BAD GUYS II: DRIFTING. ©

20.

Capítulo dedicado a Niyomismalose_ bc, sólo comparto a Scott contigo e.e <3

Saco mis cuerdas y empujo mi alma.

Engañas mi corazón con cada nota, me abrazas y besas mi cara.

Haces que me mueva y luego cortas el ritmo. 

Y trabajaste tanto para tenerme, sólo para dejarme ir.

Me pusiste en el centro del escenario sólo para robarme el show. 

Y tratas de llevarme a casa como si fueras Dimaggio.

Es una broma... 

~Without The Love - Demi Lovato

La tensión irradiando del cuerpo del moreno llena el auto. Me sentía incomoda, sin embargo, no era capaz de soltar una sola palabra. Sin saber exactamente por qué, me estiro, alcanzando el botón de encendido de la radio, ésta no tarda el tiempo y reproduce una canción que, ciertamente, nunca había escuchado, sin embargo, la letra en español logra atraerme con rapidez.

Siento la mirada de Scott sobre mí, pero no hace amago alguno de apagar el aparato, algo que, ciertamente, agradecía.

El camino que él toma nos guía por las calles hacía su casa. No sabía dónde diablos Cole dejaría a Hazel, pero, conociéndolo, tal vez terminaría en casa de Scott.

Hazel no regresaría sin mí.

Soy arrancada de mis pensamientos cuando el teléfono de Scott suena, estoy a punto de reñirle por responder mientras conduce, sin embargo no lo veo sacar el aparato de su lugar, pero, a pesar de eso, la voz de Cole retumba en el auto.

—Dejé a Hazel en casa de Dylan —ríe—, me golpeó y avisó que no quería meterse en problemas de pareja.

—Estoy soltera —Mis palabras me abandonan con rapidez, ocasionando que Scott suelte un gruñido. Me fulmina con la mirada, para luego terminar con la llamada sin decir una sola palabra—. No sé por qué te enojas con algo que, ciertamente, es verdad.

Me cruzo de brazos, ignorando el enojo que ahora emana del cuerpo del moreno. Scott no podía decir que era suya, cuando, ciertamente, no era un objeto. Era una persona, alguien que podía razonar y no necesitaba el empujón de alguien más.

—Cuando dejes de mezclarte con personas peligrosas, podrás decir todo lo que quieras, Dylan —murmura, con tono tenso—, tú y tu estúpida manera de ser me sacarán de quicio.

Suena enojado, pero lo único que logra es sacar un bufido por mi parte. Una última mirada es dirigida en mi dirección, sin embargo no obtiene respuesta alguna de mi parte.

¡Él no podía culparme!

No recordaba nada ocurrido con aquella noche, era como si mi cerebro se hubiera encargado de bloquear por completo a Benjamín. ¿Por qué diablos no lo había recordado?

—¿Por qué diablos no lo recordé? —murmuro—, esa noche sólo tome un margarita...

—¿Las compraron ustedes? —Abro la boca, tratando de recordar lo que había ocurrido aquella noche hasta antes de aceptar el margarita que había llegado a la mesa.

Meghan se había encargado de llamar al mesero, sin embargo, éste, al momento de llegar con nuestros tragos, se había tardado al más de lo normal y, cuando llegó a nuestra mesa, dijo algo que únicamente escuchó la rubia.