¿Cuánto Cuesta el Amor? |Piero Barone| Libro 1

Capítulo 31

El lunes por la mañana Piero llegó temprano a la oficina y estaba cansado, tendría una semana agotadora y no había sido incapaz de relajarse, incluso en lo fin de semana, ¿motivo? Sophie... Otra vez. Cuando se despertó el sábado por la mañana ella ya estaba en su casa, volvió con el mismo discurso aburrido siempre el "tú tienes que darme valor, soy tu novia" eso porque había abandonado la fiesta sin previo aviso, si supiera que él estaba con Katherine entonces sí que sería su fin, después de todo, ¿qué clase de hombre comprometido prefiere estar con su nueva "amiga" y no con su novia? Y cada vez más eso pasaba, en los últimos tiempos Katherine estaba siendo prácticamente su ruta de escape. El domingo entonces, más una discusión debido al curso de cocina, simplemente porque Piero sugirió que sería bueno para ella aprender a cocinar.

Su mente estaba cansada. Si ya eran así antes de la boda, ¿cómo sería el después? Y si a veces las cosas están mal, siempre pueden empeorar. ¿Cómo actuaría? Tal vez su madre tenía razón y Sophie estaba nerviosa con todos los preparativos, a pesar de que faltaba casi un año. Y ahora un año parecía tan poco...

Temprano en la mañana del viernes todos ya estaban en el aeropuerto y los dos sabían que el viaje a Los Ángeles sería tan divertido como Las Vegas.

En el avión Marlon intentó de todas las maneras sentarse con Katherine, pero afortunadamente Piero había sido más rápido. Conocía el tipo de hombre que era, él no la dejaría sola con él a pesar de que estaban en un avión. Ella se estaba mostrando una gran amiga para Piero, pasaban mucho tiempo juntos y lo menos que podía hacer por ella era ser un buen amigo también... A pesar de que era el tipo de mujer que hombre algún quería sólo como amiga, pero él era serio y se comportaba bien con ella.

Ellos desembarcaron del avión poco antes del mediodía y fueron directamente al hotel, una de las cláusulas de los contratos es que iban a hacer los comerciales y se hospedarían en el hotel los días que se necesitaban, por lo que sus habitaciones ya estaban garantizados y los cinco siempre intentaban permanecer en el mismo piso para ser más fácil. Piero y Katherine sólo subieron a sus habitaciones para decir que fueron hasta allí, después de eso Bill, Diana y Marlon no vieron más a los dos. Simplemente desaparecieron.

La gira por LA comenzó cuando los dos salieron del hotel, rápido como llegaron y estaban caminando por el centro de la ciudad para encontrar un restaurante. Luego pasaron por el Paseo de la Fama, después... Disney.
Piero amaba parques de atracciones y varias veces trató de convencer a Sophie a ir, pero hacía años que no lograba. Con Katy, eso cambiaba completamente. Los dos eran como dos niños corriendo en el parque hasta que encontraron algo que sería muy divertido: montaña rusa.

Varios gritos después y varias horas los dos estaban prácticamente sin voz y hablaban como si estuvieran susurrando, pero incluso eso no les hizo dejar de hablar o reír.

Los otros tres días siguieron trabajando ya que habían tenido un momento de diversión y el martes por la mañana ya estaban de vuelta en la oficina. Piero estaba en su oficina pensando en cuando realmente podría relajarse, porque cuando llegó a NY y que puso los pies en su casa Sophie ya había empezado a perturbarlo como siempre por el viaje.

Piero salió de sus pensamientos cuando alguien llamó a la puerta, entró Katherine y él sonrió.

- Buen día, Katy.
- Buenos días, Piero! ¿Bien? - Hizo una mueca. - ¿Qué pasó?
- Lo de siempre.
- Hmm... Ya entendí todo... - dijo sonriendo. - Si acaso me necesitas me llames porque ahora tengo que ayudar a su padre. - Él asintió con la cabeza.

Piero observó hasta que Katherine llegó a la puerta, en ese momento vino una idea a su mente y el único que podía pensar era "¿por qué no?", ella siempre aceptaba todo lo que sugería.

- ¿Katy? - Se dio la vuelta. - ¿Te gusta cocinar?
- Me gustaría cocinar si supiera...

El miércoles y el jueves por la noche los dos se fueron al lugar del curso que serían en aquellos días y más tres semanas, el total sería de ocho noches riendo, comiendo y haciendo lío en la cocina de un restaurante. Él se divertía en la compañía de Katy y cada vez más ella le mostraba otro lado del día a día, que él solo o con Sophie parecía totalmente aburrido.

Los dos se veían a menudo fuera del trabajo y debido a una conversación entre Piero y Sophie por el celular, Katherine se dio cuenta de algo mejor: Piero inventaba disculpas por no estar en casa y eran siempre diferentes, pero todas mentiras. 

Era eso mismo... Estaba cambiando la novia por ella...