Capítulo 32

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A las cinco de la mañana ya estaba en el callejón de Selina, paseaba por ahí hasta esperar que ella comprara el desayuno para sus gatos. Miré hacia arriba para encontrar una cabellera castaña casi rubia.Yo sonreí, ella también lo hizo y bajó inmediatamente.

—¡Volviste! —dijo mientras me abrazaba.

—Algo así, solo por un año estaré en Gotham —dije—. Estás más alta y con el cabello un poco largo, por cierto Bruce te extraña, deberías visitarlo hoy.

—Lo haré, ¿pero tú que haces aquí? Pensé que habías aprendido la lección después de lo de Jerome.

—La aprendí, pero eso no quiere decir que puedo romper las reglas... ¿Estás bien? Te noto algo rara.

—Mi madre vino después de once años, estoy molesta eso es todo —se encoge de hombros.

—Ve a la mansión, tal vez Wayne te entretenga —sonreí—. Debo irme, tengo que asistir a un funeral.

***

Veía a la mamá de Mario abrazando a Falcone mientras lloraba en su pecho, Lee estaba secando sus lágrimas con un pañuelo mientras veía tristemente la tumba de su esposo asesinado. Me coloqué al lado de Jim y de su compañero Bullock. El viejo me vio y puso los ojos en blanco.

—¿La novia de Jerome volvió? —le murmuró a Jim en el oído, yo le pisé el pie, él se quejó.

—Para ser una persona mayor, es muy grosero —digo—. Soy su nueva compañera de trabajo.

—Te dijeron que no vinieras —me dice Jim.

—Tú eres el menos indicado para estar aquí —repliqué—. Puede que vengas a disculparse porque lo que hiciste fue por evitar un asesinato... Pero ahí está su familia, lo mejor es que te vayas.

—Estoy de acuerdo con ella —me apoya Harvey.

Yo asentí como despedida, me acerqué a Lee Thompkins, sé que no éramos muy cercanas; solo hablamos hablamos dos veces. Pero ella intentó ayudarme mientras yo la trataba con indiferencia, le debía una disculpa. Toqué su hombro, ella se sorprendió al verme mientras yo le di una sonrisa de disculpa por su pérdida. Se vena deprimida y tenía unas notables ojeras de color negro.

—Isolde, Dios —ella me abrazó, acepté su abrazo. Necesitaba uno—. Mírate, eres toda una mujer ahora —sonríe.

—Gracias..., lamento tu pérdida. Debió ser un gran hombre, sin embargo la enfermedad se lo terminó llevando.

—Fue Jim Gordon el que le arrebató la vida —gruñe—. Lo odio con toda mi alma. Y el pagará por su crimen.

—Lee, no dejes que el odio te ciegue. Jim lo hizo para protegerte, puede que no fue su intención al llegar muy lejos, pero estaba desesperado.

—Tú debes estar de mi lado, un hombre también te arrebató la vida por meses —abrí los ojos como platos, lo pude esperar de Selina ya que era más directa, pero de Lee jamás—. Lo siento, no quería...

—Lo entiendo —interrumpí—. Estás dañada, puedo entender el rencor. Hasta luego, Lee —me despedí.

Volví con Gordon, él solo me tomó del brazo y los tres fuimos al auto. Al salir del cementerio y dirigirnos hacia la ciudad. Jim dejó a Harvey en el GCPD, yo tomé el asiento delantero.

—Te dejaré en la mansión —me dice Jim.

—Jim, no te sientes bien. Debemos hablar, puedo ser una buena consejera —sonreí—. Lo necesitas.

—Dios —murmura.

Al llegar a su departamento, Jim solo suspiró. Su piso era algo desordenado, con olor a perfume de hombre. Un apartamento de soltero. Gordon dejó las llaves en el sofá. Eché un ruido, Jim me miró y entendimos. Alguien estaba aquí, ambos tendimos nuestras armas. Abrí los ojos como platos al ver a Victor Zsasz bebiendo lecho como si estuviera en su propia casa.

—Tenía mucho sed —dijo mirándonos, dio una pequeña sonrisa al verme—.Isolde, haz vuelto —dice acercándome a mí sin importar de que le apuntemos—. Mírate, ya no eres la niña ilusa que conocí, estás... desarrollada.

—¿Qué quieres? —dice Jim.

—Estoy aquí como un mensajero —Jim y yo bajamos nuestras armas—, verás. Falcone está muy dañado por la perdida de su único hijo. Nunca lo había visto así antes. Lo arruinaste, Jim.

—Si vienes a matarme, intentalo —responde Gordon.

—Yo no intento —dice Victor acercándose más a nosotros—, y yo nunca paro. No me verás venir. Si tu no hablas con Falcone antes, tendré que matarte. Por cierto gran tiro en Mario, nunca me agradó —él se volvió a mí, sonrió al ver mi arma—. Sigues usando su pistola, al parecer lo sigues amando.

—Es tu arma, hijo de perra —gruñí.

—Lo he visto, Isolde —dice acercándose más a mí, pero yo no estoy intimidada—. Está tan furioso contigo, y no sabes cuanto te extraña... Si fuera tú me iría muy lejos, no creo que Jerome quiera verte al lado de Bruce Wayne.

—No me iré —sonreí—. Gotham es mi hogar, y he venido aquí para defenderlo. Y tú ni nadie impedirá eso.

Victor me mira impresionado y algo orgulloso, me da una palmada en el hombro mientras pasa por mi lado para irse.

***

Después de la conversación más larga de nuestras vidas, Jim y yo fuimos al GCPD para recoger a Harvey; el cual lo había llamado ya que tenían un nuevo caso. Gordon no tuvo de otra que llevarme con él.

—¿Puedo ir con ustedes? —pregunté, ellos no respondieron—. Puedo ser de gran ayuda, por favor. Tal vez pueda servir de práctica y probar que soy buena.

—Puede que necesitemos ayuda —dice Harvey—. Verás, Isolde. Hace unas noches una chica murió en un callejón, pero en los expedientes decía que esa chica había sido asesinada dos días antes por su ex novio.

—¿Revivió de la muerte? —ellos se encogieron de hombros—. Saben, hay un mito que dice; que si violan a un muerto puede volver a la vida. Es como si activara sus sentidos o algo así.

—Eso puede ser verdad, pero Lucius nos dijo que había tenido electrochoques. Vamos a la morgue —Bullock suspira—. Ella puede tener razón al igual que Lucius, además la morgue es como el motel para muertos.

Hice una mueca de asco, al llegar al hospital nacional de Gotham. Fuimos al último piso ya que ahí estaba la morgue. Cuando entramos vimos a un sujeto adulto de cabello negro y ojos iguales, él se sorprendió al vernos. Pero me di cuenta, que solo me miraba a mí.

—GCPD, quisiéramos ver el cadaver de Melanie Blake —él señor asiente mientras busca en su registro, miro un extraño símbolo en el teléfono, era un logo de dos ojos y una sonrisa que formaban las palabras Ha Ha Ha—. ¿Usted es Pollard, cierto?

—Dwight —contesta el hombre—. ¿Hay algo malo?

—Solo si hay gente muerta caminando fuera de aquí —contesta Harvey.

—¿Qué? —inquiere Dwight.

—Melanie Blake debía estar aquí —dije.

—Sí —contestó revisando unos papeles—, está en el cajón 12 —el tipo lo abrió pero como era de esperarse, no había nada—. Eso no bueno.

—Es porque la encontraron muerta, otra vez —dice Harvey.

—¿Hay cámaras de seguridad, guardias? —pregunté.

—No, no lo necesitamos —dice Dwight—. Disculpen —dice mirándome para luego irse. Me volví mientras me llevaba de la morgue a Jim y a Harvey del brazo.

—Miente —dije—, o es un pervertido o está nervioso. No ha parado de mirarme —les dije mientras salíamos del hospital—. Esperaremos a ver qué oculta.

INSANE ⎮⎮ Jerome Valeska ⎮⎮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora