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N/A: Si quieren entrar al grupo de whatsapp, no duden en dejar sus números (más código de país) Estaré gustosa de agregarlos 

Pd: Estoy robandole megas a mi sobrino para no dejarlas más tiempo sin capítulo. Si hay más de 200 votas y 100 comentarios, mañana habrá uno nuevo. <3

~*~

El resto de la noche transcurre con normalidad, bromas e historias referentes al tiempo que he vivido con mis padres salen a colación, haciendo que la vergüenza se mantenga en mi sistema por un largo tiempo. Las hermanas McMahon se habían mantenido en su mesa, Amanda escapándose un par de veces para hablar conmigo, pero lo cual no duraba demasiado, puesto que Meghan, Scott y Scarlett lograban sacar las pegajosas manos de mi gemela de mí.

A pesar de que algo en mi vida no iba como yo quería, me sentía feliz. El peligro que representaba la madre de Scarlett, justo ahora, no me importaba en lo más mínimo, y es cuando logro entender que, gracias a la presencia de las personas que me amaban y que yo amaba, me sentía protegida, segura y tanto ellos como yo sabíamos que no íbamos a dejar que nadie arruine todo lo que había aquí.

Cameron, al cual no llevaba mucho tiempo conociendo, se sienta junto a mí, justo después de que Hazel arrastra a Scott a bailar, lo cual no detengo. Era divertido ver algo así.

—¿Cómo estás, cuñada? —Pongo los ojos en blanco. A pesar de que Scott Harford era serio, callado y algo esquivo con las personas que no conocía, Cameron era todo lo contario; él hacía hasta lo imposible para encontrar tema de conversación, tampoco podía evitar el hacer cosas que, a los demás resultaba molestosas, sin embargo, en cierto punto, el que él hiciera eso, lo hacía un poco divertido.

Y el hecho de que continúe llamándome cuñada cuando le dije que prefería Dylan, él no dejaba de hacerlo. Una sonrisa divertida adorna sus labios.

—¿Puedes ser más alto y trabajar en el FBI, pero aún puedo patear tu trasero, cuñado.

—Lo sé —murmura, riendo, sus ojos viajan a dónde está su hermano, quien al mira a Hazel con un gesto amargo. Él odiaba bailar y yo estaba consciente de ello, pero no quería salvarlo. No cuando él se había unido a mamá para invitar a las hermanas McMahon—. Gracias...

Mi ceño se frunce, con algo de confusión ante sus palabras y, lo único que puedo decir es—: ¿Por qué?

Él guarda silencio por unos segundos, antes de darle una última mirada a su hermano. Una sonrisa ladeada reemplaza la divertida de hace unos segundos.

—Por hacer feliz a Scott —musita—, ha pasado mucho tiempo desde la última vez que lo vi así... a pesar de que no sonríe muy seguido y no suele hablar tanto como lo hago yo, es feliz... ha cambiado y eso pasó desde que llegaste a su vida.

—Yo no he hecho mucho —digo, dándole una rápida mirada al hombre el cual me había enamorado en los últimos meses—, creo que él ha hecho más que yo. Desde que nos conocemos siento que sólo le he dado problemas y él está ahí, sin pedirme nada a cambio...

—Nunca te subestimes, Dylan —dice, apretando mi mano con cariño, para luego colocarse de pie—, si me disculpas, iré a robar la pareja de baile de mi hermano.

Asiento, para luego sonreír y observar como Cameron se acerca a Hazel y a Scott. El segundo, no duda en dejar ir a mi tía y, cuando sale del radar de ellos dos, puedo notar la mirada que Cameron y ella intercambian. Sabía que, si los encerraba en una habitación a ellos dos, pronto podría tener unos cuantos primos.

—¿Puedo saber que estás tramando? —Scott pregunta, luego de darme un beso y sentarse junto a mí, una de sus cejas se arquea en mi dirección, claramente esperando mi respuesta.

BAD GUYS II: DRIFTING. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora