Capitulo 7

8.8K 339 23
                                    

La luz que atraviesa la ventana me pega directamente a los ojos y eso provoca que me despierte, el dolor de cabeza que tengo es insoportable, me pongo en la esquina de la cama y tomo aire, me levanto despacio y me dirijo al baño.

Mi cabeza me sigue doliendo intentando recordar lo que a pasado pero no puedo, entro al baño y me veo en el reflejo me sorprende ver que no tengo maquillaje en lo párpados ni en mi cara y me sorprendo aún más cuando me doy cuenta que traego una playera y pants.

Veo la ropa que traigo puesta, es demasiado y la camisa huele a perfume varonil en ese momento se que la ropa es de Alberto.

Me pongo roja al pensar que el me a desvestido y me a visto sin nada—no puedes ser más idiota verdad Ally—me regaño a mí misma.

Bajo las escaleras y voy directo a la cocina, mi estomago gruñe indicándome que necesito comer algo y termino preparando huevos y tocino por fin un desayuno decente.

Escucho que alguien baja las escaleras no volteo ya que sé que es Alberto ya que en esta lugar solo vivimos el y yo —buenos días —dice el pero yo volteo ni saludo —huele delicioso ¿que es?—sigue preguntando pero yo sigo sin responder apago la estufa y voy por un vaso de jugo de naranja.

—ally —dice el y siento que está detrás de mí y siento que sus manos se están acomodando en mi cuerpo, pero antes de que eso suceda me volteo —ally nada que más quieres ya me quitaste la licencia mi celular que seguirá mantenerme encerrada como un delincuente , pues déjame decirte que saldré no me interesa lo que digas quédate con mi celular puedo comprar otro no me interesa —digo con frustración ya que le estoy gritando y mis ojos están lagrimeando.

—ALLY YA BASTA —grita y me pone las manos en los hombros —mírame —dice y yo me callo, poco a poco levantó la mirada —no es que te quiera tener encerrada compréndeme si algo te pasara jamás me lo perdonaría —dice tranquilo y en un momento estoy entre sus brazos, llorando en su pecho me siento rota.

Su mano me soba la espalda —ya no llores muñeca ven vamos a desayunar —dice a lo que yo asiento, nos sentamos en la mesa yo todo el tiempo estoy viendo al plato y jugando con lo que hay en el, nadie dice nada pero tampoco nadie hace el intento de hacer una conversación.

Terminamos de desayunar y lavamos los platos y me dirijo para subir las escaleras cuando  Alberto me echa en su hombro no reacciono hasta cuando llegamos a sus habitación.

Me baja en su cama y el va en busca de algo en el cajón y veo que saca mi celular —ten —me dice mientras me lo entrega —gracias —digo pero apenas es un susurro.

Podría intentar pedir mi licencia —me podrías dar mi licencia —le digo esperanzada —que lista pero no esa se queda conmigo —volteo los ojos. Me levanto y me dirijo a la puerta.

Quiero ir a mi cuarto a descansar —otra cosa quieres ir a dar una vuelta —dice Alberto yo me volteo y asiento, creo que no podré descansar, el sonríe —bueno vamos solo tienes que empacar un poco de ropa y por el dinero no te preocupes—dice el emocionado su alegría hace que yo sonría.

Salgo de su cuarto para dirigirme a mi habitación saco una pequeña maleta y trató de encontrar ropa limpia y encuentro dos shorts y dos camisetas—gracias—digo al encontrar ropa también en la maleta meto mi ropa interior y bracieres, maquillaje y una chamarra por si acaso hace frío, bajo y veo a Alberto en la sala.

—estás lista —dice yo solo asiento, no tengo ánimos de hablar todavía después de lo que sucedió ayer, su cara cambia ya que al ver mi estado de animo el también se pone triste.

—anímate esto te gustara —dice y pone un brazo encima de mi hombro yo solo le respondo con una diminuta sonrisa.

En lo que él echa el equipaje yo pongo música y después pocos minutos el sube, no hablamos pero la música rellena el silencio.

Veo a Alberto apagar la música pero no digo nada él debe estar cansados tal vez no durmió.

Pero al escuchar su voz se que quiere hablar –ally —volteo —me podrías decir ¿que hay de tu padre? —me tenso al escuchar esa pregunta extraño tanto a mi padre.

Mis ojos se llenan de lágrimas —Nose nada de él desde hace más de 7 años derrepente un día desapareció y nadie más supo de él es como si se lo hubieran comido la tierra y nunca hubiera existido en este planeta—digo con tranquilidad.

—Las llantas de tu patineta tienen algo que ver—no lo dice en forma de pregunta más bien lo afirma yo solo puedo asentir —me las dio un día antes de que desaparecer .—le digo con un nudo en la garganta.

Tomo aire —Me dijo que no importara donde estuviera él siempre me iba a querer que él me estaría apoyando, yo en ese momento no sabía que significaba tenía diez años no te imaginas que tu padre desaparecería de un día para otro y mucho menos que no lo volverías a ver.—digo y para ese momento mis mejillas están tan mojadas.

—Hey no te preocupes él se pudo haber ido pero yo estoy a qui y no te dejaré te lo prometo —me dice y me regala una pequeña sonrisa, a lo que yo le respondí con otra .

—gracias —le digo en un pequeño susurro —mejor duérmete aún nos quedan unas horas para llegar al lugar y descansar te aria bien—dice el.

No digo nada pongo mi cabeza en el respaldo y voy contando las gotitas de agua que empiezan a caer en el vidrio la música que hay en el carro me arrulla continuamente en ese momento me siento bien tranquila y plácidamente feliz .

Mis ojos se van cerrando poco a poco y en unos breves minutos caigo rendida.

Enamorada de mi primoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora