Capítulo 5

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Pasó una semana desde ese incidente, fue una polémica total. Ya que había una cámara que lo filmó todo, no apareció el momento en que Jerome estaba sobre mí, pero si aparecieron nuestras voces. Morí de vergüenza cuando mi tío y Bruce lo vieron, ambos echaban humo. Pero lo peor de todo fue cuando dejó ese mensaje después de salir del GCPD.

... Y para mi querida Isolde —sonrió a través de la pantalla del televisor—, preciosa, te estaré vigilando. Cuando duermas yo te miraré, cuando salgas yo te perseguiré, hasta el día en que seas mía.

Esta vez le pusieron seguro a las ventanas, a todas las ventanas, no tenía escapatoria. Bruce se puso como loco, llamó al detective Gordon para solicitar si algunos policías podrían vigilar la mansión durante un tiempo. Y se cumplió, doce policías estaban alrededor de la mansión y otros doce la entrada para vigilar cualquier amenaza. Incluso Edward se disfrazó de policía pero al final terminaron botándolo.

Odiaba esto, no el hecho de que ya no saliera, sino la vigilancia y ese tipo de cosas. Me hacen sentir que soy importante, que soy hija del alcalde o de un multimillonario cuando claramente no lo soy. Solo soy una chica normal que le gusta salir de noche, y que por culpa de un desquiciado psicópata ya no puede salir dentro de un mes.

—Bruce —moví su hombro, el pobre estaba dormido en el sillón—, despierta —él se incorporó, su suéter estaba arrugado y su camisa fuera de su pantalón. Sonreí—. Estás horrible.

—No más que tú —él señala mis ojos—, no haz dormido bien.

—Lo siento, no puedo dormir cuando hay veinticuatro policías vigilando —mi tono sarcástico hizo que él pusiera los ojos en blanco—. En serio, Bruce, no necesito todo eso. Él no lo va hacer, solo está jugando con tu mente.

—¿Cómo voy a saber eso, Isolde? —él se levanta y camina hacia la chimenea—. Sabes las cosas que ha hecho, es capaz de todo. Y no lo permitiré, no abandonaré el hecho de cuidarte.

—Y no pido que lo hagas, solo te pido que no exageres —encaminé hasta llegar a su lado.

—Lo hago por tu bien, no quiero que salgas lastimada —sonreí y toqué su hombro.

—Serás alguien increíble en el futuro, niño. Ahora, si me disculpa el gran multimillonario de todo Gotham —exageré, el rió—, iré a dormir. Buenas noches.

—Buenas noches, Isolde.

Me fui a mi habitación, cerré la puerta y colgué la bata en el perchero. El sonido de un teléfono hace que me vuelva, fruncí el ceño al notar un celular en mi cama. Yo nunca he tenido un teléfono, seguramente es un regalo de mi tío o Bruce por más seguridad. Lo tomé y contesté la llamada.

—¿Hola? —pregunté.

—¿Hablo con la famosa Isolde Pennyworth, la que ha conquistado la mente de mi socio? —habla una mujer.

—¿Qué quiere? —digo, ella solo ríe.

—De ti, nada. Solo... quería advertirte, verás, hay un policía de cabello pelirrojo vigilando la casa de los Wayne.

—Estás mintiendo —gruño—, no hay ningún policía pelirrojo. Los he visto a todos.

—Oh, ¿entonces como explicas el teléfono? No creo que haya sido magia —rió.

—Corrupción. Le pagaste a un policía para que se infiltrara aquí y dejara el teléfono.

—Vaya, sí que eres lista. Veo que ganaste esta vez, la próxima no será sencillo. Y si hablas de esta conversación, bueno, le diré a Jerome que su linda dama se hospeda en la mansión Wayne. Está como loco buscándote, quien se lo imaginaría —ríe.

INSANE ⎮⎮ Jerome Valeska ⎮⎮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora