BAD GUYS II: DRIFTING. ©

17.

Capítulo dedicado a AleishaB1224 ¡Espero que te guste! (Las dedicaciones son Random, si me gusta tu comentario tal vez te lo dedique.) 

Ésto está jodido, es una locura. 

No puedo concentrarme, observo tu mirada y...

De vuelta donde nos quedamos, te veo quitarte el vestido.

He estado sólo recordándote, tu cuerpo me lastima, serpenteante cual  CCTV.

En su amargura, tú permaneces tan dulce.

~Cruel -Snakehips ft Zayn.  

 

La leve sensación de dedos recorriendo mi espalda logra estremecer cada terminación nerviosa de mi cuerpo. Me remuevo, sin sentir las fuerzas necesarias para abrir mis ojos. Una ronca risa retumba cerca a mí, obligando a que me remueva en mi lugar.

—Dylan —Frunzo el ceño, sintiendo una mano deslizarse por mi mejilla—, en serio me quedaría viéndote todo el día durmiendo, pero tu teléfono no deja de sonar.

—Apágalo —murmuro, escondiendo mi rostro en la almohada que estaba junto a mí—, tengo trabajo en la tarde. Puedo dormir más.

Lo escucho soltar una risa, pero no tarda en levantarse de la cama, abro uno de mis ojos, encontrándome con la alta figura de Scott vistiendo un par de jeans, su cabello está despeinado y logro ver que es mucho más largo de lo que parece.

Ciertamente tenía que dejar de lado mantener un solo peinado, me gustaba verlo despeinado, como lo estaba justo ahora.

—Es el hijo de puta de Grant —Escupe, el enojo se apodera de su tono de voz y, cuando creo que a cerrar la llamada, mi teléfono sale volando y se estrella contra una de las paredes.

Toda la bruma del sueño parece desaparecer y, cuando la realidad de lo que acaba de ocurrir me golpea con fuerza, no dudo en levantarme de la cama, tomando la sabana en la que me encuentro envuelta, me coloco de pie, enfrentando al moreno.

—¿Qué diablos está mal contigo?

—Así no volverá a llamar —dice, sus ojos se encuentran con los míos y lo que parecía ser una mañana tranquila, se esfuma cuando el enojo del castaño es dirigido hacia mí—. ¿Ibas a responder? Puedo darte el número de ese imbécil si quieres.

Abro la boca, lista para decir algo, pero simplemente niego con la cabeza, para luego soltar un suspiro.

—Adiós, Scott —Paso de él, sintiendo como la incomodidad empieza a instalarse en mi pecho. Estoy completamente desnuda, cubriéndome únicamente con una sabana, mientras hago mi camino a la sala del moreno. Mi ropa continúa en el sillón, junto a algunas prendas del moreno y no dudo en deshacerme de la sabana para tomar mis bragas y colocármelas con rapidez.

—¡No puedes simplemente irte por ese... Mierda! —Las palabras de Scott se ven interrumpidas cuando llega a mí y sus ojos no tardan en caer sobre mis pechos, no dudo en cubrirme, ganándome una mirada reprobatoria por parte del moreno—. ¿A dónde demonios crees que vas?

—A mi casa —murmuro, tomando mi vestido como puedo, sin dudarlo mucho, le doy la espalda, dándome el tiempo suficiente a colocarme el vestido y, una vez que lo hago, lo enfrento, recibiéndome un ceño fruncido de su parte.