Enamorada de mi primo

Capitulo 22

Siento como me voltea y puedo ver que sus ojos deslumbran lujuria, no pronuncia una palabra más y sale conmigo de la cocina, cruzamos la sala y recorremos el pasillo hasta el cuarto que compartimos.

Me acuesta en la cama y comienza a besarme desesperadamente, me separo de él al sentir que me falta el aire, nuestras bocas están tan cerca que podemos sentir la respiración de ambos.

Alberto se acerca a mí y me acaricia la mejilla, desliza sus dedos por mi barbilla, yo me estremezco ante su contacto.

Estoy tan excitada, tan perdida ante su contacto.—¡carajo!, ¿como puedo estar de esta manera en tan solo unos minutos?—me pregunto a mi misma mentalmente.

El sigue besándome el cuello, después siento como lo succiona fuerte, para después juntar su mirada con la mía—sabes que te hare, ¿verdad?—me susurra en los labios y me sujeta la barbilla con el dedo índice, yo asiento con la cabeza no muy segura ya que no se en verdad que pasará.

Se inclina y me besa con fuerza acoplando sus labios a los míos, le correspondo el beso, esta vez sus labios se sienten suaves y el sabor a dulce de fresa en su boca es más que evidente esta vez.

Se mueve a el lugar donde se encuentra mis caderas y se apresura a desabrocharme los botones, me baja el pantalón poco a poco, al sentir sus dedos rozar mi piel me estremezco y me tenso, sus labios hacen contacto con la piel de mis piernas, estas van quedando húmedas con cada beso que me proporciona, al terminar con mi pantalón, se pone encima de mi de rodillas de modo que cada rodilla suya quede al costado de mi cintura, toma la parte inferior de mi blusa y poco a poco me la va quitando y la deja caer al suelo.

El se mueve un poco aún lado sin llegar a separarse de mi cuerpo, abre un cajón, y me sorprendo al ver una caja de condones.

El toma uno y pone el condón es sus labios y desgarra el envoltorio con sus dientes, se baja el cierre del pantalón mientras coloca el condón en su pene.

Yo no puedo dejar de mirar mientras se pone dl condón y mi cuerpo comienza a temblar nuevamente, el se aparta un poco, me voltea a ver y me sonríe con lujuria—que hermosa eres, la ropa interior que traes es preciosa—dice mientras voltea a ver mi cuerpo, traigo puesta una ropa interior de color azul y de bordes.

El me sonríe al verme—ally tienes una piel preciosa, es perfecta—dice, y comienza a besar cada parte de mi cuerpo lentamente.

Me sujeta la cabeza y entrelaza sus dedos en mi pelo, me estrecha con fuerza a su cara y me besa, yo gimo contra su boca y abro la mía para recibir su cálida y húmeda lengua entre mis labios.

Mi vista baja y veo como su pene esta erecto e hinchado, volteo mi vista hacia sus ojos y de un momento a otro los besos que me esta dando tienen un sabor encantador es como menta, vino y vainilla.

Me atrevo a levantar mi mano y entrelazarla en su en su cabello, tiro de este con suavidad el gime ante la acción que hice.

Me aferra a sus  caderas y me empieza a besar el vientre, desde la cintura hasta el ombligo me deja marcas, yo me tenso y respiro de forma brusca.

Tengo los ojos cerrados y la boca entre abierta,  ¡estoy jadeando!, Me desabrocha el brazier y ahí es cuando reaccionó, lo volteo a ver con preocupación, me da una mirada tranquilizándome indicándome que todo va bien—tranquila yo te cuido—me dice en un susurro, yo trato de relajarme.

Saca mi brazier por completo y siento como su mirada me penetra, el se quita la caliza rápidamente, pero aún sigue teniendo sus pantalones hasta sus rodillas.

El se lame los labios y nunca despega su mirada de la mía.

El se acerca a mi cuello—hueles tan bien—dice con voz ronca, me sigue diciendo cosas dulces mientras se quita sus zapatos con sus propios pies y también termina de quitarse su pantalón por completo

Con suavidad me empuja hasta el centro de la cama, se inclina nuevamente sobre mí y ahora su lengua recorre todo mi cuerpo, sus manos bajan lentamente mis bragas, estoy prácticamente desnuda junto a él.

Volteo a verlo, mis ojos están fijos en los suyos y tiene una mirada de lujuria que provocan que me vuelva loca.

El me mira y toma mi nuca con fuerza—te das cuenta que eres toda mía ally—me dice en el oído—toda mía, de pies a cabeza—dice de forma posesiva.

(Ponga esta canción cuando lean esta parte)

El se acomoda entre mis piernas—ven para acá muñeca—me dice, se inclina para besarme en la parte interior del muslo, mi boca suelta un sonoro gemido.

Comienza a besarme nuevamente en el cuerpo—eres hermosa—me dice mientras continuando besando cada parte de mi cuerpo.

Yo empiezo a gemir por lo que está haciendo conmigo, su mano baja hacia la parte íntima de mi cuerpo, entierra un dedo dentro de mi y comienza a masturbarme—estás tan mojada cariño—dice y sin previo aviso, se mete dentro de mí en una embestida, yo grito por el dolor que siento en pleno momento.

El se queda quito al escuchar mi grito—¿estás bien?—me pregunta preocupado mientras me mira con ojos cristalizados, yo asiento tranquilamente.

Se queda unos minutos dentro de mi a medida que pasa el tiempo el dolor va desapareciendo.

Me da un beso e la frente—voy a moverme—me dice—esta bien—digo, el se va retirando poco a poco y vuelve a entrar en mi lentamente.

Se mueve cada vez más rápido y yo estoy apunto de llegar a mi punto, grito y echo mi cabeza para atrás, se me nubla la vista.

Escucho como el gime fuertemente, siento como sale de mi lentamente, junta nuestras frentes y me da un beso en los labios, se tumba a mi lado.

Yo todavía estoy tratando de controlar mi respiración—¿te e lastimado?—me pregunta con ligera preocupación, me pone un mechón detrás de la oreja, volteo a verlo y le sonrió—estoy bien—le digo viéndolo a los ojos.

El se acerca aún más a mi y me acomoda en su pecho—eres la más hermosa muñeca—me dice mientras nos tapa con la cobija, sus brazos me rodean el cuerpo, pongo mi cabeza en su pecho, al sentir el contacto de ambos juntos nos dejamos llevar por el cansancio y nos quedamos dormidos al instante.