que nos demos un beso de paz, ¿verdad?-me quede callada.
-No quiero ningún beso de nadie más-dije sin mirarlo.
-No tiene que ser uno apasionado-comenzaba a ponerme nerviosa.
-Debo irme-dije y me di la vuelta pero antes de que saliera su brazo tomó levemente el mío y me hizo dar vuelta.
-No-su respiración era agitada-Meghan, no me rechaces por favor-se acercó a mí y yo fui incapaz de moverme.
Bajo su cara hasta que sus labios quedaron a la misma altura de los míos y me besó.Klaus
Por primera vez le había rogado a Meghan por un beso, pero la verdad es que extrañaba besarla. Sabía que debía controlarme para no perderme en aquel beso que era lo que siempre me ocurría con ella y con nadie más, me obligue a separarme pero aún mantenía mi cara cerca de la suya.
-Jamás debí haberte dejado ir-besé su frente.
-Ya no importa-dijo respirando aún con dificultad-Ahora tienes nuevos intereses-se separó de mí y la mire, sabía que se refería a Brittany ya que la había invitado a cenar estando ella en la casa.
-Meghan yo no-dije pero no sabía qué le iba a decir exactamente, no existían excusas suficientes para mi comportamiento y Elijah me lo había advertido y sus palabras tomaban sentido cuando ya no tuviera excusas ella dejaría de amarme.
-Ya no importa, yo sólo sigo siendo una niña-salió del estudio y tuve la intención de golpearme e ir detrás de ella, pero no lo hice.
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Se Llama Promesa (Klaus Mikaelson). Actualizada
FanfictionDejame contarte una historia, esta no sera sobre el típico chico que se enamora de una chica y viven felices para siempre. Esta es una historia de como el amor que se perdió hace tiempo se convierte en odio formado por la culpa. Y te preguntarás qui...