Maratón 1/2
—¡Metan a esos lunáticos en las jaulas! —gritaba Harvey.
Jim peleaba con un chico que gritaba y reía, yo golpeaba a una chica en la cara. Ésta solo reía y forcejeaba, entonces me escupió en la cara. Me quité todo rastro de saliva mientras ella reía.
—¿Qué se siente acostarse con el jefe? —ríe—. ¡Perra!
—Perra la mujer que te tuvo —gruñí mientras le metía un puñetazo en la mandíbula.
La encerré junto con los otros, volví con Jim el cual tenía a un chico contra el escritorio, entonces algo se rompe. Una botella de gasolina cae cerca de Jim. Le empujo junto con el otro tipo y caemos al suelo mientras vemos la madera arder.
—Gracias —jadea Jim, yo asiento.
Todo esto era un caos, un gran caos.
***
Miré mi vestido por cuarta vez, hoy era la noche de mi cumpleaños; no podía creer que los ricos aún hubieran venido si todo estaba iluminado con las velas, y casi no se veía nada. Mi vestido era negro al comenzar pero al terminar era morado eléctrico, mi pelo estaba suelto y tenía que admitir que me gustaba el cabello corto, lo tenía un poco más abajo de la altura de los hombros.
Salí de mi habitación, no sin antes ponerme la máscara gris, para dirigirme al salón, habían velas por todos lados, iluminando un poco el lugar, todos al verme aplaudieron y yo sonreí avergonzada. Jamás imaginé tener un tipo de fiestas así. Me senté en la mesa en donde estaba Bruce y mi tío. El chico se levantó, mientras tocaba su copa con un tenedor.
—Les agradezco por presentarse esta noche —sonríe, su máscara roja hace resaltar sus ojos oscuros—. Isolde, es una persona muy importante para mí, y la apreció mucho. Es una persona valiente y fuerte, que se enfrenta a muchas cosas. ¡Salud! —dijo alzando su copa.
—¡Salud! —respondieron todos al unísono.
—Feliz cumpleaños —dijo Bruce en mi oído dándome una pequeña cajita—. Abrelo en otro momento, no quiero que te pongas a llorar.
—Está bien —dije guardando la cajita pequeña en mi bolsillo. Miré hacia la entrada en donde tres personas muy conocidas se presentaron—. Debo ir a saludar.
Me levanté para dirigirme al grupo, Barbara al verme me sonrió y besó mi mejilla.
—Estás hermosa, los chicos deben perseguirte —negué con la cabeza.
—¿Nunca cambias, verdad? —le digo a la rubia.
—Nunca —dice Tabitha—. Te hemos extrañado, no era divertido sin ti. Nygma fue el que más te extrañaba —sonríe, mi amigo, el cual lleva un antifaz verde sonríe.
—Yo solo extrañaba de modo normal, al igual que todos —dice.
—Pero en el baño gritabas su nombre mientras... —comienza Barbara.
—¡Barbs! —le grita, ella ríe junto con Tabitha.
—Solo bromeo, iré a la mesa de dulces. Tabi, ven conmigo —dije la rubia.
—Las extrañaba —le sonrío a Ed, él sonríe. Me vuelvo cuando escucho una voz gruesa, era el señor de la banda.
—Les invito pasar a la pista de baile para el vals —dice, entonces el violín comienza a sonar.
—¿Bailas? —Ed me tiende su mano.
—¿Por qué no? —sonrío.
Ed y yo somos los primeros en acercamos a la pista, es raro verlo sin lentes. Me toma de la cintura y yo coloco mi mano en su hombro para luego entrelazar nuestras manos. Bailamos por todo el salón junto a otras personas que poco a poco se iban animando a bailar, no pasaron ni cinco minutos cuando Ed se detuvo.
—¿Puedo bailar con la dama? —pregunta un chico el cual lleva una máscara, Ed me mira y se vuelve para ver al tipo.
—Claro —dice mientras nos separamos—. Te veo luego, debo darte tu regalo de cumpleaños —me dice.
Se aleja entre las personas el chico coloca una mano en mi cintura para juntarme con él, bailamos al compás de la música. Debo admitir que el chico tenía unos hermosos ojos avellana, era atractivo.
—Así que cumples dieciocho —me dice con una media sonrisa. Asentí—. La vida cambia cuando cumples esa edad.
—Sí, muchos me dicen eso —digo al recordar a mis amigos del GCPD—. Perdón pero no mencionaste tu nombre.
—Soy Jason Dent —sin parar de bailar, él toma mi mano y besa mis nudillos.
—Wow —sonrío—, que caballero.
—Es de familia —sonríe—. ¿Y tú?
—Oh, bueno; soy huérfana, mi familia fue asesinada cuando tenía diez. Me crió mi tía y al morir ella, mi tío ocupó el cargo.
—¿El mayordomo, cierto? —me dice, yo asentí—. Supongo que eres amiga de Bruce Wayne.
—Puede decirse que sí, somos muy cercanos —digo.
—¿A qué te refieres con ser muy cercanos? —me pregunta.
Antes de responder, la música se detiene. Lo invitados aplauden y vuelven a sus lugares, yo intento irme pero el chico toma mi mano.
—Quédate conmigo —dice mirándome a los ojos—, así podemos conocernos mejor —entonces la banda comenzó a tocar otra canción lenta—. ¿Qué te parece si conversamos mientras bailamos?
—Me parece bien —sonreí.
***
Llevaba las últimas tres horas hablando con Jason sin dejar de bailar, nos detuvimos cuando él quería algo de tomar y yo fui a saludar los invitados los cuales conocía. Los del GCPD estaban en una mesa mientras disfrutaban la comida, Emily me saludó y milagrosamente logró conquistar a su chico. Ed estaba a un lado junto con Tabitha y Barbara. Y mi tío y Bruce hablaban de algo en el otro extremo.
Fui al balcón del salón, lejos de la fiesta y de la música. Podía ver todo a oscuras, Gotham era tenebroso, pero sin luz era mucho más. Miré la hora en mi teléfono, eran las cuatro de la mañana. Lo bueno es que mañana tendría día libre por ser mi cumpleaños.
—Hey, aquí estás —me vuelvo para ver a Jason, él se coloca a mi lado—. Pensé que la Cenicienta se había marchado.
—No cuando mi castillo está aquí —sonrío—. Odio que Gotham se vea así, esta ciudad se merece mucho más que oscuridad. Algún día haré que Gotham sea respetada, seguirá teniendo sus defectos, pero será una ciudad protegida.
—¿Protegida por ti? —asentí—. Sin duda eres toda una chica con un gran futuro.
—Solo quiero cumplir el trabajo de mi padre que no llegó a cumplir —dije.
—Estoy seguro que lo harás, pero no ahora.
—¿Por qué no? —dije volviéndome hacia él, me dio la espalda mientras se quitaba el antifaz, fruncí el ceño. Pero abrí los ojos como platos al ver los lentes de contacto en el suelo—. Jerome —susurré.
—Cuanto tiempo, preciosa —dice aún sin mirarme—. Atrápenla.
Unos fuertes brazos me aprisionan por detrás mientras coloca un trapo mojado en minaría y boca, intento luchar que el antifaz cae de mi rostro, le doy un codazo y esto hace que el sujeto se caiga hacia atrás. Jadeo mientras veo todo borroso, me sujeto de la baranda pero alguien me toma en brazos.
—Tú y yo, debemos arreglar cuentas, Isolde —dice el pelirrojo para luego reír.
Lo demás, solo fue oscuridad.
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INSANE ⎮⎮ Jerome Valeska ⎮⎮
Fanfic-Tú no puedes amar -le espeto-, los psicópatas no aman. EN EDICIÓN.