Katherine estaba en su habitación del hotel, de pie en el balcón viendo el hermoso día y el mar. Pasó pocas horas durmiendo, pero había dormido tan bien que no se sentía cansada, por el contrario, se sentía mejor que nunca y sabía bien lo que era la razón de todo esto.
Ella estaba distraída y sonrió cuando sintió que Piero la abrazó por atrás. Él le dio un beso en su cuello y apoyó la cabeza en su hombro.
- Buenos días a ti también... – dijo ella sonriendo y le hizo un cariño rápidamente en el cabello.
- ¿Hace mucho tiempo que estás despierta? - Ella negó.
- No mucho.
- Podrías haberme despertado también.
- Pensé en ello, pero estabas durmiendo tan profundamente que me dio pena. - Sonrió.
- Yo estaba cansado... Muchas actividades ayer. - Ella se echó a reír.
- Así que hoy tendrás que descansar.
- No sé... Te extrañé.
- Me dijiste lo mismo cuando me despertaste a las 5 de la mañana.
- Lo siento, no pude resistir y no podía dormir. - Se rieron. - ¿Vamos desayudar?
- Vámonos.A lo largo del día y parte de la noche los dos tuvieron que tratar de parecer lo más normal posible, y lograron a la perfección. A la mañana siguiente todos hicieron las maletas y regresaron a Nueva York.
Piero y Adele llegaron a casa temprano en la tarde y un poco cansados. Piero se sentó en el sofá y su padre entró en la sala de estar.
- Piero, ¿Cómo fue el viaje?
- Todo ha ido muy bien papá y el comercial esta increíble.
- Me alegra oír eso. ¿Y tú hermana?
- Subió y dijo que iba a tomar un baño.
- ¿Puedes venir conmigo a mi oficina un momento? Quiero hablar contigo. - Él asintió con la cabeza.Los dos se fueron a la oficina y Bill cerró la puerta mientras que Piero se sentaba en un sofá de cuero marrón, miró a su padre abriendo la caja fuerte que estaba en la pared y sacó un sobre grande de allí. Bill se sentó en una silla casi en frente de su hijo y le entregó el sobre.
- Antes de abrir Piero quiero que me escuches. Sé que no te gusta que insista contigo en ciertos temas, pero ahora es necesario. Mientras viajabas pensé mucho acerca de qué hacer y es por eso que te estoy dando este sobre... Sé que amas a Sophie y quieres casarse con ella...
- Papá sé que hablarás y...
Bill interrumpió:
- Déjame terminar, Piero... Tú eres mi hijo y yo siempre quiero lo mejor para ti y espero que entiendas eso. - Él asintió con la cabeza. - Sé que falta sólo un mes para casarse con ella, pero yo tenía la esperanza de no tener que mostrarte todo esto, pero creo que sea el momento.Piero abrió el sobre y sacó el contenido. Eran fotografías... Las de Sophie con su amante. Piero miró y tragó saliva. Pasó una por una de las fotos, mirando detenidamente. Cuando termino las puso de vuelta en el paquete.
- Sé que es duro, pero tienes que saber que ella te engaña. No es quien dice ser. – completó Bill.
- Gracias por mostrarme estas fotos, papá. - Dijo calmo.
- Me estás asustando Piero, no muestras ninguna emoción. - Piero sonrió.
- Esto es algo acaba de confirmar algo que he estado pensando durante mucho tiempo.Piero dejó las fotos en el sofá, dio un beso en la cabeza de su padre y se fue con una sonrisa, dejando a Bill totalmente confundido.
Cuando llegó a la sala de estar, para su sorpresa su novia acababa de llegar y cuando lo vio se acercó a darle un abrazo.
- ¡Hola, bebé!
- Hola, Sophie... – dijo sonriendo.
- ¿Estás feliz de verme? Ya hacía mucho tiempo que no sonreías cuando llegaba.
- Quería hablar contigo.
- ¡Oh, genial! Porque tengo varias cosas para mostrarte de nuestra boda y los últimos invitados han confirmado presencia... - dijo ella se sentando en el sofá.
- ¿Por qué no vamos a mi habitación para nos sentirnos más cómodos?
- Buena idea, bebé - ambos subieron, entraron en la habitación y ella se sentó en la cama. - Así que pareces tener muchas cosas que hablar conmigo.
- Ah, sí.
- Bueno, yo estoy oyendo.
- ¿Estás segura? - Bromeó irónico y ella se echó a reír.
- Por supuesto... ¡Espera! ¿No sería mejor si te hablo lo de la boda primero?
- No te preocupes porque es acerca de nuestro matrimonio que voy a hablar.
- ¡Eh, que bien!... Y ¿Qué es? - Preguntó emocionada.
- Que eso no va a suceder porque no quiero casarme contigo...
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¿Cuánto Cuesta el Amor? |Piero Barone| Libro 1
RomanceLo que hice fue algo que duele mucho más que una mentira, algo que hiere mucho más que una apuesta. Piero Barone era un hombre serio y diferente de cualquier otro que he conocido... Prácticamente perfecto. Su único defecto: Se iba a casar y fue cuan...