Capítulo 18

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- ¡Nooo! ¿Por qué tienes que ir Piero? - Sophie gritó loca caminando detrás de él en casa mientras llevaba su maleta al vestíbulo.
- Sophie, soy el vicepresidente de la compañía, ¡por supuesto tengo que ir!
- Pero si tu padre va entonces tú no necesitas.
- Si él me pidió que fuera es porque me necesitará allí.
- No importa lo que yo diga, no te quedarás... - ella se cruzó de brazos e hizo cara triste, él la abrazó por la cintura.
- Me quedaré allí más o menos tres días, no el resto de mi vida, entonces cálmate. - Le dio un beso en la frente y se fue a la sala de estar con ella detrás nuevamente.
- ¿Quién más irá?
- El productor, directora y secretaria...

Sophie no hizo escándalo por quien iría. Conocía todos... O eso pensaba ella. No sabía que Bill había cambiado de secretaria, y mucho menos que era una mujer como Katherine.
Piero fue a la habitación para asegurarse de que no había olvidado nada importante. Cogió el celular y estaba bajando las escaleras cuando vio a su conductor abrir la puerta y junto con él, Katherine. Ella entró por la puerta y William se acercó allí sonriendo, le había dicho que enviaría a alguien pasar por ella, para no tener que ir a solas al aeropuerto, ya que Marlon y Diana tomarían el avión más tarde y ella probablemente se sentiría más cómoda con los jefes que conocía que los otros dos.

Piero se unió a los dos y saludó Katy desde lejos con una sonrisa, se veía hermosa con ropa más informal, pero aún llevaba sus tacones.

- ¡Venga, Katherine! Quiero que conozcas a nuestra familia. - Bill habló alegre empujándola suavemente en la espalda, hasta que llegaron a la sala de estar.
- ¡Hola! - Dijo una señora agradable y muy bonita. - Soy Teresa.
- Es un placer Señora Barone, soy Katherine Bradley.
- Bill me ha hablado de ti algunas veces. También conocí a su padre, estudiamos juntos. - Se sonrieron.
- Esta es mi hija menor, Adele.

La hermana de Piero abrió una enorme sonrisa cuando la vio e Katy hizo lo mismo. La empatía entre ambas fue instantánea y Adele saludó con un abrazo y Sophie miraba con cierta envidia, ya que su cuñada en todos eses años nunca había saludado a ella así.

- Es un placer señorita Adele.
- ¡Llámame sólo por mi nombre! ¡Sin trámites!
- Como quieras...
- Y esta es mi nuera, Sophie.

Se miraron, los ojos de Sophie decían "peligro" al mirar a Katherine. ¿La secretaria no podía ser fea o vieja? ¿Por qué tenía que ser joven, hermosa y atractiva?

- Hola, Katherine.
- Buenas tardes señorita Sophie, es un placer conocerte personalmente, ya que sólo hablamos un par de veces por teléfono. - Sophie levantó una ceja, ¿Era esa la tipa que estaba bloqueando sus llamadas a Piero?
- Igual. Una lástima que no sabía que Bill había cambiado de secretaria, lo siento, nunca he oído hablar de ti.
- Ah, yo todo lo contrario. He oído hablar mucho de usted. Cosas muy... Interesantes. - Katy sonrió sin mostrar los dientes. Piero y Bill tragaron la saliva y se miraron, era más que obvio que no se gustaron ni un poquito.
- ¿Usted puede ayudarme a coger un par de cosas en la oficina? - Dijo Bill. - Te voy a mostrar donde es.

Ella se fue con William hasta su oficina. Una vez allí, le dio una pequeña bolsa de papeles importantes para Katherine llevar en la sala de estar y la siguió. Cuando regresaron, se dio cuenta de que había olvidado su billetera en la habitación y se fue, dejando a Teresa, Sophie y Katy juntas. Ella no quería acercarse demasiado a las dos y esperó pacientemente su jefe regresar.

- No sabía que Bill había cambiado de secretaria... - Sophie dijo no demasiado alto para su suegra.
- Me dijo, ella parece ser muy inteligente por lo que habla.
- ¿Sólo inteligente? Yo no sabía que él era el tipo que gusta de chicas jovencitas.
- ¿Qué quiere dar a entender con eso, señorita? - Katy volvió y miró a ellas.
- Eso mismo en que pensabas - ella miró a la suegra. - Si yo fuera tú, Teresa, estaría molesta por él tener una secretaria tan hermosa. - Estaba siendo irónica. Piero y Bill llegaron y se dieron cuenta de la tensión en el aire, para completar habían oído lo que ella había dicho.
- No te preocupes por eso... - Katherine se acercó un poco de ellas. - Soy una persona muy profesional. Yo sé cuál es mi lugar...

Se dio la vuelta, pero ella no iba a salirse con las palabras en su garganta. Era obvio que la novia de Piero vio en ella el peligro en persona. Se volvió y miró con una sonrisa sínica para Sophie.

- Y creo que la señorita le gustará saber que yo soy la secretaria de su novio también. - Sonrió más. - Fue un placer, señora Barone.

Piero estaba mirando serio orando para Sophie no volar en el cuello de Katherine, ella era muy celosa. Katy pasó por él, Bill siguió, Piero miró a su novia, negó la cabeza y se fue.

- ¿Katherine? - Bill llamó.
- Sí, señor...
- Felicitaciones, si sigue así con mi nuera te doy un aumento de sueldo. - Le susurró.

Dejaron la casa riendo discretamente, Piero los alcanzó y los tres entraron en el coche ¡Rumbo a Las Vegas!...

¿Cuánto Cuesta el Amor? |Piero Barone| Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora