Capitulo 14

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Yo lo miro directamente a los ojos—dime la verdad —digo poniéndome enfrente de él, mirándolo a los ojos.

El se pone nervioso—la verdad es que estoy estudiando policía forense en la universidad—dice, pero no estoy segura que esté diciendo la verdad.

—Policía ¿que?—digo confundida, no estoy segura de que está hablando.

El me mira—ya sabes—dice y se pone la mano en la nuca—de esos que checan los cuerpos y resuelve lo que hay en la sangre, de que por qué murieron las personas —dice cortando sus palabras, sale corriendo hacia arriba.

Tardo un momento en reaccionar, antes de que lo pueda alcanzar me cierra la puerta en las narices —¡carajo! —grito enojada.

Golpeó la puerta, Policía forense cree que me trague su cuento ¡me cree pendeja o algo parecido!, tengo que empezar a investigar.

Me dirijo a mi cuarto, tomo un suéter rojo, un gorro, jeans y unos tennis Nike

Tomo las llaves del coche de Alberto y mi bolsa, me dirijo afuera, abro la puerta con cuidado asegurándome que Alberto no escuché que eh salido, el viento me golpea fuerte en el cuerpo, cada vez hace más frío

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Tomo las llaves del coche de Alberto y mi bolsa, me dirijo afuera, abro la puerta con cuidado asegurándome que Alberto no escuché que eh salido, el viento me golpea fuerte en el cuerpo, cada vez hace más frío.

Me dirijo al coche de Alberto, al subirme a este  percibo un olor a pólvora, sé que eso tiene que ver con balas o pirotecnia—suspiro—decido ignorarlo.

Estoy fastidiada, cansada, tanto que podría fumar toda la marihuana que me cargo en mi bolsa, entro en un callejón que más bien es un lugar para patinar, pero que sólo pocas personas saben de el.

Me siento en una banca, saco mis porros ya que los tengo que esconder muy bien, ya que Alberto esculco todo mi cuarto y saco toda la marihuana que había en el, pienso un momento en el y sonrío mientras me pongo un porro en los labios.

Empiezo a fumar, el humo sale de mi boca, lo saboreo a mi gusto, estoy en pleno sabor, los recuerdos, la marihuana, juntos son como una bomba de tiempo en mi, mis ojos empiezan a chillar esa es la razón por la que no la dejo, por lo gustosa que es, en mi pleno momento hacen que mis ojos rojos, mi garganta cerrada, me hace olvidarme de mis problemas.

Trato de pensar claramente, no he recibido  ni una llamada de mi mama,  la extraño tanto, me preocupa que le haya pasado algo, no la puedo perder a ella no como a mi padre, pongo mis manos en mi cara, suspiro fuertemente—mi vida es una mierda—grito, grito para que pueda sacar todo lo que traigo dentro de mi.

—Maldito sea todo esto, por qué simplemente no me muero y ya, no estaría tan mal, aquí nadie me necesita— me arde todo, la garganta, el pecho, mi vista esta nublada.

Me tenso, siento que me desmayare en cualquier momento,  alguien me ha agarrado del hombro, volteo, me encuentro con Harry.

Lo veo directamente, sonrío débilmente–harry —digo bañada en lágrimas, estoy tan contenta él es la mejor persona para que me haga entrar en razón.

El al verme sabe perfectamente que nada anda bien, no dice nada, lo mejor que puede hacer, me abraza, me acurruco en su pecho, el es como mi hermano, si yo tuviera los ojos verdes casi seriamos idénticos ya que Harry y yo somos muy parecidos.

Harry me arrulla, estoy en sus rodillas acostada—duerme pequeña yo te protejo —me dice y me besa la frente con eso me acuesto en su pecho.

—Yo me haré cargo de ella Harry gracias por llamarme estaba muy preocupado, cuando no vi mi carro me preocupe mucho no sabes lo que haría si algo le pasara–siento que alguien me abraza bajo su pecho, lo siento como mi hogar me siento tan agusto no quisiera salirme de este lugar nunca más.

—tú muy bien sabes que no la quieres como una prima —dice y puedo distinguir la voz de harry.

Escucho un suspiro—lose pero no puedo hacer más, por eso acepté salir con Mónica necesito mantener a raya mis sentimientos por ella —le dicen a harry, estoy tan a gusto estar aquí arrullada es como una droga personalizada.

—¿Por qué huele a marihuana? —le preguntan a harry.

—Eso yo no sé, ella tiene problemas desde que tenía catorce —chismoso, nota mental matar a harry cuando esté consciente.

—¿Que? ¡catorce! ¿y sus padres? —grita la voz que ahora reconozco ¡Alberto! ¡estoy muerta!.

—Alberto —dice Harry tranquilamente  —tienes que saber que ella no es como cualquier persona, sus padres nunca estuvieron con ella, su padre desapareció cuando tenía 10 años, tú no sabes cuantas veces se quedó en mi casa cuando tenía problemas—dice el tranquilo.

Siento como Harry suspira—ella es una buena chica solo necesita apoyo, amor y por lo que se su madre tiene 2 meses sin contestarle deberías dejar de ser tan duro con ella créeme ella no es para tenerla encerrada —dice Harry, yo sonrío y hago una nota mental—corrijo agradecerle a Harry—me digo mentalmente

—Lose pero no puedo perderla necesito cuidarla y ella no se sabe cuidarse —dice Alberto, trato de poner objeción, pero ahorita mis sentidos no coordinan.

Pienso como Harry está volteando los ojos —créeme ella es más lista que cualquiera de nosotros,sabe hacer muchas cosas, ella no es tonta sabe crear pirotecnia peligrosa con sus manos ella puede vencer a cualquiera que se le ponga encima—dice Harry, vaya tendré que pagarle muchísimo por esto.

Alberto suspira—lose, creeme lose, su padre era igual—dice, ¡espera! ¿que? ¿mi padre?, intento levantarme pero no puedo, todo lo que he fumado me a dejado inmóvil, era imposible moverme.

–¿Tú conociste a su padre?—pregunta Harry —si, pero a ella no le menciones nada le diré todo en su momento —dice el mientras me aprieta mas fuerte—esta bien, solo por qué no quiero que ella salga lastimada —dice Harry.

–No puedo evitar eso tarde o temprano se enterara, como tú lo dijiste no es estupida —dice Alberto.

—Lose, lose—harry suspira—tienen que irse es tarde ya que estos lados son peligrosos—dice Harry.

—¿Te llevo?—Alberto le pregunta a Harry—no estoy bien mi novio viene por mí—le dice el.

—¿novio?—le pregunta Alberto a harry —sí, que ella no te ha dicho —dice Harry, que parece disgustado.

—No, nunca me cuenta nada, conozco tan poco de ella y su pasado —dice Alberto, escucho como Harry se ríe más aliviado.

—Dale tiempo ella es genial, tienes que tenerle paciencia ella todo guarda y te da respeto si tú se lo das, cuídala mucho —le dice Harry.

Siento como Alberto me aferra a él —lo are —dice Alberto, siento que me sube al carro, me pone una manta encima de mi cuerpo.

–Sé que estás inmóvil, pero que sé que oyes pero no vas a recordar nada mañana—dice el mientras me toma del rostro—Te quiero, hablaré contigo mañana —me dijo ¡te quiero!, ¡te quiero!, le quiero contestar pero simplemente no puedo, pero duermo plenamente feliz.

Enamorada de mi primoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora