Capítulo 49

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- ¿Seguro que estás bien, Piero? Estas un poco extraño desde que nos fuimos de mi apartamento. - Katherine comentó cuando ya estaban en la fiesta, en el bar esperando sus bebidas.
- Estoy bien, no te preocupes.
- Cuando salí de la habitación estabas todo nervioso...
- No, ¿por qué yo iba a estar nervioso?
- No lo sé... Dime tú. ¿O qué? ¿Me estaba espiando? - Le preguntó en tono de broma y él tragó saliva.
- Qué idea, no.

Él dio dos o tres sorbos rápidos en la bebida. Katy no había dejado la puerta abierta a propósito, pero había oído sus pasos en el pasillo y lo vio por un pequeño espejo en su habitación. Obviamente Piero no se había dado cuenta de este detalle, ya que tenía cosas más interesantes que ver en ese momento.

- ¿Quieres bailar? – ella preguntó a Piero.
- Después... - ella sacudió su hombro y sonrió indo a la pista con Adele.

Piero se quedó mirando. Trató de recordar cuando comenzó a mirarla diferente, tal vez incluso antes de la noche de Navidad. Cada vez más parecía estar perdido en sus pensamientos con ella, sentía más la tentación. Tal vez era el miedo, ya que iba a casarse entonces cualquier mujer se veía atractiva... Pero entonces ¿por qué las otras eran lo mismo que nada? Katherine sí revolvía con su mente, otras no.

Después de terminar la canción Katy regresó al bar con él y pidió otra copa. Mientras que succionaba el líquido a través de la pajilla observaba el lugar. Se volvió, dejó el vaso sobre el mostrador y apoyó sus brazos. De repente, un chico de pelo rubio, alto y de ojos claros se le acercó y le tocó la mano.

- Hola, hermosa... He estado observándote desde hace algún tiempo. Además de hermosa bailas bien.
- Gracias.
- ¿Puedo invitarte a una copa?
- No, gracias. Ya bebí lo suficiente por hoy.
- Una copa más o una menos no hará diferencia.
- Dije que no. - Se dio la vuelta y en ese momento Piero volvió para mirarla y se dio cuenta de lo que estaba sucediendo.
- ¿Qué tal bailar conmigo entonces? - Habló cerca de su oído.
- Por casualidad ¿usted sabe lo que "no" significa? – ella preguntó enojada.
- Estoy haciendo caso omiso a eso.
- Pero debería escucharla. - Piero se detuvo junto a Katherine y ​​la abrazó por la cintura. - Si no te diste cuenta ella está acompañada.
- Muy bien acompañada por cierto. - Ella sonrió y lo miró.
- ¿Me quieres hacer creer que estáis juntos? – Asintieron – Demuestra, bésala.
- Yo no tengo que demostrar nada. – ella espetó.
- ¿Crees que puedes engañarme? – El rubio se rió con burla – Te observé toda la noche y no los vi juntos ni un segundo. – se cruzó de brazos.
- Lo que hacemos mejor no es en público, querido. - Ella contestó. - Y si no te importa, permiso.

Katherine llevó Piero de la mano para ir a otro lugar, al menos hasta que el rubio olvidase la historia. Pronto los dos empezaron a reír.

- ¡Gracias, Piero! Me salvaste de un problema.
- Fuiste brillante... ¿Viste su cara?
- Mejor fue tú. Rostro serio, así darás miedo. - Ella arregló el cuello de su camisa. - Vamos a bailar... Porque si te niegas puede aparecer otro tipo. - Se rieron.

Piero, Katherine, Adele y Jamie pasaron un buen tiempo juntos, pero pronto la pareja decidió irse entonces Piero y Katy decidieron que lo mejor era hacer lo mismo.

- Gracias por traerme aquí. – dijo Katherine cuándo se detuvieron en la puerta de su apartamento.
- De nada... Gracias por la noche, fue muy divertido. - Ella se echó a reír.
- Esa sí me pareció una situación divertida. No pensé que eras el tipo que salva damiselas en apuros, ¿sabes?
- Si yo no quiero que encuentres otro amigo es lo que tengo que hacer.
- Qué egoísta de tu parte... Pero sabes que no puedo dejar de pensar en el chico rubio. - Habló seria.
- ¿Por qué? ¿Te gusta? - preguntó Piero.
- No es mi tipo... Me gustan más los castaños inteligentes que usan gafas.
- Bebiste mismo ¿eh?... - ella se rió.
- ¿Puedo preguntarte algo? Pero quiero que seas honesto conmigo.
- ¿Qué?
- Si él hubiera insistido, ¿me habrías besado?...

¿Cuánto Cuesta el Amor? |Piero Barone| Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora