Capítulo 3

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Al día siguiente era una tortura, las chicas rubias y adineradas me fulminaban con la mirada solo por que iba a la par con Bruce Wayne. Era ridículo, en teoría él es menor que yo por dos meses. Y sí, Bruce Wayne era muy atractivo pero no es mi tipo, de hecho, creo que no tengo un tipo. Después de ocho horas de aburrimiento total, el tío Alfred nos recogió de la escuela.

—¿Hiciste amigas? —pregunta.

—No.

—¿Amigos?

—No.

—¿Compañeros?

—No.

Dio un largo suspiro para luego callar, Bruce estaba muy concentrado viendo su pluma costosa y yo miraba hacia la ventana. El viaje fue acogedor y silencioso, cerré los ojos para relajarme. Comencé a imaginar que estaba en un bosque, que podía ser libre de todo; una risa se hizo presente, y unos ojos verdes aterradores. Inmediatamente abrí los ojos y traté de calmar mi respiración, me di cuenta que ya habíamos llegado.

—¿Estás bien? —escucho a Bruce.

—Sí —sonreí amargamente—, solo estoy cansada —abrí la puerta en cuanto mi tío estacionó el auto en el garaje—. Necesito una ducha.

Bajé del auto, para dirigirme en la una de las tantas habitaciones de invitados. ¿Cómo puedo siquiera pensar en ese sujeto? ¡Es un criminal! No puedo negar que es atractivo por que lo es, pero está loco de remate. De todas formas, no saldré durante un tiempo, el tío Alfred no se puede enterar de lo que pasó ayer en la tarde. Será mejor quedarme aquí.

Cuando salí de la ducha, me coloqué un camisón de pijama, nunca me he puesto uno. Fui hacia la oficina de Bruce para hablar con el muchacho un rato. Abrí la puerta y los vi a él y a Alfred viendo las noticias en la pequeña televisión.

—Una muchacha ha salvado a veinte personas de haber sido asesinadas durante el tiroteo de los MANIAX durante las seis de la tarde —dijo la reportera.

Pasaron un video, él cual no se veía realmente claro, de una chica que saltó de la escaleras de incendio para luego caer encima de uno de ellos. Incluso se vio como el pelirrojo me tomó del brazo y lo ocurrido con la granada.

Oh, Dios mío.

—¿Será esta chica nuestra salida de este grupo de vándalos? —se escuchó la voz de la reportera—. La reconocieron como Isolde Pennyworth, de dieciséis años de edad, huérfana a los... —la televisión se apagó.

Intenté retroceder hasta salir pero tanto como mi tío y Bruce se volvieron al mismo tiempo. Bruce me miraba como si hubiera algo nuevo en mí y el tío Alfred tenía la misma cara de siempre, a ese anciano no se le pueden ver las emociones, siempre tiene la misma cara.

—Isolde Ellison Pennyworth —pronunció mi tío—. Desobedeciste mis ordenes, y vas por las calles salvando a personas de un tiroteo. ¡Pudiste haber muerto! —grita, bajo la mirada.

—Lo siento —murmuro—. Eso no estaba en mis planes, me estaba ahogando y no tenía salida.

—¿El chico te hizo algo? —me pregunta Bruce acercándose a mí—. En la grabación se ve que estaba hablando contigo.

—Solo se rió —mentí.

—Isolde, no mientas. —demanda mi tío—. ¿Qué te dijo?

"Pero miren a quien tenemos aquí, la hermosa dama de la noche. Ja ja ja" —repetí de una manera amarga.

—¿Hermosa? —preguntó Bruce con el ceño fruncido. Yo lo miré ofensiva y le pisé el pie.

—Soy muy bonita para tu información, Wayne —dije mientras él tomada su pie, quejándose de dolor.

—No me refería a eso —me dice—. ¿Por qué te dijo así? Es como si lo conocieras.

—Bueno... —murmuré—. Puede que nos conocimos el día anterior a ese —mi tío abrió los ojos como platos—. Cuando salí por la noche ese día, me encontré con esos sujetos y, bueno, charlamos unos... cinco segundos.

—No puedo creerlo —dice mi tío—. Estás en tus primeros días aquí en la ciudad y ya hablas con criminales —declara totalmente molesto.

—¡No sabía que eran criminales desquiciados de Arkham! —grité a la defensiva—. Pensé que solo querían molestarme.

—Ve a tu habitación ¡Ahora! —grita.

Sin decir más me volví y fui corriendo a mi habitación, cerré la puerta de golpe y me dediqué a golpear la almohada. Así la pasé durante una hora y media.

Abrieron la puerta, era Bruce, él sonrió y cerró la puerta a sus espaldas. El chico se sentó a mi lado como si todo esto le hiciera gracia.

—¿Quieres ver algo interesante? —pregunta. Fruncí el ceño.

—¿Algo como qué? —pregunté.

—Una cueva.

Sonreí. Ambos salimos de mi habitación y nos escabullimos por el pasillo oscuro, entramos a su oficina. Él buscó algo en su escritorio, era un control, presionó un botón y me volví para ver como la chimenea se movía y revelaba unas escaleras. Bajamos las escaleras y vi una computadora rota, varios archivos por el suelo, latas de gaseosa y un chaleco antibalas con dos de ellas incrustadas. Daba miedo, pero era interesante.

—Tu casa tiene muchos secretos —revelé.

—Lo sé, descubrí esto hace más de un mes. Alfred la rompió —señaló la computadora—, dijo que los archivos y expedientes que había en esa cosa era demasiado peligroso... Alfred no quiso gritarte de esa manera, Isolde.

—No, si quiso —repliqué—. Es entendible que se preocupe cuando nadie se preocuparía por mi.

—Yo me preocupo —lo miré—. Quiero decir... Tú entiendes —sonreí.

—Gracias, pero me refiero en lo familiar. Sabes, nadie de mi familia aceptó ocuparse por mi cuando mis padres murieron, solo mi tía y el tío Alfred; me quedé con ella porque necesitaba algo más maternal, fue muy buena conmigo, hasta que enfermó y murió —me senté en el suelo—. Y luego apareció el tío Alfred, no somos muy unidos, cuando había reuniones los domingos él estaba en la guerra. Todo eso.

—Cuando mis padres murieron, habíamos salido del cine —él se sentó a mi lado—. Estábamos riendo, y entonces, de un segundo a otro un sujeto apareció —agachó la cabeza—. Les robó a mis padres, y luego los mató. Sin razón. Y me dejó con vida... A veces pienso que solo lo hizo para que yo sufriera.

—Debes entender siempre, que las personas que te lastiman quieren verte sufrir —tomé su mentón y lo alcé, él me miró—. No les des el consentimiento —él sonrió.

Me levanté y le tendí la mano, Bruce la aceptó. Nos quedamos ahí toda la noche, charlando, riendo, tonteando. Debo de admitir que era agradable tener un amigo.

INSANE ⎮⎮ Jerome Valeska ⎮⎮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora