Capítulo 37

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Querida madre

Klaus

Entre a la casa y no me encontré con nadie en la sala así que me dirigí al estudio pero me encontré con Elijah frente a la computadora, mantenía la mirada fija en la pantalla mientras escribía.
-Debes hacer que me perdoné-dije pero él no quito la mirada la pantalla.
-¿Por qué yo?-me miró y yo rodé los ojos.
-Eres al que más le tiene confianza además de Rebekah, ustedes tienen una conexión que jamás pude entender.
-Creí que la querías lejos de ti, lo conseguiste-dijo mientras escribía
-Eso no quita mis sentimientos-dije sentándome en uno de los sillones.
-Pensé que la cena con Brittany había servido para olvidarla-dejo la computadora de lado.
-Lo hice para que pensara que lo que le había dicho era mentira-se acercó a mí y se sentó.
-¿Qué le dijiste?-me miró.
-Que la amaba-suspire y él asintió levemente.
-No creo que haya sido tu mejor idea, si quieres que te perdone intenta algo más-toco mi hombro y salió del estudio.
Me quede pensando en lo que me había dicho no tenía caso seguir peleando con ella, ya que así no lograríamos llegar a nada.
Para distraerme comencé a trabajar en los planos pero me quede en la mitad de una línea cuando el timbre de la puerta sonó.
Salí del estudio, pero Elijah y Meghan también habían bajado y parecía que iban a salir a algún lado, Elijah abrió la puerta y me quede paralizado la persona que estaba parada ahí era a quien menos quería volver a ver en mi vida.

Meghan

Estaba tan confundida, le había respondido a Klaus de la manera en la que pensé que jamás podría hablarle, aunque me sentía mal no me iba a retractar. Elijah entró a la habitación sacándome de mis pensamientos.
-¿Quieres salir de aquí?-dijo sonriendo, asentí y salí de la cama sin despertar a Chip.
Cuando íbamos bajando las escaleras el timbre sonó, vi como Klaus se dirigía a abrir pero Elijah fue más rápido.
Cuando Elijah abrió la puerta se quedó inmóvil al ver a la persona afuera, de la misma manera yo y Klaus. Reconocí aquel cabello rubio ya que se me hacía conocido.
-Mamá-fue lo que Elijah dijo.
Mire que al lado de ella se encontraban dos pequeños, ambos tomados de la mano de la madre de los Mikaelson.
-¿Qué hace ella aquí?-la voz de Klaus sonó sorprendida.
Antes de que alguien pudiera hacer algo, Elijah los dejo pasar y la mirada que Klaus le dedico a Elijah combinaba todas las emociones juntas.
-Sé que no quieren verme-dijo sosteniendo la mano del pequeño niño-Pero no sabía a dónde más ir.
-Con alguien a quien le importe-la voz de Klaus estaba cargada de odio.
-Klaus-le corto Elijah-¿Por qué volviste?
-Me he quedado sin nadie en el mundo-sonó arrepentida-Así que decidí venir aquí, con ustedes-Klaus se dedicó a mirar a los niños con desprecio.
-Te fuiste y ahora piensas que te tenemos lástima-Klaus se acercó un poco a ella-Dejaste de ser mi madre aquel día que decidiste irte-su madre lo miró con los ojos llorosos.
En parte apoyaba a Klaus, ella los había dejado pero la manera en la que la trataba era cruel incluso para él.
-¿Qué necesitas?-Elijah se quedó mirando a Klaus.
-Sólo que nos dejen quedarnos aquí unos días-Niklaus sonrió mostrando los dientes y negando.
-Está bien-Elijah asintió y Klaus lo miró de manera acusadora.
-¿Enserio, Elijah dejaras que se quede?-hablo como si aquella persona jamás hubiera significado nada para él.
-Nos necesitan, deja de un lado tu orgullo y....-Klaus levanto la mano para callarlo.
-¡No!, deja tú de fingir que esta todo bien, ¡esa señora!-la señalo-¡No es tu madre, es un monstruo!.
Las palabras de Klaus hirieron no sólo a su madre sino también a los pequeños.
-Meghan, ¿podrías llevarte a los niños a tu cuarto?-Elijah me miró, asentí y camine hacia los niños los tome de la mano y los lleve arriba.

Klaus

-No puedes hacer esto, somos una familia-dije cuando Elijah me pidió que habláramos en el estudio a solas.
-Si, una familia y enviaste a Kol a New York de nuevo-dijo molesto-No lo hago por mamá, lo hago por los niños ellos no tienen la culpa de nada.
-Eso no es justo-dije cruzándome de brazos-Decide lo que quieras, de todos modos no podré hacerte cambiar de opinión-iba a salir del estudio cuando me detuvo.
-¿Vas a tomar igual que Mikael?-me di la vuelta.
-Me voy a mi habitación, mientras tú dejas volver a la persona que nos quitó a nuestra familia-abrí la puerta y salí.
Mamá estaba sentada una de las sillas me miró pero lo único que hice fue dedicarle una mirada de desprecio.

Se Llama Promesa (Klaus Mikaelson). ActualizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora