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Capítulo dedicado a XxLunitASensualxX espero que te guste <3 

~*~


Mis ojos están estancados en el vaso de agua que se encuentra en la mesa de centro, las voces y maldiciones a mi alrededor son ajenas a mí, el pánico que mamá parece estar pasando no me afecta del todo. En lo único que soy capaz de pensar es en esa foto. En la mujer que se encontraba ahí, observándome, burlándose silenciosamente del increíble parecido que ambas guardábamos. Burlándose del hecho de que, a pesar de parecerse a mí, no éramos las mismas.

No era yo, pero se veía como yo...

Era la mujer que había dejado abandonada a su hija en un orfanato a su suerte. A una pequeña bebé que no tenía la culpa de nada... Me había abandonado.

—¡Necesito esos malditos vídeos, Cole! —Scott grita a su teléfono y suelto un suspiro que había estado guardando desde hace más de una hora—. No me importa lo que tengas que hacer para deshacerte de los guardias—. No me vengas con mierdas sobre seguridad. No es la primera vez que lo haces. ¡Si es necesario pasar sobre el maldito Donald Trump para llegas a esos malditos vídeos lo haces!

—¿Cariño? —Mamá toma mi rostro entre sus manos, tratando de que enfoque mi atención a ella y lo hago, sin embargo, es como si no estuviera ahí. Mi mente regresa una y otra vez al momento en que vi la foto bajo mis pies—. Debes comer algo —musita, con la preocupación tiñendo su voz—, no has probado bocado.

—No tengo hambre —Me niego nuevamente y no sé cuántas veces lo he hecho. Lo único que quería saber quién había colocado aquella imagen en el auto de Scott—. ¿Scott?

El moreno gira en mi dirección, luce preocupado, pero más allá de eso, siento el enojo abordar su cuerpo como si se tratara de una bomba a punto de explotar.

—¿Tienes los vídeos? —Guarda por un silencio y sé que no se está dirigiendo a mí—. Bien, te esperaré a que llegue Ross.

Termina con la llamada, para luego pasar una de sus manos por su cabello y acercarse a mí con rapidez. Sus ojos se fijan en los míos y nuevamente el nudo en mi garganta aparece.

—Debes comer, Dylan —dice, con la voz algo dura—, si no yo mismo te llevaré a la mesa, te daré de comer y no te gustará.

Estoy a punto de responder, pero la puerta principal se abre y pasan unos segundos hasta que soy capaz de ver a una preocupada Hazel de pie a unos cuantos metros de mí. Luce apresurada y algo cansada. Mi madre es la primera de dirigirse hacia ella cuando Scott le indica que estaré bien. La morena con ojos azules me observa y yo simplemente soy capaz de dirigir mi atención al teléfono que sujeta entre sus manos. Había salido para hacer unas cuantas llamadas al orfanato en el cual había terminado antes de que mis padres dieran conmigo.

—No saben nada —suelta, con rapidez—, es difícil encontrar a la enfermera que recibió a Dylan. Ya han pasado varios años. Podría estar muerta.

—No lo está —digo, en un susurro, recordando el viaje que había hecho a Phoenix hace unos cuantos meses, antes de conocer a Scott—. ¿Recuerdan la convención de diseñadores? —Mamá asiente y mi padre lo único que hace es fruncir el ceño—, no fui a Nueva York —trago duro, preparándome para las miradas cargadas de reproche que recibiría por parte de mis padres—, fui a ver a Carmen.

>>Necesitaba respuestas...

—Sabía que no teníamos que decirte el nombre de esa enfermera —Papá empieza, suena enojado, pero bajo aquella mascara que intentaba mostrarnos, lucía asustado—. Si ella continuaba trabajando en el orfanato pudo perder su puesto, Dylan. ¿Sabes lo desconsiderado que fue eso?

BAD GUYS II: DRIFTING. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora