capitulo 31

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Estoy bien, más de lo que uno se imagina, joder me encuentro bien, voy con harry en el auto rumbo al departamento que compartato con Alberto—¿contenta?—yo lo volteo a ver—si me alegra haber pasado el examen—le digo con una gran sonrisa, Harry niega y se ríe—mañana es tu cumpleaños Ally—dice harry mientras sonríe de lo que solo consigue sacarme una sonrisa agria—no te vez muy contenta—comenta harry.

Yo me encojo de hombros—tu muy bien sabes que no me gusta celebrar mi cumpleaños—le comento y hago una mueca intentando reir pero lo unico que logro es que mi boca haga algo que no tiene forma.

El pone una de sus manos en mis rodillas y la aprieta—deberías pensarlo ally, tienes un dia más para saber si quieres celebralo o no, márcame si te decides, sabes que siempre es un gusto estar contigo—se que sus palabras son sinceras, no contesto nada solo me limito a abrazarlo—muchas gracias por ser mi amigo—le digo en un susurro.

Yo me aparto rápidamente para dejarlo manejar—tu sabes que eres más que una amiga para mi, jamas me ire de tu lado—dice, se que pase lo que pase el siempre estara conmigo y eso me hace sentir bien ya que se que tarde o temprano necesitare todo su apoyo ya que después de lo que viene Alberto y yo no estaremos más juntos, me quiero tragar mis mentiras diciendo que todo saldra bien y que estare con el como en un cuento de hadas pero la puta realidad es tan diferente que yo no me creo nada de lo que digo, ¡es una putada!, decido no hacerle caso a mis pensamientos, suspiro.

Siento como Harry para el auto—escucha, ve a caminar un rato, piensa las cosas con tranquilidad, yo me tengo que ir mike me esta esperando—dice el, yo le sonrío—lo haré, te quiero, te veo después—le digo dandole un beso en la mejilla—márcame, tendré mi celular en la mano por si cambias de opinion—me dice yo asiento, me bajo y me despido de el.

Veo como el carro desaparece, me volteo para ver la entrada de mi departamento, suspiro, decido no entrar y hacer lo que harry me recomendó hace unos momentos—salir a caminar—respiro hondo.

Me dirijo al lugar mas cercano que hay en la zona, un centro comercial algo chico pero lo suficiente grande para explorar un rato y aclarar mis ideas.

Cuando entro al centro comercial siento que alguien me esta observando pero decirlo ignorarlo, cada paso que doy siento la mirada de alguien en mi nuca, decido seguir caminando y entrar a un lugar de ropa pero siento como soy jalada y puesta contra la pared.

Mi respiración se acelera al mil por hora, veo a una persona no se si es hombre o mujer porque su cara está cubierta por un paño, pero veo sus ojos estos son de un color cafe intensos, este me entrega un sobre y yo lo miro confundida, se acerca a mi oído, yo me retuerzo.

—ábrelo hasta tu cumpleaños—me dice una voz aguda y entonces me doy cuenta que era una mujer.

Me suelta y se va sin decir nada más, yo me quedo un rato ahí, me tiemblan las piernas y tardó unos momentos en volver a reaccionar.

Decido ir al departamento corriendo, me comienzo a alterar y a voltear cada un dos por tres, parezco paranoica pero eso es lo que menos me importa en estos momentos.


Llego al departamento y me apresuro a poner el código para que me lleve a mi piso, en el elevador decido guardar el sobre en mi bolsa y poner mi mejor cara, ya que lo que menos quiero en estos momentos es que Alberto me vea en este estado, y tampoco estoy de humor para que me empiece a cuestionar.

La puerta de el elevador se abre.

Puedo ver a Alberto, me está esperando en el sofá, voltea y me sonríe, yo me obligó a sonreírle también—e entrado en la universidad—le digo y sonrió.

El se para y me entierra con un abrazo en su pecho, inhalo hondo su olor me calma, me relajo al instante.

Mis brazos cuelgan de su espalda y el me sostiene entre sus brazos—yo sabía que lo harías muñeca, esa mentalidad tuya es grandiosa—dice el lleno de orgullo

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Mis brazos cuelgan de su espalda y el me sostiene entre sus brazos—yo sabía que lo harías muñeca, esa mentalidad tuya es grandiosa—dice el lleno de orgullo.

Después me suelta y me pone enfrente de el —ahora dime, ¿qué tienes?—trago duro, ¿cómo se da cuenta de todo?—nada solo vengo cansada, el examen estuvo difícil—sonrío, bien evitada, felicito a mi cerebro.

Pero veo la cara de Alberto y se que necesito cambiar de tema rápido antes de que empiece a dudar—para que me creas que estoy bien te dejaré organizar algo por mi cumpleaños—digo, mierda de donde a venido eso.

El me voltea a ver sorprendido—¿es enserio?—dice el emocionado, yo solo asiento, el me abraza alegremente, suspiro, ¿qué coño acabo de hacer?.

Enamorada de mi primoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora