Puedo verte lastimado, he pasado por lo mismo.
Cariño, no te preocupes, te tengo.
Sólo quiero conocerte. Cuéntame tus secretos.
Veo que lo necesitas, porque te tengo.
~I got you -Bebe Rexha.
—Te ves hermosa, Dylan —Hazel suelta, una vez que me coloco de pie—, a pesar de tener el yeso.
Suelto un suspiro, observando mi reflejo en el espejo. Ciertamente Hazel no era distinta a Meghan. No había usado mucho maquillaje en mí, cosa que me gustaba. Sin embargo, no me sentía yo.
—Creo que esto no es una buena idea.
—Lo es —Me corrige, observándome con el ceño fruncido—, Scott no merece tener a una mujer como tú, mucho menos lamentándote de todo lo que ocurrió. Si no supo conservarte, lástima por él, eres joven, puedes volver a enamorarte.
—Yo no estoy enamorada.
Hazel se ríe y se acerca a mí únicamente para sujetarme por los hombros y decir—: Cariño, puedes negártelo todo el tiempo que quieras, pero sé reconocer cuando una persona está enamorada y tú lo estás.
Pongo los ojos en blanco, haciendo que mi tía suelta una risa y, sin decir una sola palabra más, abandona mi habitación, claramente haciendo el camino a la suya para terminar de arreglarse.
Sin poner más atención en la morena, vuelvo a fijar mi vista en el espejo frente a mí. La morena que me regresa la mirada es algo diferente a lo que suelo ver en la mañana: las pecas había sido cubiertas y con ello la carencia de maquilla con la que estaba acostumbrada a vivir.
El café en mis ojos resaltaba mucho más con el juego de sombras oscuras que Hazel había aplicado en ellos, ciertamente, nunca aprendería a maquillarme como Meghan o mi tía, al parecer ese no era uno de mis talentos.
Mis ojos caen en el aparato que estaba sobre mi escritorio, el teléfono se mantenía constantemente con la pantalla encendida y sabía que era por mi cuenta de instagram. No había sido capaz de eliminarla y, sin saber exactamente qué hacer, inicié sesión nuevamente.
Observo la puerta de mi habitación, lista para recibir algún intruso, sin embargo, cuando nadie llega a la puerta, no dudo en tomar el aparato. El sin fin de corazones y comentarios entra en mi campo de visión.
Antes de colocar mi cuenta como privada, muchos de las seguidoras de Scott habían hecho de las suyas y habían dado con mi cuenta.
Cuando mis dedos se deslizan en la pantalla, las notificaciones aparecen frente a mí, entre ellas resaltando comentarios que, simplemente, no quería leer.
—Es mejor que Scott se mantenga alejado de la rubia pálida —leo, soltando una pequeña risa—, seré Dyscott shipper por siempre.
—¿Qué es Dyscott? —Dejo de lado el teléfono, encontrándome con la mirada de papá, él lleva un suéter horrendo que mamá le había regalado la navidad pasada. Ciertamente, ella pudo haberle regalado un pedazo de lápiz y él estaría feliz por eso. Él siempre era feliz con todo lo que mamá le daba—. Se supone que deberías estar acostada.
—Una mezcla de mi nombre y el de Scott bastante horrible —Los ojos de papá terminan sobre el teléfono y no dudo en dejarlo nuevamente sobre mi escritorio, tal vez, si me animaba, continuaría leyendo algún que otro comentario—, ¿no sabes que hay una puerta?
ESTÁS LEYENDO
BAD GUYS II: DRIFTING. ©
Romantik"No amas a alguien por su apariencia, o la ropa, o por su carro costoso, sino porque canta una canción que sólo tú escuchas" -Oscar Wilde. Historia Registrada en Safe Creative. © All rights reserved. Se encuentra expresamente prohibida su reproduc...