Desde que te conocí has estado cambiando mis horarios.
Si no lo sabes, eso es memorable.
Y perder todo es dinero es terrible,
pero, créeme, esa vagina es especial.
~Some Kind of Drug - G-Eazy ft Bassy
~*~
Rachel le ha cedido su oficina a Scott mientras se deshace de Grant. Quería hablar con el castaño y aclarar que solo había aceptado el trabajo porque no quería aceptar el de Scott. Ciertamente, entre Grant y Scott, me quedaría soltera, en realidad, preferiría terminar en un convento que estar con alguno de ellos dos.
Ninguno tenía una buena razón para acercarse a mí, algo que me hacía levantar un semáforo en rojo cada que me rondaban. Observo a Scott, su atención está fija en el pequeño espejo que prácticamente había tomado sin mi permiso de mi bolso.
—¿Duele? —pregunto, tomando asiento lejos de él. El moreno se encuentra en la silla de Rachel, mientras yo opto por sentarme frente al escritorio.
—Como el infierno.
—Pues te merece eso y mucho más, ¿qué diablos estabas pensando? —siseo, empujando la silla un poco más cerca del escritorio—, ¡peleaste en el lugar de trabajo¡ ¿cómo le explicaré esto a Rachel?
—No es tu culpa —dice, sin siquiera mirarme—, ni la mía. Grant empezó, Rachel vio todo.
—Creo que me siento lo suficientemente mal por haberme relacionado con ustedes, ¡solo fue una estúpida carrera! —Scott levanta la mirada, observándome como si fuera dicho algo realmente tonto—. ¿Qué?
—Carrera de formula 1 —Se señala—, campeón de fórmula 1, ¿no es suficientemente importante?
Y ahí estaba de vuelta. El mismo Scott del cual huía cada vez que podía. El centro de su propio universo, el que se creía mejor que todos. Me levanto, negándome a escuchar una más de sus palabras.
—Espero que no te pierdas al buscar la salida —Tomo mi bolso, ignorando el hecho de que él se ha colocado de pie—, me voy, tengo cosas más importantes que hacer.
Abro la puerta, lista para dejar la oficina de Rachel e ir a la mía, sin embargo la pesada mano del moreno me detiene, sujetando la puerta en su lugar. Sé que está detrás de mí, pero me niego a girar, me niego a ser parte del estúpido juego que él empezaba a crear.
—¿Qué tengo que hacer para que dejes de verme de esa forma? —dice, su voz en ronca y más baja de lo normal. Tira de mi hombro con cuidado, obligándome a girar y enfrentar su mirada—. Siempre pareces enojada, como si te molestara el simple hecho de verme.
Su mano intenta alcanzar mi barbilla, pero lo impido, poniendo algo de espacio entre los dos, una de mis manos termina en su pecho, empujándolo con suavidad para poder obtener un poco de libertad en mis movimientos.
—No estoy enojada —digo, porque es verdad—, me enoja el hecho de que siempre termines colocándote como el centro de todo. Eres un simple corredor de fórmula 1 para mi, Scott y eso no cambiará.
>>No te conocía el día de la carrera y, lastimosamente, tampoco quiero conocer lo que quieres entregarme.
—¿Qué?
—Tú y yo no seremos amigos hasta el día que entiendas que eres una persona normal —repito, tratando de que entienda a lo que quiero llegar—. Sí, tienes dinero, pero eso no te hace superior a nadie, Scott Harford, cuando mueras no te llevarás nada.

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BAD GUYS II: DRIFTING. ©
Romance"No amas a alguien por su apariencia, o la ropa, o por su carro costoso, sino porque canta una canción que sólo tú escuchas" -Oscar Wilde. Historia Registrada en Safe Creative. © All rights reserved. Se encuentra expresamente prohibida su reproduc...