—¡Así es, estoy reportando a una persona desaparecida! —grita Oswald desde su oficina, Jerome y yo lo vemos desesperado—. ¡No sabe con quien está hablando, yo soy el alcalde...!
—Cobblepot —dice Jerome, interrumpiendo. Él se vuelve y cuelga la llamada.
—¡Tú, pequeña perra! —dice encaminando hacia a mí, Jerome se pone adelante de mí. Pongo los ojos en blanco.
Jerome y yo hablamos durante todo el camino, habíamos dejado el auto varado en un estacionamiento así que no tuvimos de otra que pedir un taxi. Desde nuestra pelea en el callejón decidimos no hablar del tema, todavía me ardía la herida en mi cuello y mentón ya que la quité bruscamente.
—Calma, Oswald —le dice el pelirrojo—. Ella no tiene nada que ver en esto.
—¿Dónde está él? —me pregunta Oswald.
—Con una chica —sonreí solo para molestarlo—, me dejó por otra así que... Creo que está más que claro que no es gay —reí.
—Cuida tus palabras —gruñe Oswald.
—Oblígame, maricón —gruñí de vuelta.
—Hey, ya basta —nos separa Jerome—. Yo me quedé con ella cuando Ed la dejó, estaba lloviendo y el auto se quedó sin gasolina.
—¿Ustedes dos se acostaron? —nos pregunta señalándonos.
—No, que asco —exclamé—. No me importa el caso de Nygma, ya está lo bastante mayor para irse así que me voy.
Salgo de su oficina y encamino hacia la sala de estar. Ahí se encontraban Victor y Tabitha, decidí darme la vuelta e irme pero ambos tomaron mis brazos.
—Oigan, ¿adónde me llevan? —les pregunté.
—Vamos a hacerte un examen —dice Tabitha—. Oswald nos contó tu secreto y queremos ver si es verdad.
—Te llevamos al sótano —dice Victor—. Ahí hay algo para ti.
Entramos al sótano, miré el piano por un momento pero nos dirigimos hacia el fondo. Había un estante lleno de osos de peluche, fruncí el ceño y me alejaron dos metros del estante, Victor me dio una ametralladora. Tabitha solo se puso a mi lado.
—Dispárales en la cabeza a todos —me dice la morena.
Guiñe un ojo mirando el primer peluche, presioné el gatillo e hice una hilera de balas las cuales cayeron en las cabezas de los peluches. Dejo escapar un suspiro y le devuelvo el arma a Victor, Tabitha tiene una sonrisa en du rostro y Victor me guiña el ojo.
—Nada mal —dice Victor, arqueo una ceja—. Pero no lo suficiente, el chico al que mataste fue por defensa propia. Debes matar por placer.
—Yo jamás mataría por placer —dije fulminándolos con la mirada—. Si eso intentan, no lo lograrán.
Me alejé de ellos y subí las escaleras del sótano para salir de ahí, me miré en el espejo del pasillo por un minuto. Noté que tenía una pelusa en la camisa, la retiré y cuando volví a mirar mi reflejo vi a Edward detrás de mí sonriéndome, se me escapó un grito ahogado. Me tomó de los hombros y me volvió.
—¡Ella me ama! —sonríe y me da un largo beso en la mejilla, me abraza y me da vueltas en el aire, luego me deja en el suelo—. ¡La amo!
—Ed —comienzo pero el pone un dedo en mis labios.
—Dime algo y haré lo que sea, si tú no hubieras aceptado salir conmigo nunca la hubiera conocido —sonríe—. ¡Estoy enamorado!
—Edward, basta —le detengo, sus sonrisa se desvanece—. No te puedes hacer más daño.
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INSANE ⎮⎮ Jerome Valeska ⎮⎮
Fanfiction-Tú no puedes amar -le espeto-, los psicópatas no aman. EN EDICIÓN.