¿Cuánto Cuesta el Amor? |Piero Barone| Libro 1

Capítulo 43

Katherine se dio cuenta de cómo Piero la miraba y ella estaba en conflicto dentro de su cabeza. Él la llamaba "amiga", pero miraba a su boca de una manera que amigos no hacen. ¿Ella debería o no besarlo? ¿Correría el riesgo de hacerlo y él rechazarla? Pero ¿y si lo besaba y él aceptaba? Tenía las dos posibilidades.

Los dos estaban aún abrazados, no se habían movido, sus bocas estaban medio abiertas, casi uno esperando por el otro y Katherine sutilmente acercó su rostro aún más y ahora menos de cinco centímetros separaban sus bocas en ese momento. Ellos se miraron a los ojos de nuevo y ella como impulso los cerró. Sin que ella se diera cuenta él hizo lo mismo. Apenas sintieron que sus labios se rozaron...

BANG!

Los dos se separaron asustados por el sonido de un golpe. Ambos tenían los ojos cerrados cuando Adele entró en la sala de estar, pero fue sorprendida por la escena que estaba viendo y sin querer se topó con un aparador, por lo que el ruido los asustó.

Piero y Katherine se miraron avergonzados y trataron de disimular. Adele sólo miró, supo que había echado todo a perder, que no era su intención.

- Vine a ver si Katy estaba bien, pero creo que te has encargado de todo ¿no es así, Piero? - Adele dijo en tono de broma con una sonrisa y Katherine apretó la boca para no reírse, él se puso rojo como un tomate.
- Hm, bueno... Voy a... Voy a dejarlas hablar. - Se fue.

Katherine dejó escapar un profundo suspiro mientras cerraba los ojos y se puso la mano en la frente.

- Lo siento, fue un accidente. No quería estropear este momento tan tierno. – dijo Adele.
- ¡Sólo puedo estar loca!
- ¿Por qué dices eso?
- ¡La psicópata de su novia está en la habitación de al lado, Adele! Y si fuera ella la que había venido aquí y no tú, me estaría muerta ahora. - Adele se rió.
- Me niegues ahora que te gusta mi hermano.
- Tú eres su hermana, ¿no deberías estar enojada porque su mejor amiga casi le besó?
- ¿Te olvidas de que me gustas, Katherine? Me encantaría no haber topado en esa mesita.
- Tal vez fue mejor, él siempre dice que somos amigos, eso podría terminar con nuestra amistad.
- ¡Jaja! - Ella se rió irónica. - Tanto es así que él también estaba de ojitos cerrados y casi se tocando la boca... Si sigue así es más fácil de poner fin a su compromiso de que su "amistad". - Hizo comillas con los dedos. - Volvamos al comedor... Amistad... Puff, el nombre para eso no es amistad... - Adele caminaba quejándose.
- ¡Adele!
- Vale, vale. Me detengo. - Ella dijo riendo.

Las dos llegaron a lo comedor y todos las miraron. Piero tragó saliva y Adele se controló para no reírse, ¿Él no podía disimular cuando estaba nervioso?

- Creo que ya es hora de que me vaya a casa...
- ¿Está bien, Katherine? - Preguntó Bill.
- Parece que ella no causó daños permanentes. - Adele respondió irónica, luego miró a su hermano. - Pero por supuesto, Katy necesitó un poco de ayuda para sentirse mejor.

Piero abrió los ojos como platos cuando Adele dijo eso. Era cierto que esto iba a terminar en otra pelea con Sophie. Era increíble como siempre Katherine y ​​Adele decían "por casualidad" frases así, ciertamente esas dos odiaban a su novia y era más que probado.

- Oye Katherine, ¿por qué no pasas la noche aquí? - Piero casi se atragantó con el jugo con la cuestión de su hermana.
- No, mejor no, Adele.
- Siéntete cómoda si quieres quedarte, Katherine. - Teresa dijo sonriendo.
- Gracias, pero no.
- ¡¿Por qué?! - Preguntó Adele. - ¡Quédate, por favor! Podemos pasar la noche hablando, riendo, viendo películas.

Bill miró sonriendo, Sophie enojada y Piero asustado.

- Tengo una idea mejor Adele, podrías ir conmigo a mi apartamento.
- ¿En serio?
- ¡Por supuesto! Me encantaría...
- ¡Voy por mis cosas!

Adele salió rápido, con la frase correcta se podía hacer parecer como una niña. Irónico como con Piero pasaba lo mismo.
Poco después William y Teresa fueron a despedirse de Katy y ​​Sophie se fue a la habitacion. Después Piero vino a despedirse y se acercó a ella con un poco de vergüenza y disfrazando con las manos en los bolsillos.

- Me sentí feliz que viniste esta noche, Katherine.
- No más que yo. Nos vemos, Piero... - ella le dio un beso en la mejilla y salió con Adele.